martes, 31 de mayo de 2016

117ª COMPETICIÓN: ULTRA TRAIL ALDEAS DO COUREL: JAQUE MATE A LA REINA

Sábado, 28 de Mayo de 2016, 7:00 h.
ULTRA TRAIL ALDEAS DO COUREL
Lugar: Seoane do Courel (Lugo)
Distancia: 88 km (tb 40 y 16 km)
Dificultad: muy alta
Desnivel: 12000 metros (aproximadamente)
Inscripción: 40 euros
Tiempo: 12h 17' 51"
Tiempo del 1º: 11h 06' 03" (- 1h 11' 48")
Puesto: 8º de 80
Avituallamientos: muy completos, con comida-cena final en meta
Trayecto desde Betanzos: 1h 55' - 162 km
Puntuación: 9/10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN
Nutrición en carrera: barritas, geles, sales (2 pastillas), galletas de chocolate, plátanos, frutos secos, agua, isotónico y coca-cola
Ropa utilizada: térmica manga larga, mallas piratas, medias compresivas y calcetines hoko, cortavientos inov-8 150, mochila salomon s-lab ultra sense set, cinta compressport
Zapatillas utilizadas: La Sportiva Ultra Raptor (rompieron las 2 por el upper)
Emoción, alegría, satisfacción... felicidad. Así estaba al cruzar la meta de la reina de las carreras de montaña en Galicia, junto a mi compañero de batallas "Quito", uno de los grandes del trail gallego. Acababa de jugar la partida de ajedrez más larga desde que empecé en esto hace algo más de 1 año y, a pesar de algunos peones perdidos en Penaboa, conseguí ganar la partida y conocer de primera mano la magia del Courel, aunque a decir verdad, por mucho que os lo cuente, vale la pena vivirlo en primera persona. Aquí va mi historia.

Viernes, 27 de Mayo (últimos preparativos)
Todo listo. Mochila con material, la de supervivencia, la que llevo en la ultra, otras 2 bolsas con zapatillas... ¿voy a una carrera o de vacaciones a Canarias? Y es que mi corazón, desde hacía 6 días en donde cometí la locura de cambiar mi inscripción en el trail por la Ultra, ya me decía que no iba a ser una más.
17:30 h. Me recoge Pablo, quién si no para cumplir el reto, y cogemos dirección Seoane do Courel en donde nos engancha Rober, otro valiente del Tri Coruña (que haría el trail) y después de 2 horitas de trayecto nos vamos directamente a recoger el dorsal. Llueve. Novedad en Galicia. Por si la prueba no era dura de por sí. Para recoger el dorsal en el colegio tenemos que enseñar el material obligatorio: mochila, bidones, manta, silbato, teléfono, cortavientos y frontal. Nos dan una camiseta para el recuerdo, un dorsal muy chulo con el perfil (que mete miedo) y nos vamos al centro de operaciones, un piso a 2 km de Seoane con unas vistas tan espectaculares como las de la foto. Preparamos todo y a las 21:00 h. volvemos a Seoane a la reunión técnica. Por allí están Fede y Luis del CAS que correrán el trail y mucha cara nerviosa. La reunión fue bastante desastre. No les funcionó el ordenador y nos explicaron de palabra todo el recorrido, 20 minutos para arriba, para abajo, que sí, que no, que muy técnico... lo único que saqué en claro es que iba a ser muy duro y que no se hacía la subida a la Besta de Paderne ni otro tramo porque denegaron permisos a última hora por unas protestas, así que el recorrido variaría con otra subida de quitar el hipo o en palabras de Moutinho, "pra facer a 4 patas". Después de la reunión toca coger fuerzas y nos vamos a "Casa Ferreiro", donde están todos los participantes de la prueba y nos tomamos el menú de pasta + pollo y de postre una tarta de castañas, típico de la zona. Allí conocimos a un par de chicos de Pontevedra y nos pasamos la cena contando batallitas. De vuelta al piso, vendar tobillos, dejar todo el material listo (unas 50 cosas, otro día las desgrano) y a dormir.
5:30 h. En pie!! Miro por la ventana, lloviendo. Buff, qué ganas de salir a correr por el monte 80 km. Menos mal que Pablo está igual, desayunamos fuerte, nos convertimos en ultreros y salimos tarde hacia Seoane. Aparcamos y nos hacemos la bajada fuerte hasta el colegio trotando, a modo calentamiento. Y es que llegamos sólo 15 minutos antes de la salida, con el tiempo justo para dejar la "mochila de transición" para mitad de carrera, soltar nervios y desearnos suerte. Por allí están Berto (que hará el trail, con salida a las 8:30 h.) y Bea del CAS, que vienen a animarnos a mí y a Luis, otro trotamontes infatigable del club. Aún amaneciendo, nervios a flor de piel, el cielo amenazante y un ambiente de tensa espera para la batalla...
Sábado, 28 de mayo, 7:05 h. Al fin. Ya no hay vuelta atrás. 80 km (en teoría) y casi 12000 metros de desnivel. 80 valientes. Ni más ni menos. Al monte. A las 8:30 h. saldrían los del Trail (40 km), con los que compartiríamos recorrido (la primera mitad de la ultra) y 10:30 h. Mini Trail (16 km).
Me conozco. 14 días antes me calenté en la salida de la Ultra de Picos (55 km) y lo acabé pagando. Estrategia: salgo detrás con Pablo, primera bajadita suave y después de 50 metros de llano primer rampón tipo Ézaro para ir entrando en materia. A caminar. Y la subida por asfalto se alarga más de 600 metros. 300. Son los 
que tardo en despedirme de Pablo, porque tampoco quería quedarme atrás de todo y empiezo a subir pulsaciones. Algunos conocidos como Iván Barreiro, Dani Corvo y los portugueses ya se han escapado, pero me fijo que Quito, otro de los gallos, va a unos 30 metros, así que lo tomo de referencia. Cruzamos el pueblo y sin paños calientes, primer match ball, una subida de varios kilómetros que iba a ser hasta "a besta de Paderne" pero que finalmente se haría por otro sitio. Se estrecha la pista, nos adentramos en el monte y los primeros kilómetros son de subir y llanear por tramos no demasiado técnicos, con el típico "te paso, me pasas"; me lo tomo con calma y en la última parte de la subida, ya más empinada, vuelvo a ver a Quito a unos 30" y me imagino que mal no iré. Llegamos al pico y sorprendentemente no se me hizo tan dura esta parte inicial, no sé si fue por el ritmo, los kilometros o que tenía zonas llanas y corribles para recuperar el aliento, pero llegué con ganas de
correr. Y como pasa siempre, ahora a bajar. Pero al igual que la subida, la bajada también es bastante tendida aunque tiene mucha pizarra y está muy resbaladiza con la lluvia. Por aquí atravesamos "o val das mouras", una zona espectacular con piedras gigantes en donde parece que estás en la selva amazónica. En estos kilómetros me uno a un trío del Coutadas que van de naranja y se me pasa el tiempo más rápido, aunque en la última zona de bajada, muy peligrosa, antes del primer avituallamiento (km 15) se me escapan los 6-7 del grupo porque no arriesgo nada. Es igual, no paro a repostar y recupero posiciones. Los siguientes kilómetros son por bosque y pegados al río, mucho giro, piedra, resbalones, repechos... ¡divertidísimo! Algunos ya empiezan a quedarse, porque la zona es más corrible, y me voy con los del Coutadas, que van a buen ritmo. Mi reloj se vuelve loco y marca kilómetros de más, pero voy calculando con los avituallamientos. Sobre el km 20 se anima la carrera, empieza a llover de lo lindo en un tramo de bosque y bajo el ritmo para ponerme el cortavientos antes de empapar la camiseta. Llego al 2º repostaje (km 22), tomo una galleta, medio plátano y llueve un montón. Ninguno de mis compañeros de viaje tiene pinta de querer salir, así que inicio mi tramo de soledad, con bastante barro y unas rectas eternas por pista con unas vistas espectaculares. De la comodidad
paso a una zona más estrecha, con mucha maleza y tienes que estar "desbrozando" y apartando ramas sin parar, mezclado con algunas bajadas peligrosas de piedra. Sin sustos, llego a la "cueva del oso". Buff, en serio, ¿hay que meterse por ahí? Busco otro camino, nada; espero a que venga alguien, tampoco; así que comienzo a bajar rezando para que no me coma un oso. No veo nada. Camino un poco pisando con cuidado y al fondo se ve la luz a la izquierda. Suspiro. Salgo y a correr de nuevo, tramo de río, bosque y paso por el 3º avituallamiento preguntando cuánto queda hasta el colegio y sin parar, ante la mirada asombrada de varios corredores que están allí repostando. Mi idea es llegar cuánto antes a la mitad de la prueba y tomarme allí un respiro, voy empapado y no me apetece frenar en seco con el ritmo que llevo. Así que me tomo otra barrita y a seguir. Menos mal que la señalización es perfecta y  no me paro nada a orientarme.
Último tramo por pista forestal muy corrible, me pasa un chico del minitrail y sigo sus pasos, llegando a Seoane en poco más de 5h 30'. Analizo la situación, voy bastante bien, no me duele nada, ha parado de llover, no me ha cogido ninguno del trail... ¡genial! Aquí llega uno de los puntos negativos, la mochila de supervivencia: las tienen todas en el suelo en una carpa, en bolsas azules con el número rotulado y sin ordenar; me paso 5 minutos buscando la mía, ¡qué desesperación! Me encuentro a Quito que se está cambiando y hablo un rato con él. Mientras, cojo barritas y geles, relleno botellines y decido seguir tras 10' de repostaje. Empieza la fiesta. Nada más bajar la cuesta del colegio, giro a la derecha y para arriba. Mimá, vaya subida, con zonas de 4 patas y sin descanso. Aquí cazo a un chico y nos coge Quito por detrás. Hacemos la subida los 3 y el upper (la parte de arriba) de mis ultraraptor se va descosiendo en cada tropezón, mala señal. Coronamos y en la bajada posterior con mucha piedra y zanja se me escapan y me pasan otros 2. Es lo que hay. Tiro de orgullo y en el llaneo por pista los cazo otra vez. Y sin tiempo para más llegamos al plato fuerte, la subida a Penaboa. ¿Canal de Trea? Eso es pan comido. Categoría especial se le queda corto. Para mí fue más duro que Trea. Me pongo detrás de Quito y decido no mirar hacia arriba. Vamos dejando a los demás atrás y después de 2 km con las manos en los cuadriceps levanto la cabeza y veo "el muro"... ¿sin ascensor? Pero la compañía anima y hacemos cumbre sin quejas ni parones tras más de 1 hora a ritmo en una subida infernal sin descanso, aunque arriba aprovechamos para hacer un "pit-stop". Otro pequeño repecho y a comprobar si las rodillas aguantan, casi 5 km de 
bajada por pista ancha con piedra suelta, vaya martirio. Aquí sufrimos los 2 y los que venían detrás nos sacan las pegatinas. Pero aquí ya nos hemos convertido en "pareja de hecho" y nos vamos dando ánimos. Con mucho alivio llegamos al llano y ahora se suceden zonas de bosque con bajadas técnicas, en las que Quito se me escapa, le digo que tire pero decide esperarme, quiere que lleguemos juntos, vaya crack. Intento no hacerle perder mucho tiempo y entre charla y charla por el bosque y tras otra bajada infinita de varios kilómetros que hace saltar nuestros cuadriceps por los aires, llegamos casi al km 70 por el gps, en teoría a 10 km de meta y con un último repostaje, aunque a mí el perfil del dorsal no me coincidía. Llegamos al pueblo (creo que Moreda), allí está uno de los chicos que nos adelantó y preguntamos cuánto queda. "Creo que 20" nos dice el chico. ¿Es una broma, no? Si llevamos casi 70!! Bajonazo. Frutos secos, plátano, galleta y nos pasa un  portugués sin pararse. Salimos 2' después y el desnivel aumenta por asfalto y continúa por el bosque, todo para arriba. Aún encima ahora aprieta el calor
y me tengo que remangar para no deshidratarme. Me tomo unas sales (me provocan un flato que me dura unos kilómetros) y seguimos dándonos ánimos. Toca tirar de cabeza y no podía estar en mejor compañía. La subida por el bosque se hace eterna y sólo nos distraemos con un ciervo que escapa a lo lejos. Cresteamos con barro y un zig-zag continuo y cazamos a un chico, que se nos pega detrás. El ritmo es demasiado alto y arriesgado por zonas técnicas y estrechas para llevar más de 70 km a la espalda. En un giro golpeo una piedra y se me rompe el upper de la zapa derecha, saliéndome 3 dedos por arriba... ¡vaya show! Los vuelvo a meter y por suerte la puntera está reforzada y aguanta, aunque en la zapa izquierda también asoma un dedo desde hace rato... menos mal que son las tope de gama de La Sportiva y tienen pocos kilómetros. Serán mis uñas de halcón milenario. En una bajada veo que el que nos sigue me echa el aliento en el cogote, así que decido dejarle pasar y que se escorne. Quito hace lo mismo y lo perdemos de vista. Qué gusto, volvemos a ir a buen ritmo pero cómodos, aprendiendo en las bajadas y tirando en las subidas. Miramos de nuevo el GPS después de "surfear" un barrizal en descenso por el monte (en un bucle por el que pasamos 15 km antes) e indica 76 km, no debe quedar demasiado, aunque el chico nos dijo que aún había otro avituallamiento. Espero que no. Vuelve a llover y después de un repecho llegamos al avituallamiento, donde nos dicen que aún quedan 10. Si está el río cerca en ese momento me tiro. Cogemos las últimas fuerzas, gel con cafeína y para arriba. Aquí me toca tirar a mí,
parece que el gel surte efecto y me encuentro de nuevo con ganas, intentando reservar fuerzas para lo que queda. Otra larga subida por pista forestal ancha y toca un tramo rompepiernas, donde cazamos al chico que dejamos pasar hace unos kilómetros que va fundido. Nos venimos arriba y a partir de aquí ponemos el modo "on fire fiebre del sábado noche" y aumentamos el ritmo como si no hubiera un mañana, por una zona muy corrible de unos 4-5 km aderezada con un tramo de barro hasta los tobillos cerca del río. En esta zona cogemos a otro corredor, que está reponiendo fuerzas y se nos pega detrás, pero aguanta poco más de 1 minuto, lo que tarda Quito en poner de nuevo la velocidad de crucero y volar por el barro y pegado al río. Y yo detrás. Sube, baja, sube, baja, sol, lluvia, sol, lluvia... ¿pero esto no acaba? 84, 85... seguimos a tope pensando que ya no queda nada y por fin, cuando le pregunto por trigésima vez cuánto tiempo llevamos de carrera (porque mi GPS se apagó) pisamos asfalto y vemos el cartel que pone Seoane, 
piel de gallina a falta de poco más de 1 km. Sin nadie por delante ni por detrás, la sonrisa es inmensa. Estamos a punto de conseguirlo, llevamos más de 6 horas juntos apoyándonos y la aventura se acaba. Cruzamos el pueblo, hacemos la bajada del inicio con una sensación increíble y afrontamos la última subida hacia el colegio como hay que hacerla, corriendo, entre los ánimos de la gente. Justo antes de la recta final nos damos la mano y entramos en meta en 8ª y 9ª posición, con un tiempo de 12h 17' 51" (mi ángel de la guarda sube al podium con el 2º puesto en veteranos) tras algo más de 87 km y casi 12000 metros de desnivel, con un millón de anécdotas, momentos y sensaciones que se quedarán en nuestras retinas para siempre. Se acabó. Viene Moutinho (organizador) a felicitarnos, nos ponen la medalla y nos fundimos en un abrazo con significado, con la idea clara y la emoción de haber conseguido algo muy grande. 
Fotos para el recuerdo y toca reponer fuerzas, aunque mi estómago no está para fiestas y al pararme un rato parece que me da un pequeño bajón nivelado por el subidón de adrenalina con el carrerón que hemos hecho. Cojo la mochila, me cambio de ropa y espero a que vengan mis compis del CAS a buscarme para ir al piso a ducharme y revivir, aunque mis piernas siguen en "modo robocop". De nuevo en la zona 0 dispuesto a volver para casa, nos quedamos a esperar a mi compañero de equipo Luis que llega un par de horas después, lo felicitamos y de vuelta a casa recordando muchos momentos y con ganas de escribir esta crónica. 0:00 horas, vaya fin de semana. Y mi compañero Pablo sin llegar, lo haría cerca de las 2 de la mañana tras más de 18 horas de carrera, con frontal y lluvia en abundancia... ¡enhorabuena fenómeno, todo un ejemplo!

Sin palabras. Así me dejó una carrera para el recuerdo. Está claro, tiene sus fallos, como todas. Pero el lugar (un Courel mágico), la distancia, el recorrido (nada que ver con la UTPE, porque se podía correr a pesar del barro, subidas de infarto y zonas técnicas) y la posibilidad de conocer y aprender de un corredor tan grande como Quito (de esos que no te importa que te gane en una carrera) harán que esta prueba no se me olvide jamás, ojalá que sea la primera de muchas más y que en todas acabe tan feliz... ¡larga vida al Courel!

 - El Courel, hay que vivirlo. Paisajes mágicos.
- Señalización perfecta.
- Relación calidad-precio: inigualable.
- Voluntarios de lujo, más mérito que nosotros.
- Duchas en la zona de meta (aunque no las usé)
- Aparcamiento cerca de salida/meta.
- El menú de "Casa Ferreiro" para chuparse los dedos.
- Avituallamientos completos y bien situados.
- El piso a 2 km de la salida fue un lujo añadido.
- La medalla chulísima, será eterna.
- La organización, a pesar de los fallos, enormes: una prueba como esta... me quito el sombrero.
- 4 puntos UTMB... ¿por qué no?



- Cambios de última hora (el día anterior), aunque no fuera culpa de ellos, no se pueden permitir en una prueba que pasó de 80 a 87 km sin previo aviso a los corredores.
- La bolsa de supervivencia sin ordenar a mitad de carrera me hizo perder 5', no cuesta nada tener un voluntario o ponerlas ordenadas, éramos 80.
- La reunión técnica sin ordenador (les falló) fue un poco liosa y con los recorridos nuevos de última hora... no me enteré de nada.
- Las clasificaciones no están muy bien, falta gente y nos ponen con 3" de diferencia aunque para mí "el maestro" entró delante.



PD: Sin duda, este regalo para los sentidos del que disfrutamos unos pocos e irreductibles galos puede resultar una tremenda locura para la mayoría, pero la vida se compone de estos momentos y son esos pequeños trocitos de vida los que nos hacen sentir, soñar y ser felices porque, como hemos podido comprobar este año en el Cainejo, la mala suerte y la desgracia puede aparecer en cualquier momento... por muchos momentos mágicos en la montaña para todos como el que he vivido yo este fin de semana y porque desgracias como la del Cainejo no se repitan más. Descanse en paz.


domingo, 29 de mayo de 2016

116ª COMPETICIÓN: SANTYAGO NOCTURNA 2016: EL DILUVIO

Sábado, 21 de Mayo de 2016, 22:30 h.
Carrera SANTYAGO Nocturna
Lugar: Santiago de Compostela 
Distancia: 10 km
Dificultad: baja
Inscripción: 5 euros
Tiempo: 54' 48"
Tiempo del 1º: 32' 29"
Puesto: 1097º  de 1600
Avituallamientos: agua, plátano, filloa, zumo
Zapatillas utilizadas: New Balance 890 v4
Trayecto desde Betanzos: 1h - 70 km
Puntuación: 9/10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN


Una promesa. Eso fue lo que me llevó a participar, fuera de mis objetivos y calendario de la temporada, en esta carrera. Y es que uno de mis amigos (Mingos) debutaba en el "planeta running" y no podía perderme este momento. Aunque la elección no fue la más adecuada, porque el tiempo no acompañó y acabamos empapados. Y así fue la historia...
Sábado, 21:00 h. Llegando a Santiago, los limpiaparabrisas "on fire" y yo preguntándome en qué lío me he metido. Llego a casa de Mingos y lo noto nervioso, normal. Cenamos algo y nos vamos con su grupo de entreno (que también debutaban, Marko, José Luis y Juanjo) a la siempre espectacular Catedral de Santiago. Ya desde el coche hasta la zona de salida nos "empapamos" del ambiente. 
Nos cobijamos en una de las entradas a la Catedral y aprovechamos para estirar un poco. 22:30 h. Ambientazo, un lujo el lugar, la hora, cerca de 2000 personas... ¡pena de tiempo! Sin calentar... ¡acción! La idea inicial, ir todos juntos y bajar de 1 hora. Más de 2 minutos después del disparo, cruzamos la línea de salida hacia la avenida Xoán XXIII. El primer kilómetro lo hacemos en 6 minutos y todos van perfectamente y dosificando; la inercia de la prueba nos lleva a aumentar un poco el ritmo, gracias también a los ánimos de la gente que ha venido a animar a pesar de la lluvia. En uno de los puntos clave de la prueba, km 4, costa de San Francisco, Marko empieza a ir justito y se queda atrás; decido pararme un poco con él a animarlo a ver si vuelve a enganchar, pero en el Paseo da Ferradura (km 5, mitad de carrera), a pesar del agua del avituallamiento, la distancia va en aumento y es insalvable, así que le doy ánimos y aprieto para cazar al resto del grupo, que van bastante cómodos y por debajo del tiempo previsto. Al paso por la Alameda (km 6) saludamos a Susana y a los niños y José Luis parece que también se queda. Vuelvo a hacer la goma y funciona, porque volvemos a enganchar. Pero ya va al límite y en el km 8, en el último repecho duro no puede y vuelvo a apretar para cazar a los 2 que van por delante, Juanjo y Mingos. Ya estamos en las calles del casco antiguo, qué recuerdos de la pedestre! El ritmo es muy bueno, por debajo de 5'/km y bajando, tanto que Juanjo también sufre e intento "que me coja el rebufo". Lo animo y saca fuerzas, pero Mingos va como una moto y ya no lo veo. Decido apretar, cazarlo y decirle que va sólo, que o baja el ritmo o entramos solos. Así que justo antes
de llegar al Obradoiro nos frenamos a esperar a Juanjo y hacemos la recta de meta los 3 agarrados de las manos, entrando en 54'48" (tiempo neto), reto más que superado en un escenario increíble. Cogemos aire, nos felicitamos y nos quedamos a esperar a José Luis , que entra poco después y a Marko, que tarda un poquito más, pero también lo consigue. Caras de felicidad. Valió la pena. Foto y a por el avituallamiento final. Dejamos el chip y cola gigante, nos queda para 15' y... ¡empieza a diluviar! Resultado: empapados de arriba a abajo (menos mal que llevé el cortavientos) y carrerita de 1 km hasta la casa de Mingos cayendo el diluvio y con riadas por las calles. ¡Esto es Galicia! En resumen, buena compañía, gran circuito, ambientazo y precio bajo... ¡enhorabuena a los "Santiago Runners" Mingos, Juanjo, José Luis y Marko!

 - Zona de salida/meta en la catedral, impresionante
- Recorrido chulo, casco urbano y los últimos km piel de gallina
- Circuito muy bien señalizado y con muchos voluntarios, imposible perderse
- Calidad / precio de 10
- Página web clara y fácil
- Envío de resultados al correo casi al terminar la prueba
- Horario: correr de noche por Santiago... no tiene precio
- Aparcamiento complicado, uno de los "fallos importantes" en las pruebas santiaguesas.
- Duchas lejanas, otro de los habituales puntos críticos en la capital.
- Zona de salida bastante estrecha, difícil salir rápido si no estás delante de todo, aunque para eso había cajones.
- Mala suerte con la lluvia, lo que provocó que al tener el avituallamiento final en la plaza (en vez de en los soportales) la gente se empapara aún más.
- 15-20 minutos esperando para coger el avituallamiento final, a pesar de ser tanta gente, me parece demasiado tiempo.

viernes, 27 de mayo de 2016

ULTRA TRAIL ALDEAS DO COUREL: EL DÍA "D"

Y casi 8 meses después de iniciar la temporada y un mes antes de lo esperado (en principio iba a ser el 26 de junio en el Ironman de As Pontes) llega "el día D". La Ultra del Courel, una carrera de montaña de 80 km con casi 12000 metros de desnivel acumulado, previsión de lluvia y mis rodillas tocadas aún de la Ultra de Picos de Europa de hace 2 semanas. Sí, estoy loco. Pero la vida tiene estas cosas, momentos que recuerdas para siempre y este será sin duda uno de ellos. A las 7:00 h. del sábado (en pocas horas) se dará la salida y espero llegar a meta antes de que oscurezca, aunque es obligatorio llevar el frontal. Seremos cerca de 90 valientes (entre ellos mi compi de batallas Pablo y un servidor) y otros 400 participarán en la maratón (40 km) y el trail (16 km). Mochila lista, haremos noche allí, madrugón y a vivir la experiencia en la que será, sin duda, uno de los mayores retos deportivos de mi vida y seguramente el más duro que he hecho hasta la fecha, con permiso de la Combinada de Montaña en el Soplao. Y si mis músculos me lo permiten, el domingo os contaré cómo me fue... ¡buen fin de semana!


miércoles, 25 de mayo de 2016

TEMPORADA 5 (SEMANA 34): BUSCANDO EL LÍMITE

Y vuelta la mula al trigo. Siempre que estoy terminando una carrera, con las piernas pidiendo oxígeno y mi cabeza vacaciones, mi frase más repetida es: "no hago nada la próxima semana". Y da igual la distancia de la prueba, pero es que al final al día siguiente ya estoy haciendo algo y acabo entrenando más de lo que toca. Por eso se quejan mis rodillas y sigo sin hacerles caso (o al menos no tanto como debería). Además, ingenuo de mí, estaba contento creyendo que me había vuelto cuerdo al apuntarme al trail del Courel (40 km); pero el gusanillo de "¿y por qué no?" y, por supuesto, la inconsciencia, provocaron un cambio de última hora en el que doblé la apuesta y me cambié a la distancia ultra (80 km), un loco más dispuesto a retarse con la conocida y respetada UTAC, la prueba reina de la ultra distancia en Galicia. Y para no llegar demasiado descansado, a ver si lo voy a hacer mejor de lo esperado, me dediqué a entrenar 13 horas en 5 días, con un descanso previo de 3 días para recuperar de la paliza de la UTPE (55 km). Estoy seguro que dentro de unos años me llamaré loco intentando darle un sentido a todo este baile de números. De todas formas, hay que vivir el presente y no puedo negar que lo estoy disfrutando como un niño pequeño. Confío en mantener un pequeño grado de sensatez que me permita seguir haciendo estas locuras durante mucho tiempo... GO!

TEMPORADA 5 (SEMANA 34): HOJA DE RUTA

Miércoles, 18/5/16: Bike 30' + Fitpower 1h
Jueves, 19/5/16: Carrera (trail): 50' - 10 km + Natación (mar): 25' - 1.2 km + Bike 40'
Viernes, 20/5/16: Fitpower 1h + Bike 50' + Natación: 20' - 800 m.
Sábado, 21/5/16: Ciclismo: 2h 20' - 65 km + Carrera: SANTYAGO Nocturna 10 km: 55'
Domingo, 22/5/16: Carrera (trail): 4h - 29 km

Natación: 2 sesiones - 45' - 2 km
Ciclismo: 4 sesiones - 4h 20' - 115 km
Carrera: 3 sesiones - 5h 45' - 49 km
Gimnasio: 2 sesiones - 2h
TOTAL: 11 SESIONES - 13 HORAS


No voy a mentir, la Ultra de los Picos de Europa fue brutal y el miércoles todavía no estaba fino. Pero me subía por las paredes y decidí ir al gimnasio a ver cómo respondía el cuerpo. Mejor de lo esperado. Así que el jueves ya volví a pisar el acelerador con una triple sesión que repetí el viernes y el fin de semana fue espectacular, con un entreno duro de bici por la mañana con mi compañero Domin y la carrera de Santyago nocturna viendo el debut "in situ" en este mundillo de mi amigo Mingos; la guinda llegó el domingo con un entreno más mental que físico por los montes de Chelo con mis compañeros del Club Atletismo Sada. Fundido. Así estaba en el sillón el domingo por la tarde. Pero con la fuerza física y mental suficiente como para cambiarme a la UTAC. Ahora a recuperar para llegar con opciones (de terminar).




TEMPORADA 5 (SEMANA 34): ENTRENO INVISIBLE

PESO: 8. Peso semana anterior: 66.2 kg / Peso semana actual: 64.7 kg / Diferencia: - 1.5 kg
Increíble pero cierto. 3 días sin entrenar y es la semana que bajo más peso. Esto tiene fácil respuesta: cuidé mucho la alimentación. Y como digo siempre, nadie "engorda del aire". De todas formas, con la carga de hidratos y menos horas de entreno, esta semana volveré a ganar algo de consistencia, aunque espero que no demasiada.


DESCANSO: 7. 3 días sin hacer nada creo que no está mal, no? Aunque después echara casi todo por tierra con tanto volumen. Pero al menos cumplí los primeros días. Vamos avanzando. 



GYM: 7. Aquí, quitando mi pereza con el bosu, no tengo queja. Cumplo todas las semanas y esta también disfruté de un par de clases de pesas dirigidas que me vienen perfectas para mantener los músculos fuertes y que me permitan hacer todas estas locuras. 


TEMPORADA 5: AVANCE SEMANA 35: LLEGA EL PLATO FUERTE: UTAC
Y a falta de ese gran reto que me había planteado este año llamado "Ironman de As Pontes" y que deseché por mi adicción al trail en esta temporada, decidí buscarle rápidamente un sustituto que estuviese a la altura. Como ya sabéis, encontré varios y algunos ya los he cumplido como la Ultra del Castelo, la reciente UTPE... pero sin duda la que me impone más respeto y que, de hecho, hasta última hora, dudé si anotarme o no por la envergadura de la prueba, es la UTAC (Ultra Trail Aldeas do Courel) y sus 80 km con más de 12000 metros de desnivel. No, no me he pasado con los ceros. Será muy duro y no sé si mis piernas (y más concretamente mis rodillas) en este momento estarán preparadas para finalizar el RETO, tan sólo 2 semanas después de la paliza en los Picos de Europa, pero al menos lo voy a intentar, siguiendo el lema de esa frase que leéis un poco más abajo. Sin duda estos días que faltan tocará tirar de experiencia, entrenar poco y bien, descansar mucho, comer lo necesario y soltar nervios para estar el sábado durante gran parte del día disfrutando de una de las pruebas reinas del año. Estoy seguro que la aventura (y su crónica) valdrán la pena... ¡buena semana, salud y kilómetros!



domingo, 22 de mayo de 2016

115ª COMPETICIÓN: ULTRA TRAIL PICOS DE EUROPA: SENDERISMO EXTREMO

Sábado, 14 de Mayo de 2016, 7:00 h.
Ultra Trail Picos de Europa
Lugar: Benia de Onís (Asturias)
Distancia: 55 km (tb 33 y 17 km)
Dificultad: muy alta
Desnivel: 9000 metros
Inscripción: 66 euros
Tiempo: 9h 14' 51"
Tiempo del 1º: 6h 36' 45" (- 2h 38' 05")
Puesto: 90º de 500
Avituallamientos: agua, isotónico, sandwiches, barritas, pasta...
Nutrición en carrera: 3 barritas, 2 geles, 3 sandwiches, 1 plátano, agua e isotónico
Ropa utilizada: mallas piratas, calcetines y camiseta manga larga de hoko, cinta compressport, mochila salomon s-lab sense ultra set
Zapatillas utilizadas: La Sportiva Ultra Raptor
Trayecto desde Betanzos: 3h 30' - 355 km
Puntuación: 6/10
Repetiría: NO 
CLASIFICACIÓN / CLASIFICACIÓN KILÓMETRO VERTICAL
Hoy quiero empezar la crónica aclarando por qué le doy una puntuación tan baja a la prueba y por qué no repetiría (en un principio y, al menos, hasta que aprenda algo de técnica en la montaña). Llevo poco más de 1 año en el trail y, por suerte, ya unas cuántas carreras a las espaldas. A mí lo que más me gusta es correr, aunque haya tramos de andar y zonas técnicas. Pero lo que me encontré el sábado en los Picos fue una prueba hecha para gente con mucha técnica o montañeros que disfrutan andando. Creo que no llegué a correr ni 10 km de los 55 del recorrido. Ojo. Hice el Ultra del Castelo (66 km) hace 3 meses en peores condiciones climatológicas, pero había "zonas corribles". La organización, el recorrido, los voluntarios... todo fue de lujo, pero no es una prueba para gente que le guste correr y con poca técnica en montaña. Aclarado esto, vamos con la crónica.
La UTPE, además de la "distancia estrella" de 55 km con 9000 m. de desnivel y el famoso "kilómetro vertical" de la canal de Trea, cuenta con otras 2 distancias: TPE (33 km y 4700 m. desnivel) y CPE (18 km y 3200 m. desnivel). Todas tienen salida y meta en el centro de Benia de Onís, excepto la CPE que termina en los Lagos de Covadonga. Como todas las carreras, tiene sus pros y sus contras, que iré desgranando en mi visión particular de la prueba.
Sábado, 14 Mayo, 7:00 h. Saltando al lado de mi compañero Chinchilla, preparados para el rock and roll y empapados al máximo del espíritu "UTPE". El día anterior seguimos la hoja de ruta de todo buen ultrero: viaje a la zona 0 (Benia de Onís) con calma, hospedaje en unos apartamentos cerca de la salida (en Cangas de Onís, gestionados por mis compañeros del CAS), charla técnica con "la sorpresa del Cares" y la pena de no subir al "Jultayu", el pico más alto de la carrera (a casi 2000 metros) después de Trea porque las condiciones climatológicas son bastante adversas, otro año será; recogida de dorsal y bolsa del corredor (camiseta técnica incluída) con un gran ambiente y, por supuesto, la famosa "pasta party" antes de intentar conciliar el sueño para la batalla. Completado el ritual, madrugón, desayuno y, aún de noche, salida hacia Benia para hacer unas fotos, soltar nervios y colocarnos en la salida. Música a todo volumen, brazos arriba y... ¡acción! Por delante, un recorrido hecho para montañeros, con más de 9000 metros de desnivel, piedras, barro, nieve, zonas muy técnicas, la famosa "canal de Trea"... todos los

ingredientes para hacer un buen caldo. Por suerte las previsiones de lluvia no se cumplieron y el cielo aguantó sin aumentar la dureza de la prueba. Y ahí salimos con la mochila y todo el material obligatorio para la prueba larga: frontal, móvil, guantes, buff... Como siempre, mala colocación y apretón en la primera recta de unos 300 metros para ganar posiciones, giro a la izquierda y otros 300 metros de darle cera. Fin. Llegamos al monte, se estrecha el sendero y en fila india. Sin paños calientes. Barro y piedras para empezar. Camino junto a Chinchilla con los típicos maleducados pasándote por encima, que se deben pensar que tú no quieres ir más rápido. En fin... seguimos subiendo y se meten 2 corredores entre Chinchilla y yo, suficiente para ir perdiéndolo de vista poco a poco. No me preocupa, queda un mundo aunque "la fila india" empieza a incomodar. Algún pequeño tramo de llaneo donde adelanto alguna posición, pero voy muy atrasado.

Paso el 1º avituallamiento en "La Berruga" sin parar, casi no he bebido y llevo los bidones a tope. Sigue el desnivel positivo y las dificultades para llevar un ritmo estable. Llego a la pared de hormigón previa al avituallamiento en Camba (km 10) y me doy cuenta que soy casi el único sin bastones. Asignatura pendiente. Se empiezan a abrir huecos, tampoco paro en el avituallamiento y sigo la ascensión, con zonas de barro, piedras y, por suerte, muchos compañeros de viaje que siempre anima. Corono después de un cortafuegos interesante, en el que veo a mi compañero Chinchilla a unos 5 minutos. Eso me anima, hasta que llego a una pequeña bajada de 500 metros en donde me sacan las pegatinas y pregunto si es Culiembro. "No, aún queda un poco". Buff, lo que me espera. Efectivamente. Después de sortear unas 30 vacas inicio la "tortura de Culiembro", una bajada infernal de más de 2 km con un desnivel considerable, muy técnica y con mucha piedra suelta.
Sobra decir que me pasan como aviones. No arriesgo nada, pero la gente parece que va con armadura porque vaya locura. Intento seguir a alguno pero dependiendo de la cantidad de piedras pierdo la estela. Mis rodillas se quejan, saludo a las cabras y después de un tiempo interminable y un largo zigzagueo final, llego al avituallamiento de Culiembro, donde me paro a rellenar bidones. Y aquí se produce el momento surrealista de la prueba, pasamos de carrera a modalidad de marcha. Sí, sí, en la reunión preguntan si en el Cares se puede correr y los organizadores dicen que no. Primera noticia. Yo, igual que mis compañeros, ni idea. Menos mal que lo preguntaron. Parece ser que el tramo del Cares es obligatorio hacerlo andando, así que durante casi 2 km, hasta el inicio de la canal de Trea, me dedico a recrearme con las fantásticas vistas del Cares con un caminar ligero. Ahora bien. Me pasaron 2 o 3 practicando el estilo marcha que ni en los JJOO, y le tuve que explicar a un extranjero en inglés que no se
podía correr, al menos practiqué un poco el idioma que lo tengo bastante olvidado. No sé, creo que en este tramo la organización se equivocó, tanto en el aviso previo a la prueba como en la sanción a los que hicieron trampa, que me consta que fueron unos cuántos.
Y después de más de 15 minutos caminando, en donde aproveché para tomarme una barrita, 2 chicos muy amables me dan la entrada para asistir a la sesión central de la carrera, el "kilómetro vertical de la canal de Trea", 3 km en los que salvas 1300 metros de desnivel positivo; o lo que es lo mismo, un 40% de pendiente media. Primer metro, manos a los cuadriceps. Y así hasta el último metro. Más de 1h 30' de esfuerzo, sufrimiento y piel de gallina, adelantando a un montón de corredores, a excepción de una chica que me quitó las pegatinas (que forma de subir) y con la situación más peligrosa de toda la prueba; a mitad de la subida, escucho gritar "¡piedra!"; no le dí mucha importancia hasta que volvieron a insistir, así que me
paro y veo venir hacia mí una piedra del tamaño de mi cabeza a más de 100 km/h dando tumbos de 2 metros. Corazón a 3000 revoluciones, me paro, analizo situación y por suerte pasa a 3-4 metros. Echo la vista atrás y todos los corredores quietos viendo como la piedra baja a toda velocidad. Creo que no le dio a nadie, porque si no sería portada en muchos periódicos. Corono Trea (puesto 57 en el km vertical) y de aquí al refugio de Vega de Ario toca zona de alta montaña, cresteando, con bastante nieve, piedra por todos lados y un sube y baja continuo. Además, aumenta la niebla, baja la temperatura y mucha gente decide ponerse el cortavientos. Parece que aguanto con mi camiseta larga de hoko y me tomo otra barrita, porque el tramo hasta el refugio de Vega de Ario se hace interminable. Y después de chapotear un poco por el barro llego al "after hour" de Ario, con más de 30 corredores comiendo pasta, bebiendo, descansando... ¿dónde se pilla el número?
Allí me encuentro a Martín, el chico con el que coincide un buen rato en la Toxiza 2 semanas antes; acostumbrado a no parar en los avituallamientos, me tomo un plátano, un sandwich, relleno bidones y a seguir, sabiendo que, según mi plan aquí empezaba la carrera. Lo que no tenía previsto era la dificultad del trazado, casi no he podido correr y los siguientes kilómetros son de bajada con mucha piedra, en donde los "asfalteros" como yo sufrimos muchísimo y me van adelantando a cuentagotas un montón de corredores. Me distraigo hundiendo a ratos los pies en la nieve, pero la impotencia es grande. No hay más, no sé bajar y me resigno a mi ritmo pachanguero. Después de unos kilómetros interminables (eso sí, con vistas espectaculares) con las rodillas quejándose, llego a una zona conocida y me animo. Son los Lagos de Covadonga, vía libre para, al menos, correr 1 km, subiendo las famosas escaleras entre lagos con poca gente animando, una pena. Me recreo con las vistas y bajamos hacia el Lago Enol para rodearlo. En el
descenso, de nuevo con mucha piedra, km 35, me dan calambres en la pierna izquierda, en los cuadriceps, y tengo que parar a estirar. No me lo puedo creer. Troto y parece que aguanta, paso las piedras del Lago jugándome el tipo a punto de caer y llego a la subida a la Porra del Enol dudando si mis piernas aguantarán los casi 20 km que faltan. Inicio el ascenso, que también se las trae, y coincido con un chico que me dice que "mañana tengo otro trail de 30 km"... sin comentarios, no? Corono después de más de 15' de ascenso y toca bajar zigzagueando por una pista, para variar, con mucha piedra y hoja, aquí coincido con varios compis del CAS que están haciendo la de 33 km, van en grupo y aprovecho para presentarme, somos un montón y aún no los conozco; nos damos ánimos y sigo hacia el aparcamiento de Buferrera de nuevo en los Lagos; al pasar, me animan desde el coche Patri y Ani, así que decido pararme en el avituallamiento (km 40), meta de la prueba corta y con bastante ambiente, a comer algo (1 sandwich, medio plátano), rellenar bidones y pasar un control de
material no demasiado extricto (menos mal, si tengo que sacar todo no sé si sería capaz de volver a meterlo). Llevo 7 horas, más o menos lo que pensaba y en teoría queda la parte "más fácil". El del avituallamiento nos dice que nos quedará entre 1h30' y 2 horas. Me despido de las chicas e inicio la bajada pasando por el túnel del "Escalenu", casi me la pego e iniciando la "zona Spartan" sin saberlo. Bajada rápida en la que voy justito de fuerzas y me siguen adelantando y de nuevo una subida larga en la que mis piernas dicen "por favor, llega ya". Los siguientes kilómetros son muy fáciles de resumir: barro, barro y más barro. Imposible correr. Las zapas enterradas por encima de los tobillos continuamente, mucha piedra en la que patinabas constantemente, "senderismo extremo". ¡Y lo que queda! Paso el penúltimo 
avituallamiento en Entrepeñas sin parar y vuelvo a coger a Martín, que me adelanta siempre en las bajadas y al resto de grupeta (unos 6 o 7) que van con él, entre ellos la 4ª clasificada femenina. Pequeña subida y otra vez al barro, combinado con bajadas técnicas. Vamos, en mi salsa. Me vuelven a dejar atrás y llego a Demués, último avituallamiento, sin ganas de seguir. Pero sólo quedan 9 km y hay que terminar, se me está haciendo eterno. Sigo acumulando barro y en un pequeño tramo de pista veo a lo lejos al grupo de Martín y me vengo un poco arriba; me dejo el alma y los cazo al final de la última subida fuerte y, ya oliendo la meta, arriesgo en el primer tramo de bajada para no despegarme de ellos; lo consigo. Enlazamos los últimos 4 km con el tramo inicial de la carrera, es la zona de piedras y agua pero ahora en descenso. Con lo que me costó pillarlos para llegar ahora de último, ni de broma. Me pego a la chica, que baja como un avión y no me creo que esté yendo tan rápido. Dejamos al resto atrás excepto a Martín que nos sacará unos 200 metros. La chica sigue apretando y yo no me achico, tanto que la paso y casi chocamos porque no se esperaba que la adelantara. 2 km, seguimos pasando a gente, como si acabáramos de empezar, son las ganas de llegar. 1 km y veo el final de la bajada. También a Martín, que echa la vista atrás y me ve acercarme; sonríe, se frena y decidimos hacer una llegada "Galicia Calidade"; entramos en Benia a falta de 500 metros, la gente aplaude, piel de gallina, nos damos la mano y entramos en meta, puesto 90º, 9h 14' 51" y completamente fundido.
Por allí están Patri y Ani, que acaban de llegar y vienen a felicitarme. También están compis del CAS que hicieron las otras distancias y me dicen que quedé 2º del CAS en la larga, a 30' de Chinchilla (qué crack), así que toca ducharse, recuperar y animar a los que faltan. Como para ducharse hay que ir en un bus hasta un camping en "no sé donde" y las chicas quieren ir a ver a Juanjo a los Lagos, me acercan a los apartamentos en Cangas y me tomo de premio la ducha caliente (mejor que un trofeo) y como un poco de pasta. Me vienen a buscar y me voy para meta a ver llegar a todos los compañeros que faltan; lo consiguen todos excepto Bea, que ya vino medio tocada. Recogemos la mochila de la transición (que ni siquiera toqué, estaba en los Lagos) y vuelta a Cangas, al tercer tiempo: churrascada en los apartamentos entre todos los compañeros del CAS y familia, debíamos ser más de 40 personas... ¡así da gusto! Y después de unas cuántas batallitas, felicitaciones y risas a recuperar fuerzas con un sueño reparador. Otra muesca en el revólver para contar de mayor y muchas imágenes imborrables en el disco duro, además de un grado más de experiencia en este mundillo de las carreras de montaña. Y a pensar ya en la siguiente, dudando entre el el Trail (40 km) y la Ultra (80 km) del Courel. La respuesta la dictarán mis piernas la próxima semana... 

 - Recorrido de quitar el aliento, pena la GoPro.
- Aparcamiento cerca de salida / meta
- Recogida de dorsales sin demasiadas colas
- Camiseta técnica en la bolsa del corredor, puntazo
- Buena señalización, 55 km no debe ser nada fácil
- Avituallamientos completos y "after hour" Vega de Ario
- El ambiente en el pueblo increíble
- Voluntarios animando y muy atentos
- La "caminata del Cares", gente corriendo y yo me enteré de milagro
- Duchas lejos de la meta (había que ir en un bus hasta un camping...)
- Mochilas en meta con escasa vigilancia, cogí la mía sin que me pidieran nada (a mi compañero Chinchilla "le desapareció")
- Los resultados... tardaron días en sacarlos y ¡en excel!
- El seguimiento en vivo sin comentarios, supongo que en el monte será más complicado, pero no funcionaba
- Página web justita, dificultad para mirar lista de inscritos, resultados...
- Que en la reuníón técnica ponga 1,5 litros de agua y luz roja trasera y el organizador te diga que se olvidó de quitarlo del año pasado...


En resumen, una carrera espectacular, dura, con zonas increíbles, piedra, barro, nieve, desnivel... alta montaña en toda regla. Con sus fallos (como todas), pero que si se corrigen está claro que será un referente durante muchos años de las carreras de montaña en España. Para mí, que aún estoy muy verde en esto del trail, me ha quedado un poco grande por la dificultad técnica del recorrido, pero confío en que dentro de unos años la cosa cambie y pueda volver a disfrutarla como se merece... ¡hasta la próxima!

PD: unos cuántos vídeos de la prueba...

- ENLACE VÍDEO OFICIAL DE LA PRUEBA (TELEDEPORTE)







martes, 17 de mayo de 2016

TEMPORADA 5 (SEMANA 33): SUFRIENDO

Semana dura. Después de la paliza del fin de semana pasado y en vistas de lo que se me venía encima, no me quedaba otra que levantar el pie y minimizar daños. Así que opté por suavizar con un par de entrenos de carrera cortos e intensos, rezando para que la tendinitis en la rodilla izquierda y la sobrecarga en el piramidal desaparecieran por arte de magia. Parece que entre Patri y el descanso se obró el milagro y llegué al sábado casi al 100% (o eso creía). No me esperaba una prueba tan dura y tan técnica, lo que provocó que ya casi desde el principio el gemelo izquierdo me fuera molestando y que en el km 35 empezara con calambres en el abductor izquierdo, por no hablar de las rodillas en las bajadas. Tocó tirar de cabeza e intentar disfrutar la aventura dentro de lo posible. Conseguido. Peor de lo esperado, pero la gasolina y mi escasa técnica no permitieron terminar más arriba. De todas formas, fue un fin de semana en equipo muy divertido y que repetiré en un futuro no muy lejano, aunque espero no sufrir tanto la próxima vez... GO!

TEMPORADA 5 (SEMANA 33): HOJA DE RUTA

Lunes, 9/5/16: Fitball 30' + Bodyflex 1h
Martes, 10/5/16: Natación: 40' - 1.2 km + Carrera: 50' - 10.5 km (fartlek)
Miércoles, 11/5/16: Bike 30' + Fitpower 1h
Jueves, 12/5/16: Carrera: 50' - 9 km (series de 1000). Masaje de descarga.
Sábado, 14/5/16: ULTRA TRAIL PICOS DE EUROPA (55 km): 9h 14' 51". Puesto 90º.

Natación: 1 sesión - 40' - 1.2 km
Ciclismo: 1 sesión - 30' - 15 km
Carrera: 3 sesiones - 11 h - 75 km
Gym: 3 sesiones - 2h 30'
TOTAL: 8 SESIONES - 14h 40'

Repitiendo volumen de la semana anterior. Normal con una prueba de más de 9 horas. Intenté entrenar lo menos posible, sin demasiada intensidad, buscando recuperar las piernas, con una visita al fisio el jueves; y las sensaciones, a pesar de algunas molestias, no eran del todo malas. Pero las condiciones de la carrera me recordaron que a estas pruebas hay que llegar al 100% o tocará sufrir durante bastantes kilómetros. Lección aprendida.

TEMPORADA 5 (SEMANA 33): ENTRENO INVISIBLE

PESO: 5. Peso semana anterior: 66.5 kg / Peso semana actual: 66.2 kg  / Diferencia: - 300 gr.
Sigo tropezando en uno de los "puntos clave" para mejorar, pero aquí es donde cuesta más equilibrar la balanza, dudando entre sacrificio o disfrute. Hay que continuar buscando la tecla correcta.

DESCANSO: 8. Semana tranquila y últimos días preparando la carrera, así que llegué lo más descansado posible y con ganas de correr. Una vez en carrera, las horas fueron vaciando la reserva, pero fue suficiente para cruzar la línea de meta con una sonrisa.

GYM: 6. Cumplí. El lunes probé un par de clases suaves para testear el cuerpo (cansado) y el miércoles clase con pesas para no perder el tono muscular. Y el bosu acumulando telarañas...

TEMPORADA 5: AVANCE SEMANA 34: CAMBIO DE PLANES
Parece que la UTPE ha pasado factura. Al menos a nivel mental. La dureza de la prueba me ha hecho cambiar de opinión y dejar el gran reto para finales de julio, en Somiedo. Así que me he inscrito en la distancia maratón en el Courel (40 km) en vez de la distancia Ultra (80 km). Quedan menos de 2 semanas y no creo que mi cuerpo recupere tan rápido como para hacer 80 km en plenas condiciones; y no estoy tan loco como para ir sufriendo durante horas por las montañas. Estoy casi seguro que la decisión de correr la maratón (que ya me va a llegar) es la correcta, aunque me da pena no participar en la "prueba grande". Seguramente "caerá" el año que viene. Así que ahora a recuperar lo mejor posible, unos días de descanso y a volver a entrenar suave, testeando el fin de semana a ver si todo "sigue en su sitio"... ¡buena semana, salud y kilómetros!


martes, 10 de mayo de 2016

TEMPORADA 5 (SEMANA 32): SUBIENDO PELDAÑOS

Muy contento. Así acabé esta semana. Después de la carrera en Toxiza con un buen resultado, tocaba recuperar las piernas teniendo en cuenta que acabé con mucho dolor en la rodilla izquierda. Un día de descanso y otro de recuperación activa disfrutando de la natación en el mar parece que hicieron efecto. El miércoles volví a mis clases dirigidas y el jueves ya me sentí bien de nuevo corriendo, aunque los últimos 10 minutos tuve de nuevo dolor en la rodilla, lo que me preocupó un poco. Pero el sábado, con una salida ciclista espectacular con mis compañeros del Triatlón Coruña (ida hasta Cedeira, comer y vuelta) y el domingo con un entreno trailero con mis compañeros del Club Atletismo Sada me hicieron ver todo de forma positiva, aunque la rodilla me volviese a doler después de casi 2 horas de carrera.
Más de 15 horas y, a pesar de la rodilla, buenas sensaciones. El plan parece que funciona. El objetivo de estar entre los 20 primeros en la mayoría de las carreras parece que se va cumpliendo y si aún encima lo hago disfrutando, pues mucho mejor. Eso sí, hay que seguir subiendo peldaños para intentar instalarse en ese top-10 de elegidos para ganar. Queda mucho. Pero lo intentaremos mientras haya fuerza y ganas. GO!

TEMPORADA 5 (SEMANA 32): HOJA DE RUTA

Martes, 3/5/16: Natación (mar): 40' - 2 km
Miércoles, 4/5/16: Bike 30' - 15 km + Fitpower 1h
Jueves, 5/5/16: Carrera (trail): 1h - 12 km (cuestas) + Fitpower 1h
Viernes, 6/5/16: Natación: 40' - 1.5 km + Bike 55' - 25 km
Sábado, 7/5/16: Ciclismo: 6h - 150 km
Domingo, 8/5/16: Carrera (trail): 3h 30' - 25 km

Natación: 2 sesiones - 1h 20' - 3.5 km
Ciclismo: 3 sesiones - 7h 25' - 190 km
Carrera: 2 sesiones - 4h 30' - 37 km
Gym: 2 sesiones - 2 h
TOTAL: 9 SESIONES - 15h 15'

De Notable alto. Si no fuera por la rodilla sería un sobresaliente. No pensaba que a estas alturas aguantaría 150 km en bici, aunque también he de decir que los 20 últimos se me hicieron muy duros. Pero si el domingo pude salir más de 3 horas por el monte no acabé tan mal. Perfectos entrenos también a nivel mental para lo que se me viene encima.

TEMPORADA 5 (SEMANA 32): ENTRENO INVISIBLE

PESO: 3. Peso semana anterior: 66.5 kg / Peso semana actual: 66.5 kg / Diferencia: 0. Ni frío ni calor. Como siempre digo, la semana perfecta no existe. Y como dice el refrán, por la boca muere el pez. A ver si esta semana, que en teoría toca entrenar poco, consigo bajar un poco y subir la canal de Trea sin "sobrecarga".



DESCANSO: 7. Si después de una carrera como la Toxiza soy capaz de entrenar como lo he hecho, en especial el fin de semana, quiere decir que no he descansado mal. Por semana bien, de menos a más, y el finde, aunque fueron entrenos largos, no me pegué el madrugón y el cuerpo respondió.



GYM: 6. Cumplí. Que no está mal. Pero me sigue faltando el bosu, la técnica de carrera, estiramientos... a ver si el verano me anima a cumplir todos estos asuntos pendientes.


TEMPORADA 5: AVANCE SEMANA 33: OTRO RETAZO: UTPE
Después de cumplir ya varios retos como la "Ultra del Castelo" o la "maratón Coruña 42", toca otra semana grande, de esas de archivar en el disco duro, uno de los objetivos de la temporada y que llevo esperando unos cuántos meses. Voy a correr en uno de mis sitios mágicos, a dónde me gusta ir al menos un par de veces al año, los Picos de Europa. Además, vendrá Patri y más de 20 compañeros del club, así que será seguramente una prueba inolvidable. El tiempo no pinta nada bien y sigo con dolor de rodilla, además de una sobrecarga importante en el piramidal, que apareció el domingo de la nada y con la que llevo un par de días tocado y con la mosca detrás de la oreja. Así que toca entrenar poco, con cabeza e intentar recuperar como sea la rodilla y el piramidal para llegar con todas las energías posibles a cumplir uno de los retos del año... ¡buena semana, salud y kilómetros!


domingo, 8 de mayo de 2016

114ª COMPETICIÓN: TOXIZA CLASSIC XTREME 2016: SOBREVIVIENDO A ESPARTA

Domingo, 1 de Mayo de 2016, 8:00 h.
TOXIZA CLASSIC XTREME 2016
Lugar: Mondoñedo (Lugo)
Distancia: 40 km (también hay prueba corta de 20 km)
Dificultad: media
Desnivel: 4000 metros
Inscripción: 20 euros
Tiempo: 4h 09' 13"
Tiempo del 1º: 3h 50' 06" (- 19' 07")
Puesto: 5º de 50
Avituallamientos: agua, isotónica, frutos secos, fruta...
Nutrición en carrera: 2 geles (km 16 y 26), agua e isotónico
Ropa utilizada: mallas piratas, medias, camiseta manga larga y calcetines hoko, cinta para la cabeza.
Zapatillas utilizadas: Adidas Raven Boost
Trayecto desde Betanzos: 1h - 100 km
Puntuación: 8/10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN
Km 22. Voy en 6ª posición, intentando coger alguna referencia por delante cuando de repente piso una zona embarrada y... ¡desaparece mi zapatilla! No puede ser, otra vez no. Pero retrocedamos al principio.

6:30 h. Me despierto más fresco que una lechuga en el impresionante Seminario de Mondoñedo (que tiene una zona de hostal) después de cenar la noche anterior con Patri y algunos compañeros del club, que fue lo que finalmente me hizo decantarme por esta prueba y no por la ultra de Ribeira. Como estamos a 100 metros de la salida y a pesar de que la hora de inicio (8:00 h) es significativa, decido no ejercer de búho
y descarto la opción del madrugón para hacer la digestión del desayuno.
Así que me levanto, desayuno, me preparo y aún me sobra tiempo para descansar un rato en la cama y salir a las 7:45 h. hacia la Catedral, donde están el resto de compañeros. Troto 3 minutos escasos, fotos y a la salida. Por delante, 40 km con más de 4000 metros de desnivel y nombres importantes como Arca, Borja Varela, Rubén Seco, Iván Barreiro, Pablo Calaza... todos esos ilustres montañeros que se han ido forjando un nombre a lo largo de los años y otros que vienen pisando fuerte. La salida de la prueba corta (20 km) y la larga es conjunta, en total unos 200, aunque en la de 40 km somos 50. Me despido de los compis y me coloco en las primeras filas, detrás de Abu y Jesús, del club, que van a la corta y pelearán por el podium. A última hora decidí llevar la camiseta de manga larga por si acaso, pero mirando al cielo tengo claro que voy a pasar calor. Me ajusto el dorsal y... ¡acción!
8:00 h.  (40 km - 4080 m. desnivel)
Arrancamos en manada y, como siempre, mientras callejeamos para salir de Mondoñedo, voy ganando posiciones hasta colocarme en el vagón de cola del grupo de favoritos, unos 10 corredores mezclados larga y corta. Después de 1 km llaneando, pisamos monte y empieza la subida, sin anestesia. Miro hacia atrás y ya hay corte. Decido pegarme a Jesús porque creo que es un ritmo bueno y vamos a relevos, a ratos andando y otros corriendo, aunque algunas zonas te suben las pulsaciones al máximo. El ritmo es fuerte y vemos a Arca y compañía a lo lejos, pero en el km 3 llegamos a la primera bajada técnica de unos 500 metros y me quitan las pegatinas, me quedo sólo y pierdo más de 1 minuto por no jugarme los tobillos. En un pequeño llaneo tras la bajada me caza Martín, uno de los
organizadores, y vamos hablando un rato hasta que llegamos a uno de los platos fuertes de la mañana, la subida a Toxiza, varios kilómetros picando para arriba hasta coronar. Nos pilla Eleuterio, otro conocido, "veterano del Vietnam", que falla al igual que yo en las bajadas. Va como una moto y dudo si seguirle, pero viendo que Martín conoce el terreno y queda mucho me pongo a rueda y acierto, porque 500 metros después lo cazamos andando en una subida y formamos un grupito de 3 situados en torno al 9º puesto. Vaya rompepiernas. Sin tiempo a recuperar, las subidas se suceden y las piernas largas de Martín nos van dejando atrás poco a poco, aunque cazamos a Iván Barreiro, que no es manco. Nos despedimos de Martín, que se escapa por delante, y en un tramo bastante empinado Eleuterio se va quedando. Abandonamos el pisteo y nos adentramos en los montes lucenses, consiguiendo un "tatuaje made in Toxiza" de recuerdo en la mano derecha.
Km 7. Trato de recuperar el aliento detrás de Iván mientras intento ver el final de la subida. Aún queda. Cazamos a otro de la corta y se une. Por fin, km 9, coronamos la Toxiza, vaya vistas. Sin tiempo a disfrutarlas, nos lanzamos monte abajo y poco después se separan las 2 distancias y me vuelvo a quedar sólo con Ivan. Llegamos a una zona de bosque en donde se alternan bajadas técnicas con tramos llanos e irregulares, en donde tienes que poner los 5 sentidos y si tienes el 6º, mejor. No me queda otra. O arriesgo bajando o se me va. Lo hago. Me pego a él como si no hubiera un mañana y consigo aguantar los envites a costa de mi maltrecho tobillo. Hay algunas zonas muy embarradas y al pisar nos cubre por las rodillas. En una Iván desaparece casi hasta la cintura y decido dar un rodeo. Pasamos de trail a Spartan Race. Sobre el km 14 vemos a un corredor y 1 km después lo cazamos. Es Pablo Calaza,
que se une al dúo y después de los ánimos de Bea llegamos al 2º avituallamiento, en donde cometo el mayor error de la carrera. Me paro a tomar un gel con agua e isotónico e Iván aprovecha para sacarme unos metros, puesto que lleva "camelback". Arranco de nuevo pensando en cogerlo, pero los 200 metros que me saca van aumentando, porque hasta ahora sólo me preocupaba de seguirlo y de repente tengo que mirar al suelo y a las cintas que señalizan el recorrido. Imposible. El Sol refleja, las cintas son blancas y los siguientes kilómetros son horribles, parándome cada 2 por 3 buscando las señales. He perdido la rueda buena. Al menos he cogido distancia con Pablo y me sitúo, sin saberlo, en 6º posición. En los tramos que veo las marcas a lo lejos aprieto para no perder aún más tiempo y en una zona rápida y embarrada apoyo la zapa y... ¡desaparece! Me giro lo más rápido posible pero ya es tarde. Otra vez no.
Empiezo a sacar barro y nada. Mi cabeza se va al trail de Arteixo, donde casi abandono y tuve que esperar 20' a que me dejasen otras zapas. Aquí no hay solución. Después de 3 minutos sacando barro sin éxito, estoy a punto de sentarme y abandonar, con mucha rabia e impotencia. En el último intento... ¡aparece! Menos mal, le saco todo el barro posible y a seguir, 5' perdidos pero vuelvo a estar en carrera y sin perder posiciones. Si tengo que abandonar otra vez por esto me hago el hara-kiri. Con fuerzas renovadas por la alegría de continuar parece que recupero un poco de energía y llego al 3º avituallamiento (km 26) con ganas; allí está Martín, el chico que se nos había escapado en la subida, con cara de "no puedo más", creo que al final abandonó. Me tomo el 2º gel (con cafeína), le doy ánimos y a seguir. Toca ponerse de nuevo el mono de trabajo. Hay que coronar de nuevo otro pico (Cabana de Vella) y echo manos a los cuádriceps
para caminar más de 1 km con el ácido láctico saliendo por las orejas. Buff, y aún queda. Pensé que no era tan dura. Lo bueno es que miro hacia atrás y no viene nadie. Por fin llego arriba y unos caballos me vienen a recibir corriendo por la cima, qué chulada. Tocan unos kilómetros cresteando, con mucha visibilidad de los tramos y en donde se ve con facilidad más de 1 km hacia delante y hacia atrás, para controlar la distancia con el resto. En mi caso es fácil, no se ve a nadie. Llaneo sintiéndome un privilegiado con unas vistas espectaculares, camino un poco en una pequeña subida, calculando más de 10 minutos con el que me sigue y administrando fuerzas. Otra bajadita y a lo lejos veo a gente en un alto, es el último avituallamiento, a 7 de meta. Bebo un poco de agua y suelto un suspiro cuando veo el plato fuerte de la prueba (que ya me esperaba), una bajada interminable de varios kilómetros, en donde el primero

es estilo "coge el queso rodante de Gloucester". Con lo bien que se me dan las bajadas y 33 km en las piernas... pues tocaba no arriesgar nada e intentar que la rodilla izquierda no me doliera aún más, ya iba pidiendo descanso. Troto suave intentando buscar el apoyo más plano posible y a la vez buscando las marcas, algo que me costó algunos segundos y momentos de tensión, sólo me faltaba perderme. Después de ese primer km la bajada suaviza un poco aunque se me hace eterna. Por fin el monte se nivela, callejeo por un pequeño pueblo y cuando veía ya Mondoñedo a lo lejos y me las prometía felices me indican de nuevo al monte, de regalo un rodeo de 3-4 km con una subidita tendida de cerca de 1 km. ¡Qué ganas de acabar! Esta última parte, después de tanto tiempo en solitario y con las fuerzas justas se me hace eterna. Intento mantener el ritmo, aunque sé que mi posición no cambiará, me lo tomo como entreno para las ultras que ya llegan. Y por fin,

después de este tramo por pista sube y baja interminable, piso asfalto y miro el reloj, marca 39  y mis piernas parece que se reactivan, aprieto para llegar a meta cuánto antes. Bajada rápida, llego a Mondoñedo y pregunto por dónde es la meta. Nadie me dice nada, no veo señales y tiro por dónde conozco, hacia la Catedral. Y justo cuando voy a entrar en meta me avisan que no es por ahí, que tenía que rodear un edificio. Les pregunto si vuelvo hacia atrás y me dicen que no, que gire por detrás de las vallas y que entre, que no pasa nada. Así que después de un montón de anécdotas, subidas y bajadas entro en meta en 5ª posición con un tiempo de 4h 09' 13", a menos de 20' de Arca, que para mí es una pasada. Eso sí, con la rodilla izquierda cogida con pinzas y bastante dolor. Saludo a los del equipo, 


bebo un poco y me voy con Patri (que me estaba esperando por el lado correcto de entrada a meta) al monasterio a ducharme. Antes de llegar ya no siento las piernas, estilo Robocop. Para rematarla me doy cuenta que rompí las mallas en una rodilla por una caída en los kilómetros finales. Menos mal que la ducha es reparadora y el viaje de vuelta es corto, así que la sonrisa por otro buena carrera no me la quita nadie. Otro fin de semana perfecto disfrutando de los montes gallegos con "mi gente". Próxima parada: UTPE... palabras mayores.








 - Zona de parking pegada a la salida/meta
- Lugar de salida perfecto, centro de un pueblo espectacular
- Señalización buena (aunque había alguna zona dudosa)
- Recorrido muy chulo, con algunos tramos increíbles.
- Ambiente trailero y poco masificado, con muchos amigos.
- Avituallamientos suficientes y comida final gratis (aunque no me pude quedar)
- Bolsa del corredor: cerveza, habas, magdalenas, miel...
- Duchas pegadas a la meta, en el monasterio
- Hora de salida: 8.00 h. Te obligaba a dormir allí (como así hice) o a pegarte un madrugón interesante.
- Poca animación, sobre todo en la llegada a meta... ¡lo que vale un buen speaker!