martes, 27 de noviembre de 2012

31ª COMPETICIÓN: I DUATLÓN TRAIL DE RIBEIRA: "EL RETORNO DEL YETI"

Con la temporada ya finalizada y en plena búsqueda de nuevos objetivos para la siguiente, apareció "por arte de magia" un duatlón de montaña en la bonita localidad de Ribeira. A pesar de que me entran escalofríos cada vez que recuerdo mi primer duatlón cross (en Beariz), me apunté viendo los comentarios favorables en el foro y aún más animado por haber liado a mi primo para participar. Pero poco a poco todo se fue torciendo a medida que se acercaba la fecha... mi primo se dio de baja (me dejaba sólo en la aventura), las predicciones meteorológicas indicaban lluvia (más escalofríos) y aún encima me tocaba mi primera semana de carga a lo grande en los entrenos de pretemporada. Aún encima, la noche anterior "cena-fiesta" en casa de unos amigos. Vamos, que hasta las 8:00 h. de la mañana del mismo día dudé seriamente si acudir o no. Pero las ganas de volver a competir, salir de la rutina y conocer una nueva carrera con tan buenas referencias consiguieron que a las 11:00 h. mi Rockrider 8.1 y yo estuviéramos en la línea de salida...
 
Domingo, 25/11/12, 11:00 h., I Duatlón Trail de Ribeira
Distancia: 15 km MTB + 5 km Trail
Inscripción: 6 euros                              
Dificultad: Media
Tiempo: 1h 25' 02"      Tiempo del 1º: 1h 10' 15" (-14'47")
Puesto: 47º de 125      
Avituallamiento: agua, fruta.
Trayecto desde Betanzos: 1h 35' - 135 km (con peajes)
Repetiría: DUDOSO (con lluvia no).
 
8:00 h. Suena el despertador. Al fin. Vaya nochecita. Entre acostarme tarde y los nervios de competir apenas habré dormido 3 horas. Aún así, me levanto como siempre. En mi cabeza aún siguen las dudas. Lanzo la moneda y sale el sol. Ésta vez meteogalicia se ha equivocado y por la ventana asoman los rayos. Así que cojo la mochila, meto la bici en el coche y salgo con Patri hacia Ribeira a las 9:00 h, con media hora de retraso (para variar). Lo de la ubicación de la carrera tiene su gracia.  Me podéis creer si os digo que me enteré de dónde era el día anterior.
Y es que la organizadora del evento es una asociación que se llama "Arousa" y el camping donde se celebraba "Ría de Arosa", así que yo tenía claro que era en Vilagarcía de Arousa. Por suerte me dio por buscar el camping en el google maps y modificar la hoja de ruta la noche anterior... A pesar de salir tarde, el camino es todo por autopista y autovía casi hasta llegar, lo que no impide que nos perdamos por algunos caminos llegando a la salida a las 10:30 h., con el tiempo justo de recoger el dorsal, preparar todo y saludar a algunos conocidos. Menos mal. Ir a una carrera y no conocer a nadie es bastante
deprimente, por lo menos para mí. Por suerte allí estaban los cracks (y buenísima gente) de Esteiro y también Oscar, otro compañero de batallas triatléticas. Su presencia me ayuda a no enfadarme conmigo mismo por no haber tenido tiempo a calentar. Por lo menos la recogida del dorsal fue perfecta, sin colas. Así que dejo mis zapas de trail en los boxes y me voy para la salida con la bici. Mientras el speaker explica algunos puntos importantes sobre la carrera, me concentro en mi objetivo de la carrera (disfrutar) y se me escapa una sonrisa de alegría por el día tan espectacular que se había quedado para realizar la prueba. Casi sin tiempo a despedirme de Patri, se da la salida. Aquí tengo un problema. Cuando no me lo tomo en serio, a competir, me pongo atrás. Pero no del medio para atrás. Atrás. Sólo les faltaba a los de la organización darme el peto reflectante porque iba cerrando el grupo. A pesar de que el primer km era neutralizado, los primeros salieron como cohetes. Cuando quise adelantar alguna posición (más atrás sería difícil...) me di cuenta del error.
Iba a disfrutar pero no tanto. Así que aproveché el tramo inicial de asfalto para irme situando. Pero el firme duró poco y tras adelantar a 10-15 ciclistas un desvío a la derecha marcaba el inicio de la batalla. Al monte. Para empezar, un tramo de unos 500 m. en suave pendiente con piedras sueltas que avisaban que el camino no era para despistados. El 1º que se descentró ya se fue al suelo. Primer aviso. Eso sí, la hilera de ciclistas que se veía a lo lejos era impresionante. La mayor parte del circuito ciclista, como bien se indicaba en el foro, eran tramos de tierra con algunas piedras de unos 2 metros de ancho.
La verdad, se podía adelantar. Eso sí, como te despistaras un poco piedra y al suelo. El problema eran las cuestas. No se puede decir que fuera un circuito llano... Más bien rompepiernas. Y al no conocerlo, aún más. Menos mal que llevaba el cuentakilómetros que me iba diciendo: "tranquilo, Jose, aún quedan 8 km", "frena, quedan todavía 3..." porque como gastaras las fuerzas al principio podías darte por muerto. Como sabía que iba a sufrir igual, me marqué un objetivo, para no pensar en el recorrido. Por suerte a lo lejos vi a Oscar en un pequeño grupo y me decidí a cogerlos, sin prisas. 
Eso sí, adelantar en montaña no es tan fácil como en carretera, así que para alcanzarlos tuve que adelantar a unos cuántos arriesgando un poco con las piedras. Antes de pillarlos, sobre el km 4 llegué a la "piscina", que vista en fotos daba miedo pero al encontrármela de repente sólo me dio tiempo a cerrar los ojos y a rezar porque no hubiera piedras por el medio y salir despedido. Por suerte, "sólo" me mojé hasta los tobillos. Después de un par de tramos embarrados que salvé de milagro, cazé al grupo de Oscar en el km 8, justo cuando llegamos al único "tramo a pie", una subida para cabras. Me costó hasta subir la bici con la mano. Al llegar arriba y montarme de nuevo,
empieza otra subida, me pego demasiado al de delante, éste se cae y... al suelo. Por suerte, caí bien (encima de él). Eso sí, aún encima tuve que pedirle perdón porque él no me dijo ni "mu". En fin... Llegado al ecuador y con el objetivo cumplido, sigo a ritmo pasando por el tramo de dificultad elevada, señalizado antes de tiempo y cuando creo que ya pasó el peligro... bici en vertical y a rezar para que las ruedas vayan por el surco. Qué suerte. Lo consigo y a dar pedales. Los km empiezan a pesar, pero sigo adelantando. Sobre el km 10, a punto de cazar a otro grupo, me entra tierra en un ojo y casi no veo. Al tener
la lentilla no puedo frotarlo. Aprieto para darles caza y pedirle a uno de ellos el botellín con agua para lavar el ojo (yo llevaba aquarius). Justo en el momento en que me echo me "avisa" que lleva glucosa (menos mal que le pregunté...). Aún así, recupero mi visión casi al completo. Tras un par de cuestas más, me quedo en solitario en una zona bastante llana y meto el plato. Mi cuentakm marca 12 y se me erizan los pelos. Se acercan las lobeiras. A lo lejos veo un grupo de gente y cuando llego a su altura, me indican a la derecha.  En ese giro casi me caigo, mala señal.
Podría describiros cómo fue "mi bajada", pero nunca llegaríais a imaginar lo que significaron esos 2 km de piedras y zanjas con la rueda de delante en el sótano y la de atrás en el 1º. Aún encima, me pasa uno como un avión y yo rezando por no matarme. Por suerte, sólo me equivoco una vez y consigo echar el pie a tierra justo antes de caerme. Cuando ya mis brazos no aguantaban de la tensión y mi rockrider estaba a punto de saltar en mil pedazos acaban las piedras... y sigue una cuesta de cerca de 1 km (también con algunas piedras) a más de 40 km/h.
Estoy seguro que "los que tiran pal monte" disfrutaron como enanos. Yo no. No voy a mentir, para un "mortal" que usa la mountain bike para ir con los amigos  era una bajada peligrosa. Es decir, si te caes te haces daño. Mucho daño. Pero tras un par de sustos consigo llegar al final de la bajada de una pieza y encarar el tramo final de carretera animado porque "lo peor" había pasado (o eso creía yo...). Cuando estoy llegando al camping nos desvían por un lateral y "nos regalan" otros 500 m. que se hacen eternos... Llego a la transición confiado en una buena carrera, me encontraba bien. Dejo a mi compi dándole las gracias por aguantar de una pieza, me calzo rápido mis Asics Trabucco y cuando paso al lado de Patri me canta que voy el 61 mientras cojo una botella de agua. Mientras intento que el líquido entre en mi boca (harto difícil) me animo pensando que en la bici adelanté más de 60 puestos y que "ahora es lo mío" (quiero decir que peor que con la Rockrider no lo puedo hacer). Empiezo a buscar mini-objetivos aún en el tramo de asfalto. Paso a 3 corredores y un fotógrafo me indica que "empieza lo bueno".
Miro para arriba y me relajo. Imposible mantener el ritmo en esa cuesta por el monte. Intento ir a diésel, pero empiezo a entrar en la reserva. Cuando al fin termina la cuesta (de unos 300 m.)... empieza otra, y otra... la verdad, después de la bici, quizás los 5 km más duros que he hecho en montaña. En las últimas cuestas estuve a punto de andar (como iban la mayoría de sufridores a los que adelanté), pero el orgullo pudo más y la reserva aguantó. Sobre el km 3, ya fundido, llega la sorpresa. Porque las cuestas arriba son duras. Pero las cuestas abajo cuando no te responden las piernas aún son peores. Así que rezo por no romperme nada y consigo salir vivo sin bajar rodando por la pendiente. Antes de llegar al tramo asfaltado, nos regalan otro paso por "la piscina" para empapar los pies y llevarlos lastrados de ahí hasta el final. El cartel de km 4 me anima y aumento el ritmo, aún por tramos de monte aunque ya sin cuestas. Medio km más adelante llego al asfalto y aparece otro cartel con "último km"... ¡pero si ya pasé el de "km 4" hace 500 m.! Pequeño bajón que me corta un poco el ritmo pero obligo a mis piernas a continuar sin perder posiciones. Los de delante están ya muy lejos y sólo me preocupo en llegar. Me acerco al camping y no sé si nos desviarán por el lateral, así que guardo fuerzas. Por suerte, la meta es por la entrada principal y llego marcando un crono de 1h 25' 02" en el puesto 47 de 125 finalizados. Eso sí, exhausto. Mis piernas gritan pero al fin mi cabeza se relaja. Se acabó. Más dura de lo que pensaba. Pero reto conseguido. Me encuentro a Higinio (de Esteiro) y me felicita por mi sector de carrera y yo por su buena carrera (llegó antes que yo), cojo un plátano y un agua y me voy con Patri a animar a los que llegan, entre ellos Oscar que entra 4 minutos después. Con las fuerzas justas cojo la bici en boxes, le doy un manguerazo y para el coche. Tras una pequeña (y templada) ducha cambio de pedales y cogemos camino de vuelta.
 Tercer tiempo. Parada en Padrón y llega el verdadero avituallamiento. Qué viva Galicia y su comida. Me supo todo a gloria. En resumen: gran carrera, excelente organización y buena experiencia que debido a mi torpeza en bici dudaré en repetir (pero que aconsejo a todos).
Para animaros un poco a los que no pudisteis hacerla (pero que seguro que ya le tenéis fija en el calendario del año que viene), os dejo unas cuántas fotos del recorrido para iros haciendo la boca agua...


 

 A la izq., increíbles vistas de la ubicación del camping. A la derecha, tramo embarrado. Más abajo, la famosa "piscina" y otro tramo embarrado, para terminar con las famosas (y temidas) "Lobeiras", el descenso.

 

Espero que os haya gustado la crónica y que os animeis a participar en ésta y en cualquier otro evento deportivo... ¡hasta la próxima carrera! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario