sábado, 21 de septiembre de 2013

48ª COMPETICIÓN: I DESAFÍO ISLAS CÍES: LA GUINDA DEL PASTEL

Domingo, 15/9/13, 8:00 h.
I Desafío Islas Cíes (Vigo)
Distancia: Half (1.9 + 90 + 21)
Inscripción: 125 euros
Dificultad: baja (circuitos llanos) (no drafting)
Tiempo: 4h 36' 23"
Tiempo del 1º: 3h 59' 36" (- 36' 47")
Puesto: 103º de 405
Avituallamiento: geles,barritas, powerade, agua
Trayecto desde Betanzos: 1h 30' - 147 km
Puntuación: 8/10
Repetiría: SI
Muchas emociones. Y poco espacio para poder expresarlas todas. Ha sido muy grande. Tantos meses de preparación junto a mis compañeros del club, tantas horas de rodaje con el objetivo entre ceja y ceja y por fin llegó el día. Un día marcado con letras de oro en mi agenda con la fusión de mi gran objetivo de la temporada y mi 35º cumpleaños. Tenía que salir bien. Y así fue. Además de la carrera, ésta sería como mi 1ª prueba "por equipos" al compartir experiencia con varios compañeros de fatigas de mi club, el triatlón coruña. Todo empezó el día anterior. Base de operaciones: hotel Samil, a 3 km de la organización y los boxes. Allí haríamos la previa de la carrera, con cena incluida Como siempre, salgo un pelín tarde y cuando llego al hotel ya están todos en la zona de boxes. Así que cojo el coche, me despido de Patri que aprovechara el buen tiempo para darse un paseíto por Samil (una zona muy chula, por cierto) y llego a "la zona 0" sobre las 19:00 h. (el check-in era de 16:00 a 20:00 h.). Cuando llego, me encuentro a mis compis del club con todo listo, así que tras aguantar los vaciles de "siempre llegas tarde" me como 20 min. de cola para recoger el dorsal y meto la bici en boxes pasando unos minutos de la hora límite. Además de la bici, decido dejar también el 
casco para no tener que hacer cola a la mañana siguiente para volver a hacer el check-in. Ya estoy nervioso. Tardo 5 min. en darme cuenta que el plástico que nos dan para que no se moje la bici por la noche hay que meterlo por debajo de la barra. "Tranquilo, Jose, aún queda mucho". Salgo pitando de boxes al campo de fútbol anexo, donde comenzaba el "briefing" o charla técnica a las 20:00 y donde ya está todo el mundo. Las gradas están bastante llenas pero por suerte Héctor (de mi club) me cede el sitio en 1ª fila y desde allí veo a un montón de amigos que no podían perderse el desafío: Rómulo (del Beariz), Jaja (del "Esteiro Team") y David (mi compi asturiano de Inef, con el que compartí muchas cosas y hacía más de 10 años que no veía... ¡vaya coincidencia!).
Me alegro mucho de verlos, soy muy de equipo y me siento más "en familia". El "briefing", que dura cerca de 1 hora, transcurre con normalidad, explicándonos el folleto que nos dieron al recoger el dorsal donde viene todo perfectamente descrito: horarios, circuitos, normas, avituallamientos... Por contar una anécdota, la jueza se equivocó con la distancia drafting que dejaba en 1 metro lateral y 3 metros por detrás. 5 minutos después rectificó (3 m. lateral y 10 m. detrás) y se oyeron suspiros (los buenos de alivio y los paquetes, como yo, de resignación). De vuelta al hotel y tocaba cena. Gracias a Diego y a Bea (del club), el hotel nos había preparado un buffet con "menú triatlético", aunque a la hora de repartir "invitaciones" se les fue de las manos y nos juntamos más de 60 personas entre participantes y familiares (con hermanamiento incluido con el NoSportLimit). Las mesas no eran muy grandes, aunque tuve la suerte de poder compartirla con varios pesos pesados de mi club (Héctor, Julio, Arturo, Pope y Roberto) y nuestras respectivas. Muy buen rollo, da gusto con gente así. En esta mini-concentración el 1º plato estaba claro: los espaguetis volaron y hubo que reponer. Yo imitaba al resto, porque no soy muy de normas y siempre como lo que me apetece. Esta vez no.
Ya estaba lleno, pero la gente seguía comiendo, vaya saque. Así que como no me apetecía repetir, de 2º tocó pollo con patatas para terminar con tarta de almendra. Faltaron las transiciones, vaya enchenta. Después de echarnos unas risas durante la cena, unos cuantos decidimos ir a dar un paseo por los alrededores del hotel y pude disfrutar de las batallitas de nuestros veteranos de guerra curtidos en mil batallas triatléticas. ¡Qué rabia que ya fuera tan tarde, escuchar experiencias vividas me encanta! A las 23:00 h. de vuelta al hotel y entre los nervios y dejar todo preparado conseguí relajar cuerpo y mente sobre las 0:30 h. A las 5:30 h. sonaba el despertador. Ya con 35 veranos recién cumplidos, me levanté a la 1ª para una ducha de activación y un buen desayuno con calma en la habitación.
A pesar de que la mayoría del equipo habían conseguido que el hotel sirviera el desayuno a partir de las 6:00, mi estómago está acostumbrado a desayunar con tiempo y la leche con magdalenas, cereales y demás tocó tomarlos un poco antes, como en Madrid. Último repaso y salida hacia boxes con Patri. Noche cerrada. Es en estos momentos cuando te preguntas qué hago yo metido en esto. Sin apenas dormir, aún de noche y dispuesto a meterme en el agua congelada para competir durante 5 horas. Masoquismo puro y duro. Es uno de los rasgos que definen al "perfil triatleta". Llego a boxes a las 6:45 h., de los primeros. Novedad. Voy con calma a hinchar las ruedas y descubro que la bici y el casco (ya sin pegatinas) está mojada. El orballo gallego ha hecho su efecto y el plástico no ha
servido de nada. No le doy importancia y me pongo a hinchar las ruedas. No he traído el móvil y no veo la presión, así que las acabo inflando a ojo, malo será. Toca pegar los geles al cuadro... la cinta aislante se cae por la mojadura, cambio de estrategia. Llevaré el maillot corto en la bici y los geles y barritas dentro. Dejo las cosas en la caja y repaso todo unas 5 veces, hasta vuelvo sobre mis pasos para asegurarme. Aún es noche. Saludo a varios de mi equipo, aún más nerviosos que yo y dejo el hinchador y demás en el coche. Ya son las 7:30 h. y la calma me obliga ahora a apurar. Así que entro de nuevo en boxes, corro por el largo pasillo hasta mi bici, cojo el neopreno y vuelvo hacia el paseo. Allí están ya Fede y Pope (de mi club) con el neopreno puesto y Patri diciendo... "otra vez el último". 
Debe ser genético. Me enfundo el traje a toda prisa, me despido de Patri y pitando a la playa. Se corta la tensión. Ya no veo a nadie, sólo el agua y una marabunta de gente (más de 400) con los nervios a tope. Ya son las 8:00 h., así que me meto sin pensármelo y casi me convierto en cubito. Dudo si lo que se ve enfrente son las Cíes o el Polo Norte. Después de unos segundos de aclimatación, consigo dar unas brazadas que me indican que todo está ok pero que va a ser largo. Salgo del agua, aún a oscuras. No veo las boyas pero me da igual, en el agua la táctica es siempre la misma: seguir al grupo. Estos son los peores momentos, previos al inicio. Busco compañía para relajar tensión. Los favoritos están a la izquierda, para nadar recto. Así que me voy a la derecha de todo para una natación tranquila.
Por suerte, me encuentro con Jaja e Iñaki y me ayudan tanto como un relaxing cup of cafe con leche in playa mayor. Además, empieza a amanecer y ya no da tanta pereza. Sin previo aviso suena la bocina, los primeros corren como alma que lleva el diablo y los de atrás les empiezan a gritar. El simpático debía estar probando la bocina, salida nula. Colocados de nuevo en posición, vuelve a sonar la bocina. Esta vez algunos ya están con el agua por las rodillas y avisan que tampoco vale. Vaya cachondeo. Como yo me lanzo de los últimos ni me había movido, pero no entiendo nada. Suena por 3ª vez y ya no hay vuelta atrás, la gente se lanza a las aguas viguesas y me despido de la playa de O Vao calculo que hasta dentro de 40 minutos. Por delante, un 1º sector de 1900 m. a una vuelta en forma rectangular con las Cíes de fondo. Casi nada. Esta vez no espero al final y en lugar de lanzarme de último me voy al extremo 
derecho en busca de la "calle libre". Aún así, recibo un par de "abrazos" pero mantengo la calma. La experiencia de hace 2 semanas en el polar me permiten mantener la calma y buscar aún más el lado derecho. Tanto que por fin consigo nadar cómodo y con la respiración controlo al grupo que va nadando estirado a unos 50 m. Busco una buena técnica y a los 300 m. nado cómodo. Sé que va para largo y lo único que hago es controlar las distancias para no llevar sustos. Unos minutos después veo la boya roja. Por fin. Pero levanto la cabeza y veo que la gente sigue. Buff, no es esta. Así que me resigno y sigo hacia delante. Ahora sí llego a la boyas rojas triangulares que marcan la mitad y en vez de hacer los 100 m. que las separan hago un rodeo circular de unos 200 m. para evitar golpes. Mientras respiro veo que me sacan metros los que las bordean, pero no me importa. No tengo ganas de fiestas. Esto es muy largo. Así que inicio la vuelta de 900 m. sin ningún golpe, objetivo cumplido. Sigo llevando al resto a 50 m. a mi izquierda y ahora el sol, que empieza a asomar, me da de frente. Además, el gran bloque ya va delante y vamos unos cuántos desperdigados. No sé el camino correcto, empiezo a sentirme un náufrago e intento nadar lo más recto posible sin saber a ciencia 
cierta el camino. La única referencia era una lancha colocada a la derecha con jueces que imagino que avisarían si te desviabas. Así que me centro en izquierda, derecha, izquierda... levanto la cabeza y aún no veo la playa. Se me está empezando a hacer largo. Empiezo a recordar los entrenos en Mera y en Miño para relajarme y cuando vuelvo a levantar la cabeza veo la boya. Pero la veo detrás. Con mi afán por rehuir la pelea y mantenerme alejado del resto, me paso el camino de boyas por la derecha y me paro. Veo la playa pero no sé si seguir nadando por este lado o pasar por debajo de las mini-boyas que forman el pasillo final de unos 150 m. Mientras me cago en los de la lancha por no avisarme, decido volver unos 50 m. hacia atrás y entrar de forma correcta para evitar una posible penalización. Por si se me hacía corta la natación... Tras el último arreón, consigo llegar al Vao y empatizo con Armstrong cuando pisó la luna. Mientras cojo aire corro por la fina arena del Vao (eso sí que es arena y no las piedras de Riazor) consigo parar el crono en 39'43" (puesto 271), casi 2 minutos peor de lo previsto. Y es que entre el rodeo que dí y la vuelta atrás final yo creo que pasé los 2000 m. de largo. Ya en la T1, me hago los casi 200 m. que me separan de la bici por el largo pasillo de boxes y me centro para no olvidarme nada: quito el neopreno, pongo el casco, portadorsal, maillot con geles y 
barritas y salgo lanzado a por el 2º sector dispuesto a completar los 90 km divididos en 4 vueltas lo más rápido posible. El circuito, quitando el primer km de enlace que pica para arriba, es prácticamente llano, picando un pelín para abajo en la ida y al revés a la vuelta. Con buenas piernas, casi el 100% acoplado. Hago el enlace bastante rápido y me acoplo. Recuerdo el Half hecho en Madrid y no me ciego, cadencia alta y cómoda. Empiezo a pasar gente, entre ellos varios de mi club: Roberto (que me acompaña un par de vueltas pasándonos ambos varias veces), Arturo, Fede, Iñaki... a diferencia de Madrid, donde fui el 100% del camino sólo (y también eran 4 vueltas), aquí se me hizo casi imposible. Cierto que éramos más, pero no es excusa. Se me hizo casi imposible guardar la distancia para adelantar de 3 m. y aún más de 10 m. por detrás. Aún así lo intenté. Eso sí, a rueda no fui ni 1 segundo. A pesar de un poco de sangre en mi mano derecha al romper la goma que une la zapa con la bici para la T1, las sensaciones son buenas. Sigo pasando a gente y la mayoría de los que me pasan son "los de lenticular", así que no me preocupo, esos van en otra guerra. Al llegar al giro aprovecho para tomarme una barrita. Quito plato (que llevo los 11 km de ida) y me lo tomo con calma. Llego a la recta de bajada que marca el final de la vuelta y está lleno de gente, como una etapa 
de montaña ciclista. Con el subidón de los ánimos me caliento y hago el inicio en subida a tope. 200 m. después me arrepiento pero ahí ya me he dejado más fuerzas de las previstas. Vuelvo a acoplarme y sigo. El circuito es rápido y sólo hay que vigilar en las 4 o 5 rotondas que hay para dejar sitio a los que te adelantan. Varios llevamos el mismo ritmo y nos vamos pasando unos a otros durante todo el camino, bajo la atenta mirada de un juez. No hay 10 m. entre nosotros, sino 4 o 5 m., pero el juez no dice nada. Me olvido del resto y sigo a lo mío. Al terminar la 2ª vuelta, con los bidones casi vacíos, reorganizo mi estrategia: me tomo el gel que llevo en el botellín y decido tirarle los 2 botellines a Patri para coger unos nuevos en el próximo avituallamiento. Cuando lo hago, un juez me grita que eso es sanción.
Por supuesto, yo ni idea después de ver a todos los demás tirándolos en los avituallamientos. Así que le digo "lo siento" y sigo pedaleando sin pensar en si me penaliza o no. En esta vuelta paso a Héctor y a Pope del club y después de haber hecho lo propio con Carlos en la vuelta anterior creo que sólo me queda Fran, puesto que nuestro punta de flecha Diego tuvo que abandonar por una caída. Ahora, en este "grupo" que nos vamos pasando manteniendo las distancias viene Juan, también del club, con el que aprovecho para charlar un rato. Al llegar al retorno de la 3ª vuelta cojo los bidones en el avituallamiento y quito el plato. Esta vez quiero hacer un buen sector final y no cargo las piernas. Mientras voy acoplado veo a varios grupos que sí van chupando rueda, sobre todo a los que marchan primeros a grandes velocidades. 
A mí me da igual, ellos sabrán, yo sigo a lo mío. Siempre que puedo, y sin quemarme, voy delante. Cuando me pasan, intento dejar 4 o 5 m. y algo de separación lateral. Aún así, es incómodo tener que ir siempre preocupado por las distancias. Inicio la 4ª vuelta y me tomo otra barrita. Me encuentro bien pero no me ciego. Ya pensando en el último sector, aparece un pequeño problema: me entran ganas de evacuar. Me paso los 11 km de ida de la última vuelta pensando en cuándo hacerlo, si en el último sector o en la bici. A falta de 5 km, casi improvisando y con la vejiga pidiendo auxilio, veo un contenedor y me lanzo. Abandono a mis compañeros de fatigas e inicio una "T3" sin saberlo. Porque esto no me había pasado nunca ni lo había ensayado. Dejo la bici, me desabrocho el maillot y empiezo a quitarme el tritraje. Me paro y analizo la situación. Cambio el plan y subo la pernera. Casi la rompo pero lo consigo. Vuelvo a ponerme el maillot y después de casi 3 minutos me vuelvo a subir a la bici. Esta vez sí, me hago los últimos 4 o 5 km sin referencias ni por delante ni por detrás, apretando para minimizar la pérdida. Tras el enlace de bajada llego a la T2 terminando el sector ciclista en 2h 31' 15" (puesto 170) y ahorrando fuerzas. Mientras oigo los ánimos de Patri y demás amigos, dejo la bici (por suerte, tras una carrera corta con ella por mi colocación en boxes)
casco y maillot, me calzo las zapas y la visera y salgo como un foguete. Por delante, 21 km divididos en 4 vueltas por un circuito prácticamente llano con una corta subida al inicio de cada vuelta. Bajo la pernera que aún tenía subida desde "el pit-stop" y pongo "modo caza y captura". Con un gel con cafeína en cada mano inicio mi particular remontada y en busca de terminar al 100%. Nada más salir veo a un corredor que va adelantando y lleva buen ritmo. Sin cegarme, lo cazo y me mantengo a su estela. Antes de llegar al avituallamiento lo adelanto, me tomo un gel con cafeína, 2 tragos de agua y a seguir. Terminando la 1ª vuelta, en una larga recta que pica hacia abajo veo a lo lejos la zona de boxes por donde hay que pasar en cada vuelta. Está a reventar. Una de las imágenes del año. Sin duda. Cientos de personas agolpadas a los lados y animando sin parar. La piel de gallina. No me queda más remedio que subir un puntito. Las sensaciones son muy buenas. No voy a tope por miedo a reventar pero no me guardo nada. Los gritos de ánimo de Patri, gente del club y demás colegas ayudan mucho y me encuentro muy cómodo. En cada avituallamiento, por miedo al flato, me limito a echarme una botella de agua por la cabeza y listo. Ni powerade, ni plátano, ni esponja ni nada. Me refresco y sigo. Paso de cambiar nada. Comienzo la 2ª vuelta
con la subidita y me creo el Gómez Noya. Es el problema de ir tan retrasado. Paso a la gente como si yo acabara de empezar a correr y ellos llevaran una maratón (me imagino que similar, pero al revés, cuando me pasan en el agua). Eso sí, en realidad yo también voy justito. Pero a otro ritmo. Pierdo la cuenta de a los que adelanto y me centro en "pasar al siguiente". Sin reloj, voy por sensaciones. No veo a nadie del club, no sé qué tal irán. A mitad de la 2ª vuelta me empiezo a encontrar aún mejor (debió ser el gel con cafeína) y aprieto un poco más. La gente que está entrenando por la zona, como ya hizo en el sector ciclista, me anima y me dicen que llevo un ritmo muy bueno. Se agradece. Pienso que aún queda mucho y no quiero reventar. Pero me echo otra botella de agua y sigo. Por suerte, no hace mucho calor. Vuelvo a pasar  por la zona de meta y el griterío es increíble, vaya
momentazo. Al inicio de la 3ª vuelta paso a Iñaki, Arturo, Héctor y Carlos del club, me animan y por fin estoy haciendo la carrera para la que entrené, corriendo como sabía que podía hacerlo. Sigo cazando corredores y no bajo el ritmo. En el avituallamiento intermedio me tomo el 2º gel con cafeína que llevaba en la mano y bebo 2 sorbos de agua rezando para que no me dé el flato. Lo consigo. Entro por la zona de meta a tope para completar los últimos 5 km. Ni idea del tiempo que llevo. Mi objetivo previo, bajar de 5 horas. Subo el puntito que me queda y el isquio derecho me da un pequeño aviso. Lo que me faltaba, romper en la última vuelta con la carrera que me está saliendo. Así que decido mantener ese ritmo y rezar. A falta de 4 km paso a Rómulo, compañero de batallas en todas las carreras y un crack. Va tocado y no puede 
aguantar mi ritmo. También paso a Jaja, al que le queda otra vuelta y nos damos ánimos. No va nada mal para estar debutando. A falta de 1 km veo a un corredor que aprieta. Pongo el piloto en reserva y echo el resto. Me lanzo a tumba abierta por la larga línea hacia meta. Lo paso, me anima y entre el griterío giro a la izquierda para enfilar la última recta. De repente, veo el reloj colgado en la meta: 4h 36 minutos... "ni de broma", pienso. El estado de shock dura 2 segundos, lo que tardo en mirar que no venga nadie detrás y poder disfrutar de la entrada en meta levantando los brazos con el objetivo cumplido. Vaya regalo de cumpleaños, casi 24 minutos por debajo del objetivo y entrando en meta al 100% y muy entero. A pesar de pequeñas dificultades como no poder dar casi pies en el agua y molestias al correr por una fuerte tendinitis en la zona de la tibia próxima al tobillo, pude darlo todo y conseguir un tiempo que ni había soñado. Termino la media maratón del último sector en 1h 21' 19" (puesto 29) y finalizo la prueba con un crono de 4h 36' 23" en el puesto 103º de 405 finalizados y ya dentro del GGEE de 35 a 39 desde hacía unas horas. En la meta me espera Patri, que tampoco se lo cree. Ya somos 2. Mientras intento asimilar todas las sensaciones, me cuelgan mi medalla de
 finisher (muy chula) y me dan la camiseta (tb muy bonita). Felicito a los colegas que ya han llegado (entre ellos Juan del "Esteiro Team" que me saca cerca de 1 minuto en meta y Carlos del NoSportLimit que me saca 2 y Fran, que me quita el honor de ser el 1º del club que me saca 3), me tomo 2 vasos de "bebida recuperadora" y me voy a la zona de meta con Patri para ver llegar al resto de la armada rojilla. La alegría es increíble. Última prueba, cumpleaños, objetivo cumplido, buen tiempo... todo redondo. Mientras hablo un rato con Patri y esperamos al resto del club, las piernas empiezan a convertirse en bloques de mármol. Pero no tengo ganas ni de estirar. Después de ver llegar a varios tricolegas (Rómulo, Julio, Pope...) decido ir al puesto de fisio para que me recompongan un poco las 
 piernas al menos para poder conducir hasta Betanzos. Bien, solamente hay 8 por delante y 4 camillas. 10 minutos después sigo en el mismo sitio, no sé si les están haciendo un masaje o están echando la siesta, así que me resigno y voy a lo "Robocop" hasta el coche, cojo la mochila y me doy una fantástica ducha en agua fría al "estilo militar". Después de "ponerme guapo" me encuentro a más amigos (en la foto con David, mi compi de Inef, que debuta con un tiempazo) y comentamos los lances de la carrera. Cojo el avituallamiento final (platos con tortilla, empanada y sandwich a barrer) con un powerade (había cerveza, agua...) y me cuesta comer. Después de tanta barrita y gel mi estómago está bien pero sin ganas de asimilar más comida. Después de las fotos de rigor y de felicitar a todos mis compañeros de club (con la pena de Diego que para el año hará top-20 seguro), me voy ya con morriña de vuelta a casa con Patri, que me animó un montón durante toda la prueba y me ayudó a conseguir uno de mis sueños de la temporada. Resumiendo, este día ha entrado en el podium de los mejores momentos vividos en este mundillo hasta ahora. Desde los entrenos en equipo tanto en Mera como Montesalgueiro hasta la "concentración" en el hotel y finalizando con la carrera, de 10. En cuanto a la 
 carrera, le doy un 8. Como puntos a mejorar, aunque no sé si se puede, la hora de inicio (demasiado temprano, total calor lo vas a pasar igual) y el servicio de fisio (con 5 min. por persona para aliviar un poco las piernas creo que llega, no media hora), sin tener en cuenta la permisividad de los jueces con el drafting que a mí no me afectó en primera persona. Pero con ese entorno, el ambiente, la distancia, los avituallamientos y la atención hasta el último detalle creo que puede ser una prueba referente en Galicia en los próximos años. Los ganadores fueron José Manuel Pardo y Aida Valiño, 2 clásicos en el triatlón gallego. Para el año espero volver y mejorar aún más. La distancia me encanta y el sabor de boca que me deja este Desafío Islas Cíes es fantástico. Ahora toca ya buscar nuevos retos y nuevas pruebas que me ayuden a seguir progresando en este "universo triatlón", pero eso será ya en la 3ª temporada... ¡hasta la próxima!

PD: me gustaría, en 1º lugar, dar las gracias a todos los que me han ayudado a conseguir este reto, desde los que leéis y me animáis a través de este blog, pasando por mis tricolegas de entreno, del club, mi entrenador Emilio... hasta llegar a Patri, mi eterna compañera y sufridora,
sin los cuales no habría llegado hasta aquí ni de lejos.
Sin duda en esta ocasión merece un especial agradecimiento Diego, compi del tri coruña, que nos organizó entrenos para larga distancia durante varias semanas y tb la cena previa a la carrera. En sus piernas se veía un top-20 que seguramente conseguirá el año que viene.
También me gustaría felicitar a todos mis amigos (a algunos ya los considero, en el amplio sentido de la palabra) que han llegado a la línea de meta cumpliendo su sueño y a los que sé que les ha hecho tanta ilusión como a mi: a todos los del club (Héctor, Fede, Julio, Arturo, Pope, Roberto, Fran, Iñaki, Carlos...), a Juan y Jaja del "Esteiro Team", a David, Rómulo, Nando... espero poder compartir carreras durante muchos años con todos vosotros y que las disfrutemos tanto como esta... ¿cuándo es la siguiente?

jueves, 19 de septiembre de 2013

111ª SEMANA DE ENTRENO: COMO PASA EL TIEMPO...

Me parece increíble estar hablando de la semana que cierra mi 2ª temporada de triatlón. Tras 1 mes de puesta a punto después de unas buenas vacaciones y con malas sensaciones en las 2 últimas competiciones, afrontaba esta semana con mucha cautela y con ganas de que el domingo saliera todo redondo. Para ello, me tomé muy en serio los ritmos y los km que tenía marcados en la hoja de ruta. Y aunque soy más de improvisar, esta vez tuve en cuenta todos los detalles. Y la cosa salió bien. 
La semana fue así:

Lunes, 9/9/13: Natación: 50' - 1.7 km
Martes, 10/9/13: Carrera: 40' - 8 km
Miércoles, 11/9/13: Ciclismo: 1h - 31 km + Natación: 40' - 1.6 km
Jueves, 12/9/13: Carrera: 40' - 8 km
Viernes, 13/9/13: Natación: 28' - 1.2 km
Sábado, 14/9/13: Ciclismo: 25' - 11 km + Carrera: 5' - 1 km
Domingo, 15/9/13: Desafío Islas Cíes (1.9 + 90 + 21): 4h 36' 23". Puesto 103º de 405.

Natación: 4 sesiones - 2h 40' - 6.4 km
Ciclismo: 3 sesiones - 4 h - 132 km
Carrera: 4 sesiones - 2h 45' - 38 km
TOTAL: 8 SESIONES - 9h 25'

Después de los km realizados la semana anterior, en esta me dediqué a mantener el cuerpo activo pero sin cargarme demasiado, evaluando las sobrecargas con las que llegaba al objetivo final. Una pequeña tendinitis en el hombro derecho y una mayor tendinitis en el tibial izquierdo (en la zona del tobillo) no me iban a impedir poner la guinda al pastel. Daños colaterales, en este caso por abusar de la natación. Así, llegué al sábado con 15 días seguidos de entreno y con sólo 2 días de descanso en el último mes. Lo necesitaba. Mi cuerpo tenía que machacarse para que mi cabeza supiera que estaba preparado tras varias semanas de descanso rascando la barriga. Masoquismo puro y duro. Aunque las sesiones de esta semana fueron de lo más llevaderas, las ganas de desconectar hicieron que tuviera que arrastrarme día tras día para entrenar la horita correspondiente, deseando que llegara ya la prueba. Y el domingo, por fin, tras meses esperando el momento y semanas entrenando para ello pude poner el broche de oro a esta 2ª temporada. Al igual que hice el año anterior con el Polar Olímpico de Coruña, pude volver a subir el listón con este Desafío Islas Cíes en Vigo. Aunque la crónica está al caer, puedo decir que he pasado unas semanas increíbles junto a varios compañeros del club que me han hecho disfrutar un montón haciendo km en compañía y que he conseguido superar un gran reto con la sonrisa de oreja a oreja en todo momento. Ahora, aunque aún quedan unas cuántas pruebas llamativas (duatlón de Porriño y tri de Pontevedra entre otras), mi cuerpo y sobre todo mi cabeza me piden descanso, así que prefiero terminar con buen sabor de boca para tener aún más ganas de empezar la 3ª temporada. Toca hacer balance y buscar nuevos retos. Aunque no descarto nada... ¡buena semana!

sábado, 14 de septiembre de 2013

LA PREVIA: DESAFÍO ISLAS CÍES (DOMINGO, 15/9/13, 8:00 h.)

Y llegó el día. Hace ahora un año, tras terminar mi 1ª temporada en el mundillo del tri con el olímpico de Coruña, empecé a organizar mi calendario de pruebas de cara a la siguiente temporada y buscando nuevos retos. De repente, apareció un nombre muy llamativo ("Desafío Islas Cíes"), una distancia atractiva (medio ironman) y una fecha premonitoria (15 de Septiembre, mi cumpleaños). Así que no me lo pensé 2 veces, me lancé de cabeza. Objetivo final. Y después de muchos entrenos y competiciones, faltan horas para plantarme en la línea de salida. A pesar de que ya realicé un medio hace 3 meses en Madrid, no eran las distancias correctas (10 km menos de bici y 1 km menos de carrera) y este será el gran reto de la temporada. Vamos con la prueba. A pesar de que el nombre diga "Islas Cíes", estas sólo las veremos de lejos, puesto que la prueba se realizará en Vigo, frente a las islas. La zona de boxes se situará en la playa de "O Vao". 
Como muchas de las pruebas de larga distancia, el check-in (dejar la bici y demás preparados en boxes) se podrá hacer ya el sábado por la tarde (de 4 a 8) y la reunión técnica será a las 8 al lado de boxes. Ya metidos en faena, la prueba comenzará a las 8 de la mañana, tocará madrugón. Para empezar, 1900 metros a nado en las frías aguas viguesas en una única vuelta en forma de rectángulo: 900 m. hasta la 1ª boya, 100 m. hasta la 2ª y otros 900 m. de vuelta hasta la playa. Una vez en tierra, habrá que coger la bici para completar los 90 km del 2º sector.
4 vueltas a un circuito cerrado prácticamente llano por la costa (en donde se corre la Vig-Bay) en donde habrá que regular para no llegar al 3º sector con las fuerzas justitas. Para terminar el desafío tendremos que correr los 21 km del sector de carrera, una media maratón a 4 vueltas por un circuito prácticamente llano por los alrededores de la playa. Por lo que parece, las mayores dificultades serán las aguas viguesas (tanto por frías como por el oleaje, que esperemos que sea mínimo), el viento que nos pueda acompañar en la bici y el calor en el sector de carrera. Otro factor a tener en cuenta será la salida en la natación. 500 valientes inscritos parecen muchos para no recibir unos cuantos manotazos, habrá que estar atentos. Mi objetivo esta vez es disfrutar. 
Esta prueba será una pequeña fiesta del club. Iremos alrededor de 15 flechas rojas y ya el día anterior celebraremos la prueba en una pequeña "pasta-party" en el hotel donde nos alojamos. Al día siguiente celebraré mi 35º cumpleaños participando en la prueba y con el objetivo ambicioso de bajar de 5 horas. No nos vamos a engañar. Antes de las vacaciones mi estado de forma era mejor, espero que estas 3 últimas semanas de entreno me permitan competir cerca del nivel al que he entrenado todo el año. Las ganas y la confianza están a tope. Sólo queda disfrutar del evento, de la compañía (Patri será de nuevo mi brazo derecho) y soplar las 35 velas cruzando la línea de meta del "Desafío Islas Cíes"... ¡nos vemos en Vigo!

viernes, 13 de septiembre de 2013

110ª SEMANA DE ENTRENO: EL PESO DEL DORSAL

Al igual que el huevo y la gallina, hay cosas en la vida que son inexplicables y, a la vez, inevitables. Una de ellas es "el peso del dorsal". Aún no sé la razón por la cual triatletas populares nos anotamos a una competición por el mero hecho de participar y nos presionamos con expectativas ilógicas en lugar de disfrutar de la prueba y de hacerlo lo mejor posible. Quizás el peso no sea tan exagerado, aunque tengo amigos que no compiten por ese miedo al fracaso que da la competición. Y si lo piensas, no tiene sentido. Una cosa es ser atleta de élite y disputar el triunfo en una prueba (lógica la presión y el peso) y otra muy distinta presionarte sin sentido en una prueba popular sin saber contra quién compites y el nivel que tienen. Además, en triatlón cada carrera es un mundo y hay un montón de factores que pueden cambiar la prueba en cada momento. A ver, es cierto que aunque seamos populares, muchos entrenamos casi como los "pros", dentro de nuestras capacidades. Pero los objetivos son bien distintos. Muchas veces, al terminar la carrera, nos fastidia haber quedado el 20º o no haber cogido el grupo bueno por unos segundos. Días después, cuando lo pienso, no le encuentro el sentido. En los entrenos, aunque sean grupales, esto no pasa, disfrutas o sudas sin mayor presión que la de hacer el 1000 a 3'40" o el 200 en piscina a 3'30". Pero como ya he dicho, el dorsal y las ganas de plasmar el esfuerzo de semanas en 1 o 2 horas nos llevan a que nos tiemblen las piernas al empezar y a que el 90% de las carreras acabemos con malas sensaciones echándole la culpa a algún factor, sin pensar que el dorsal, a no ser por una avería mecánica, te acaba poniendo en el sitio que te corresponde. Y aunque yo me lo he propuesto muchas veces, es difícil quitarte ese peso. Más aún cuando compites contra amigos o compañeros de club. Confío en que la experiencia me vaya aligerando la carga y aprenda a disfrutar de las carreras sin que me pese tanto el dorsal; al fin y al cabo, la carrera es la meta pero lo emocionante es el camino.
Ya metiéndonos en faena, creo que esta ha sido la semana del cambio. O así lo espero, porque no tenía más cartuchos. Tras volver de las vacaciones, las sensaciones de las 2 primeras semanas no fueron buenas y se confirmaron en las pruebas de Lugo y Coruña donde "fallé" en mi mejor sector, la carrera. Tampoco es que lo hiciera mal, pero no me encontré cómodo como pasaba hace unos meses. Sin tiempo para más, esta semana me propuse meterle al cuerpo todo lo que pudiera soportar sin que me dejara secuelas para el objetivo final de la temporada a la semana siguiente. Creo que las sensaciones han mejorado y que he subido al menos un puntito para llegar con mucha confianza a la que seguramente sea mi última prueba de la temporada y con la que llevo soñando varios meses. La semana fue así:

Lunes, 2/9/13: Gimnasio: 35' circuito + Natación: 30' - 1 km (técnica)
Martes, 3/9/13: Carrera: 1h 05' - 15 km (cambios de ritmo).
Miércoles, 4/9/13: Natación (mar): 51' - 2.9 km + Ciclismo: 2h 25' - 58 km
Jueves, 5/9/13: Carrera: 1h - 14 km (series de 1 km)
Viernes, 6/9/13: Natación: 45' - 1.5 km (técnica) + Ciclismo: 1h - 30 km (acoplado)
Sábado, 7/9/13: Ciclismo: 2h 05' - 63 km + Carrera: 30' - 7 km. Transición.
Domingo, 8/9/13: Ciclismo: 2h 30' - 71 km.

Natación: 3 sesiones - 2h 05' - 5.4 km
Ciclismo: 4 sesiones - 8 h - 222 km
Carrera: 3 sesiones - 2h 35' - 36 km
Gym: 1 sesión - 35'
TOTAL: 10 SESIONES - 13h 15'

Ahora que lo veo, los km en bici han sido una burrada, aunque no me lo parecieron. Ahora comprendo por qué no era capaz de seguir al grupo la última media hora del domingo... De todas formas, más que el volumen lo que más me anima son las sensaciones corriendo y nadando. La última sesión en el mar conseguí nadar en unos tiempos muy por encima de mi nivel y corriendo no me he notado tan asfixiado a ritmos altos como en semanas anteriores. Así que por lo menos estoy a un nivel aceptable para competir con plenas garantías y mucho más animado que en las pruebas anteriores. Como punto negativo, la tendinitis en la tibia por culpa de la natación ha aumentado y casi me impide dar pies en el agua, aunque para mí no es demasiado problema porque casi no uso las piernas. Espero que no se agrave y que sólo me duela al nadar. Así que ahora sólo queda descansar y dar los últimos coletazos de entreno para disfrutar de la "prueba reina de la temporada"... ¡buena semana!

sábado, 7 de septiembre de 2013

47ª COMPETICIÓN: II TRIATLÓN POLAR SERIES CORUÑA: TIRANDO DE ORGULLO

Domingo, 1/9/13, 8:30 h.
II Triatlón by Polar Series Coruña
Distancia: Olímpico (1.5 + 38.5 + 10)
Inscripción: 30 euros
Dificultad: baja (circuitos llanos)
Tiempo: 2h 12' 24"
Tiempo del 1º: 1h 52' 54" (- 19'30")
Puesto: 72º de 309
Avituallamiento: agua, zumo, melón
Trayecto desde Betanzos: 30' - 25 km
Puntuación: 8/10
Repetiría: SI
Al inicio de esta 2ª temporada, cuando hice mi previsión de calendario competitivo, tenía 2 cosas claras: cerrar la temporada con el Polar de Coruña y después con el Desafío Islas Cíes en Vigo. Siendo los objetivos finales, confiaba en llegar al 100% e ir sumando entrenos para mejorar mis prestaciones de la 1ª temporada. La verdad, hasta ahora no me puedo quejar. Ha sido una temporada casi de sobresaliente, pero el verano (o mejor dicho yo) he truncado la progresión. Hasta junio, tanto los entrenos como las ganas iban a la par y los resultados se plasmaban en las competiciones, había subido un puntito con respecto al año anterior. Pero los meses de julio y agosto, con las vacaciones, entre viajes, comidas, fiestas y pérdida total de la rutina han provocado un retroceso tanto a nivel físico como mental que se está viendo reflejado en este final de temporada. A falta del objetivo final (Cíes), tanto en Lugo como en Coruña no me he encontrado cómodo, como es lógico, por la falta de entrenos y las ganas de terminar la temporada. Aún así, me lo he pasado muy bien y tengo mucha ilusión por competir dentro de 15 días en mi 2º medio ironman del año. Confío en que estas 3 semanas de entreno después de las vacaciones me sirvan para recuperar un poco la forma que tenía en meses anteriores y pueda conseguir mi gran objetivo.
Pero bueno, vamos ya con la crónica que sino me enrollo demasiado. Aprovecho parte de la que he escrito para la página web del club, porque sino no me dan las horas para todo. Vamos allá...
6:00 h. “Va, Jose, hoy no puedes llegar tarde, es el “día del club” y tienes que cumplir”. Con los nervios tampoco fue difícil saltar de la cama, aunque con las escasas horas de sueño acumuladas llovían los bostezos. Pero el día grande no se podía fallar. Hasta en el desayuno estaba concentrado. Preparé todo a conciencia y casi salgo en hora. Cuando llego al aparcamiento en Riazor aún es de noche.A pesar de participar el año pasado, me lo tomo con calma. Hincho las ruedas, pruebo la flaca y me voy tranquilo a coger el dorsal. ¡Mierda! Son las 7:45, hay una cola del copón para meter la bici en boxes y aún no tengo el dorsal… en mi línea. Ja, ja, ja, no doy aprendido.
Así que hago una llamada, me pongo a la cola para entrar en boxes y rezo para que llegue Patri e ir a coger el dorsal, porque sino no llego ni a la salida. Por suerte, le cargo el marrón a Berto de mi club, que está un poco más atrás en la fila. Le dejo la bici y salgo pitando a por el dorsal. ¡Qué estrés! A las 8:20 h. consigo poner todo en orden, me enfundo el orca y salgo pitando en mi primera transición. Lo bueno de la “m…” de arena de Riazor es que me hace olvidar el dolor de la picadura de escarapote del pie, ahora ya me duele todo. Para rematarla, pruebo el agua y por un momento creo que estoy en el Polo Norte. Doy unas cuantas brazadas, me giro y veo a más de 300 tíos preparados en la arena para dar remazos a diestro y siniestro. Así que vuelvo rápido y me uno a la película de “300”
Me coloco detrás, visualizo el primer sector aunque con los nervios sólo veo una boya. Da igual, seguiré al resto. Mientras explican el recorrido, veo a varios tricolegas (Javi, Alex, Berto...) pero yo no me muevo. Quiero una natación tranquila y me sitúo en el extremo derecho. Suena la bocina y a correr. Tras la primera brazada, golpe. En la 2ª, otro. Así voy acumulando golpes hasta que a los 30” me entra el agobio. Me freno, dejo pasar y sigo. Sigo recibiendo. Empiezo a sentirme realmente mal y cambio de táctica: viraje a estribor. En vez de nadar hacia delante, me pongo a nadar hacia la derecha. Después de 100 m. lo consigo, estoy sólo. Ahora sí, empiezo a nadar hacia la boya y recupero la respiración. Eso sí, no quiero más golpes. 
Así que pongo el “modo mofeta” y vigilo que nadie se acerque. Busco referencias entre tanto nadador y sigo su estela. A 200 m. de la boya vuelven los problemas: llegan los delfines de gorro blanco, no federados, que salían 2 minutos más tarde y van con el lactato hasta en las orejas, me pasan literalmente por encima. Sin ganas de pelea, vuelvo a nadar hacia la derecha, rezando por no terminar en la Casa de los Peces. Además, para hacerlo más divertido, y sin pagar entrada, a falta de 100 m. para la 1ª boya llego a la piscina de olas, un sube – baja continuo que ya no pararía hasta pisar tierra. Intento centrarme de nuevo y con el modo “ahorro energético” consigo bracear sin mayor dificultad que la escasa velocidad a la que avanzo. Resignado entre gorros blancos veo a lo lejos como los primeros, entre los que se encuentran Fady y César de mi club, están a punto de tocar tierra. 
Por fin, salgo de las aguas de la bahía coruñesa tras 30'11", en una natación que se me hizo eterna. Mientras “corro” hacia la T1, me encuentro con Juan, del "Esteiro Team", que había salido 2 minutos más tarde. Se nota que es de costa. Voy asfixiado pero ya ha pasado lo peor. Me paro a preguntarle a la juez por donde tengo que entrar para coger mi bici y tras la indicación hago cola para llegar, somos tantos que es imposible ir rápido. Aún por encima, la mía está al final de todo, así que me lleva casi 1 minuto llegar hasta ella. Sin darme cuenta de lo que me venía por detrás y demostrando mis habilidades como “amo de casa”, tardo otro minuto en meter el escurridizo neopreno dentro de la bolsa… ¡hasta esto hay que entrenarlo! Mientras juro en arameo por no haberme apuntado a un curso CEAC de “tareas domésticas” consigo después de varios intentos dejar todo ordenado en la bolsa.
 Por fin, cojo la bici y busco el grupo. Por delante, 5 vueltas desde el Millenium hasta la casa de los Peces para completar los 38.5 km del sector ciclista. La temperatura todavía es agradable y los mayores peligros en un circuito tan llano y rápido son los “imprevistos” de la carretera (alcantarillas, raíles del tranvía, rotondas) y la acumulación, mayor en cada vuelta, de triatletas de diferentes niveles físico y mental. Sin tiempo que perder me engancho a una rueda de perfil nada más salir, que me lleva 500 metros más adelante, ya cerca del Millenium, a formar un pequeño grupo que va a un buen ritmo. Aún recuperándome del líquido elemento, me agarro a cola del grupo intentando recuperar el aliento. Poco a poco vamos adelantando a corredores, algunos se unen y el grupo se va haciendo más grande. A la altura del Tryp veo que empiezan los problemas con varios abandonos y caídas, así que activo el "modo alerta". Empiezo a situarme en carrera con los del club, Fady y César ni los veo, literalmente vuelan en el grupo cabecero, un orgullo 2 flechas rojas peleando por el triunfo en “la prueba reina”. Jaime, de vuelta a la élite, remonta posiciones en el grupo perseguidor. Un poco más atrás, el conde de Sotomayor demuestra que ya está para pelear con los pros y se mantiene en las primeras posiciones.
 A la altura de la Domus veo que ya vuelven Berto y Carlos, me sacan un par de km, va a ser muy difícil cogerles. Paso a Iñaki y le animo a engancharse, pero está en otra guerra. Giramos la rotonda y veo a uno del club que no conocía. Es Juan José Gómez. Aprovechamos la “relajación” en el grupo para charlar un rato y amenizar el viaje. Poco después decidimos darle vidilla al grupo y empezamos a dar relevos. Es inútil. Cada uno hace la guerra por su cuenta y la cosa no va. Pasamos por delante del playa y uno se anima de más al ver a tanta gente animando. Lanza un ataque y tonto de mí lo sigo. Se para 400 metros más adelante y nos coge de nuevo el grupo. “Bien, Jose, calentón para nada, que ya no eres novato”. Recupero a cola y veo que se mantienen las distancias con mis tricolegas del club.
 Pasa otra vuelta sin mayores noticias que algún que otro calentón y “susto” por las tapas de alcantarilla (alguna en “modo socavón”) y en la 3ª comienza la fiesta: los del sprint se unen y nos juntamos más de 600 en apenas 8 km… aunque ya tenía puestos los 5 sentidos, activo el 6º (el sentido común) y busco un buen lugar en el grupo para no pasar apuros de aquí al final. De repente, ya pensando en el sector de carrera, nos pasan Márquez, Lorenzo y Pedrosa, un grupo de 5 o 6 ciclistas a más de 40 km/h. No sé si era el grupo cabecero o los primeros del sprint pero van como flechas. Los del grupo intentan seguirles pero no pueden. Por 2ª vez se me enciende la bombilla de novato y demarro del grupo en busca del arca perdida. Meto todo y hago 400 m. como si estuviese jugándome el sprint de los Campos Elíseos y los cazo en la rotonda del Millenium. 
Exultante pensando en las posiciones que iba a ganar cogiendo esas ruedas, me olvido de apretar tras la rotonda y se me escapa la “pole position”. Así que no me queda más remedio que volver a respirar y dejar que me alcance de nuevo mi grupo mientras me hago el “hara-kiri”. Este calentón sí que lo voy a pagar en la carrera. Con la promesa de no volver a calentarme y dejar todo para el sector de carrera, veo que las caídas se suceden. La más grave, un colega del Triatlón Ferrol al que le pasan varios por encima y tiene que ser trasladado al hospital con costillas rotas y demás. Otros con el cuadro partido, ruedas rotas… Gracias a Dios que no llovió, sino hubiese sido mucho peor. Volviendo ya en la 4ª vuelta nos pasa un colega que es ciclista y lleva poco en esto del tri. Es muy bueno sobre 2 ruedas y todo el grupo copia mi táctica: chuparuedas.
 Nos lleva a todos en fila y empezamos a recortar distancias con los de delante. Iniciando la 5ª vuelta veo que los "pros" salen a correr después de un sector ciclista espectacular; qué envidia sana, mientras yo sigo pedaleando. Por fin, sin mayores contratiempos, llego a la T2 con mi grupo del principio, hasta me da pena separarme de ellos, uno que empatiza rápido con la gente. Marco 1h00'50" en este sector, a 4' de los mejores. Tras correr con la flaca por el interminable pasillo de boxes, cojo el gel con cafeína y salgo disparado. Nada más escuchar el pitido del chip, levanto la cabeza y veo a 100 m. a Carlos y a Berto de mi club. Al menos el esfuerzo de la última vuelta ha valido la pena. Aprieto un poco y los cazo. De repente, se encienden las alarmas. Lorenzo empieza a molestar y mis piernas no responden. Nos plantamos en el paseo y en la larga recta van y vienen un montón de corredores. Noto que el ritmo no es bueno. Mal rollo, estamos en el sector decisivo, donde se corta el bacalao. Aquí no vale ni pillar pies ni chupar ruedas, aquí hay que dejarse la piel. Y tirar de orgullo. Y de eso, por suerte, sé un rato. Trato de contener las alarmas y decido ir con Berto un rato, a ver si me recupero. Veo que Juan me saca media vuelta, va a estar complicado cogerle. Subo el pequeño tourmalet del Millenium y la cosa no mejora. “Buff, esto se va a hacer muy largo”.
En estas 4 vueltas te da tiempo a saludar a los conocidos varias veces. Entre ellos, veo venir a los del "Esteiro Team", que me saludan todos contentos mientras yo apenas tengo fuerzas para subir y bajar las pestañas. Empiezo la 2ª vuelta, me echo un botellín de agua por la cabeza pero la cosa no mejora. Es más, Berto pone un puntito más y me cuesta seguirle, me quedo un poquito y me mantengo a duras penas a unos metros. Aún así, el ritmo no es malo. Veo a otros compis por detrás con la misma cara que yo (al menos no soy el único) y nos animamos en cada cruce. De repente, al terminar la 2ª vuelta, Berto empieza a quedarse, unos problemas en la rodilla le impiden mantener el ritmo y cede un poco. Como por arte de magia, su sitio lo ocupa mi colega ciclista que nos tiró la última vuelta en bici y vuelvo a sufrir.
 El tío va como un tiro y no creo que pueda aguantarle. En teoría a 2 patas soy mejor, así que toca tirar de orgullo. Aún queda vuelta y media y ya estoy corriendo más con el corazón que con la cabeza. Su ritmo me obliga a no guardarme nada. En otras circunstancias bajaría un poco el pistón, pero no me da la gana. Así que vamos pasando corredores y gracias a esto le recorto aún más a Juan, que ya me ve venir. Antes de completar la 3ª vuelta, oigo al speaker nombrar a César y a Fady que entran 6º y 7º, vaya máquinas. Mientras se me escapa una sonrisa,  inicio la última vuelta con mi colega al lado y con cara de sobrao. No creo que pueda aguantar. Aún encima, pone un puntito más y me quedo. Justo en ese momento cazo a Juan que me saca una sonrisa y me recuerda el comodín de la llamada. Así que llamo a mi orgullo y con la reserva me mantengo a 5 metros de mi colega. Pensando en llegar al Millenium a toda costa y con el modo "acaba como puedas", el pensamiento de parar se me pasa por la cabeza a la misma velocidad que me deslumbran los rayos de sol. Pero sigo a lo mío. Llego  por última vez a la “mini-cuesta” y a mí me parece “La Bola del Mundo”. "¿Me paro o no?" No puedo, esta batalla tengo que ganarla. Aumento pulsaciones y me mantengo en la lucha. 
Nos pasa uno del Beariz e iniciamos el último giro los 3 a tumba abierta. Después del esfuerzo realizado, aprovecho que la vuelta pica un poco para abajo y echo el resto; lanzo un ataque, ampliando zancada y rezando porque no aguanten. Mantengo el ritmo casi 1 km hasta cerca del playa. Miro hacia atrás y siguen ahí. “Buff, lo dejo”. En ese momento se me pasa por la cabeza todo lo que llevo entrenado este año y me da ánimos para lanzar mi último ataque, esprinto con todo a falta de 200 m. y a falta de 50 m. miro hacia atrás y no veo a nadie. Lo he conseguido. Hasta tengo tiempo a pararme en meta y levantar los brazos.j 37'59" en este último sector. Vacío. Pero contento. Puesto 72º, 2h12’24”. No nos vamos a engañar. Esperaba más. Pero es lo que hay. Al menos gané mi pequeña batalla. La guerra, dentro de 15 días en Cíes. Aún sin aliento y sin coordinación motriz, tengo el tiempo justo a girarme y ver cómo van llegando tricolegas: Berto, Juan, Jaja, Alex, Carlos... Tras comprobar que los 30 euros de inscripción sólo valen para que me den un botellín de agua, un vaso con algo que sabe a rayos y una fruta que no me gusta tras más de 2h de esfuerzo, localizo a mis Sancho Panzas (Patri y Laura) y les cuento un poco la intrahistoria de mi carrera. Además, tras repasar los resultados me entero que el club, Triatlón Coruña, consigue el 3º puesto en la clasificación... ¡espectacular!
PD: A pesar de no haber obtenido el resultado esperado, correr en Coruña siempre es una fiesta. Competir con tantos amigos y en un entorno tan espectacular hace que se te olvide todo y que tengas ganas de repetir. Me gustaría felicitar a todos mis colegas del club por ponerle color a la carrera (y por el podium de clubes), en especial a César y Fady que volaron sobre el circuito coruñés. También al "Esteiro Team" al completo, con una progresión espectacular y un debut olímpico de campeones. Y como no, dar las gracias a mis chicas, porque pegarse el madrugón y tirarse toda la mañana viendo a cientos de tíos correr como locos tiene su mérito. Ahora sí, toca centrarse en el objetivo final, el 15 de septiembre (donde cumpliré 35 primaveras), con el Desafío Islas Cíes. Espero poder dar el 100% y cerrar esta 2ª temporada con un gran sabor de boca... ¡nos vemos en Vigo!

                       Con el "Esteiro Team" al completo                                           Final de carrera

jueves, 5 de septiembre de 2013

108ª y 109ª SEMANA DE ENTRENO: EL ARTE DEL ENGAÑO

O mejor dicho, "autoengaño". En base a la experiencia que he adquirido en estos últimos meses, puedo decir que este arte está bastante extendido dentro del tri (y del deporte en general). Cuantos de nosotros no hemos pensado al terminar una carrera... "y si hubiera entrenado más la natación habría quedado 5º", "y si me hubiera puesto a la izquierda en la salida habría cogido al grupo bueno", "y si..."; innumerables hipótesis que solamente llevan a un camino: el engaño. Porque el resultado es el que es y lo que es es lo que hay. Aunque suene un poco lío es bien simple. Uno entrena lo que quiere, cuando quiere y cómo quiere. Está claro que existen innumerables factores que modifican la ecuación: trabajo, hijos, catarro, pinchazo, estudios... pero cada uno dentro de sus posibilidades hace y deshace a su antojo. Como ya he comentado otras veces, el que gana carreras no lleva toda la vida en el sofá tomando chocolate, sino que además de talento conjuga esfuerzo y entreno a partes iguales. Todos los que practicamos triatlón sabemos que nadie regala nada y que si quieres estar delante tienes que machacar los 3 deportes a diario (o casi). Lo que no puedes es exigirte más de lo que quieres o puedes dar. En mi caso, me conformo con lo que hay, aunque el "y si" esté presente de vez en cuando de forma inevitable. Pero no me obsesiono. Me divierto. El problema es que muchas veces nos autoexigimos y nos marcamos unas metas que no son reales, por lo menos a corto plazo. Nadie quita que hayas tenido un mal día, una caída o que por unos segundos se te haya escapado el grupo bueno. Pero si llevas 5 carreras quedando el 25º, por mucho que te machaques no vas a quedar 5º, porque los 24 de delante también seguirán entrenando a tope (y los de detrás también). Lo mejor es marcarse unas metas realistas y acordes a tu nivel para no venirte abajo por un mal resultado o una mala temporada, tratar de mejorar poco a poco, que es como se consiguen las cosas y eso sí, no engañarte con falsas verdades.
Y relacionado con esto, me gustaría comentar uno de los temas de moda a raíz del triatlón Polar de Coruña debido a la gran cantidad de gente que nos mezclamos en la bici y la diferencia entre "pros" y "populares". Lo primero, el término "pro" yo creo que lo utilizan mucho más los populares que los pros. Por cierto... ¿qué es un pro? ¿alguien que compite en élite? ¿tiene privilegios? ¿es famoso? Vamos a ver, como en todos los deportes, siempre hay algún máquina que se cree Gómez Noya y mira al resto con cara de sobrao, pero esos son los menos. La mayoría de tricolegas, sean "pros" o no, son gente formidable, divertida, compañera y que te echan una mano para lo que quieras sin creerse más que nadie. Además, para llegar a dónde están ahora llevan varios años de duros entrenos diarios y saben en qué consiste el mundillo. El problema llega cuando hay gente que empieza que cree que va a comerse el mundo y llega una carrera y le pasan por encima. Entonces llegan los comentarios "es que los pros no respetan", "es que casi me tiran". Vamos a ver, si yo voy a 50 y tú vas a 20 el sentido común indica que tú debes ponerte detrás. Este problema lleva pasando durante muchos años en las carreras populares y ahora, con el tri en auge, también pasa. Y con más peligro, porque son 3 deportes en uno. Lo que tengo claro es que los "pros" son los que mejor controlan la carrera y rara vez tendrán la culpa en lances que ocurran en la disputa de la misma. En resumen, aquí el problema es que no hay más ciego que el que no quiere ver, que los "pros" son gente normal que entrena más que nosotros y que los "populares" deberíamos sentirnos orgullosos de poder correr y aprender en cada carrera de ellos y no quejarnos cada vez que nos quitan las pegatinas.
Sin ánimo de calentarme, diré que por fin todo vuelve a la normalidad. Se acaba el verano, las vacaciones y por fin voy a centrarme de nuevo. O eso espero. Las 2 últimas semanas de verano han estado llenas de cenas, compromisos, fiestas y demás. Así me ha ido. Por otro lado, el volver a entrenar de 0 a 100% me ha provocado un cansancio físico y mental que difícilmente me sacaré de encima antes de cerrar la temporada. Aún así, estoy quemando mis últimos cartuchos de cara a cerrar la temporada con el deber cumplido. El verano terminó así:

SEMANA 108º
Lunes, 19/8/13: Natación (mar): 36' - 2 km + Carrera: 45' - 9 km (series de 400 m.).
Miércoles, 21/8/13: Natación (mar): 45' - 2 km + Carrera: 50' - 9 km.
Jueves, 22/8/13: Ciclismo: 1h 43' - 47 km + Carrera: 33' - 7 km (transición).
Viernes, 23/8/13: Gym: 35' circuito + Natación (mar): 45' - 2.2 km
Sábado, 24/8/13: Ciclismo: 2h - 55 km
Domingo, 25/8/13: XXV Triatlón do Miño (0.75 + 20 + 5): 1h 09' 47". Puesto 13º.

Natación: 4 sesiones - 2h 20' - 7 km
Ciclismo: 3 sesiones - 4h 20' - 122 km
Carrera: 4 sesiones - 2h 30' - 30 km
Gym: 1 sesión - 35'
TOTAL: 9 SESIONES - 9h 45'

SEMANA 109º
Lunes, 26/8/13: Carrera: 1h - 14 km (cuestas) + Natación: 45' - 1.5 km
Martes, 27/8/13: Natación: 45' - 1.2 km + Carrera: 45' - 10 km (cambios de ritmo)
Miércoles, 28/8/13: Natación (mar): 25' - 1.2 km + Ciclismo: 2h 25' - 61 km
Jueves, 29/8/13: Natación (mar): 45' - 2.5 km + Carrera: 55' - 12.5 km
Viernes, 30/8/13: Natación (mar): 47' - 2.6 km. Picadura de escarapote.
Domingo, 1/9/13: II Triatlón by Polar Coruña (1.5 + 40 + 10): 2h 12' 24". Puesto 72º.

Natación: 6 sesiones - 4 h - 10.5 km
Ciclismo: 2 sesiones - 3h 25' - 100 km
Carrera: 4 sesiones - 3h 20' - 46.5 km
TOTAL: 10 SESIONES - 10 h 45'

Recién aterrizado de las vacaciones, la primera semana me metí un poco de caña con la carrera y llegué un poco fundido al triatlón del domingo, aunque conseguí mantener mi posición habitual (entre el 10 y el 20) aprovechando que tampoco éramos demasiados en la prueba popular. Y como salí un poco fastidiado por la natación que hice ese día, se me ocurrió meterme 5 días de natación seguidos, haciendo más de 10 km la 2ª semana. Resultado: tendinitis en el empeine del pie izquierdo que no mejora pero que por suerte no me impide correr (todavía). Además, el viernes me picó por 2ª vez un escarapote y a día de hoy, una semana después, aún me duele al caminar. Así llegué al domingo para disputar el polar olímpico de Coruña, con tendinitis en el pie izquierdo, escarapote en el derecho, cansado de los entrenos y con la cabeza en el desafío islas cíes de dentro de 15 días. Resultado, mala carrera. Natación agobiante, bici regular y mala carrera, consiguiendo bajar un minuto el tiempo del año pasado cuando debería haber bajado al menos 5 o 6. Espero que estas malas sensaciones me sirvan también para subir un puntito y llegue al objetivo final de la temporada con muchas ganas y a tope. Ahora toca meter otra semana más de volumen para intentar llegar en el mejor estado de forma posible a la última semana y echar el resto en Vigo... ¡buena semana!