viernes, 17 de abril de 2015

88ª COMPETICIÓN: I TRAIL O GROVE: DISFRUTANDO POR LA COSTA GALLEGA

Domingo, 12/4/15, 10:00 h.
I BTTrail Península do Grove
Lugar: O Grove (Pontevedra)
Distancia: 26.5 km
Dificultad: media-baja (constantes cambios de terreno)
Desnivel positivo: 570 m. (1150 m. acumulado)
Inscripción: 10 euros
Tiempo: 2h 11' 31"
Tiempo del 1º: 2h 04' 59" (+ 6' 31") 
Puesto: 5º de 107
Avituallamiento: agua, powerade, fruta, empanada, roscón...
Trayecto desde Betanzos: 1h 30' - 143 km 
Puntuación: 9.5 / 10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN



Después de darle muchas vueltas a mi participación en "la CAMOVI" (desistí por el horario, 8 de la mañana), el "Pontevedra 4 picos" (cerró inscripciones más de 2 semanas antes de la prueba) y el "Trail do Corgo" (sólo de 11 km) decidí participar en la 1ª aventura de O Grove en un Trail. La verdad, la pinta era muy buena aunque al ser tan pocos y carrera "novata" no las tenía todas conmigo. Pero los 26.5 km del recorrido sin demasiada dureza me vendrían bien como entreno pensando ya en el 101 peregrinos del 2 de mayo. Así que le dí el OK y tocó madrugón de nuevo para afrontar otra carrera de montaña. Por suerte contaba de nuevo con la compañía de mi infatigable "hermano de trail", Pablo, que además vino con la misma camiseta y formamos el "Coruña Team". Así que después de abrir los ojos a las 7 de la mañana llegamos a O Grove sobre las 9:15 h., cerca de la salida del famoso "Luatlón" en el que participé el año pasado y nos fuimos a por los dorsales.

La verdad, allí había 4 gatos. Normal, éramos poco más de 100 corredores, popular donde las haya. Eso sí, muchos voluntarios y un avituallamiento que daban ganas de pasar de correr y quedarte allí con mantel y tenedor. Como nos sobraba tiempo nos fuimos a buscar una farmacia porque llevaba 3 días con el estómago mal y medio mareado, así que era importante conseguir un ibuprofeno para evitar males mayores en la carrera. Después de cumplir con todo el ritual "pre-carrera", sin apenas calentar (esto también se está convirtiendo en ritual) y poniéndonos el chip en el último minuto avisados por uno de la organización (que nos lo habían dado en la bolsa) nos pusimos en la línea de salida para disfrutar de una mañana formidable de trail, con los primeros rayos empezando a asomar e iluminar el precioso paseo de O Grove.
A pesar de ser novato en la montaña, este año ya llevo varios trails y empiezo a conocer a los favoritos. Eché un rápido vistazo y solamente vi a un chico que quedó delante de mí en el Trail de Vedra, por lo que supuse que iba a ser el ganador. El resto ni idea, así que confiaba en hacer un top-10 a pesar de los problemas de estómago y no comer mucho en los últimos días. Me despido de Pablo y suena el disparo. A diferencia de otras pruebas, en esta salimos todos despacio, tanto que los primeros 300 metros por el paseo parece un entreno entre colegas, hasta me dan ganas de pegar un acelerón. No hago el tonto y me mantengo en las primeras posiciones. Falsa alarma. En cuanto giramos a la derecha empieza la subida y el grupo empieza a convertise en fila india. Es lo que tiene subir nada más empezar. El circuito no es duro, pero tiene esta subida de unos 2.5 km para "calentar" y otra casi al final, el resto es rompepiernas.
Aunque no son unas pendientes muy duras veo como algunos se me empiezan a escapar y no quiero forzar sin haber calentado. Al final de la subida me coloco en torno al 10º puesto, viendo como el que daba yo de favorito se escapa, por detrás se hace un grupo de 5 y después ya vamos salteados. No me preocupa, acabamos de empezar y los tengo a la vista. Entramos al monte y el recorrido es para darle zapatilla, así que paso a un par de corredores y busco referencias con el grupo de 5, los tengo a unos 30". Así llegamos al 1º avituallamiento, km. 7, en el que pierdo cerca de 20" con los de delante por pararme a tomar agua y echarme otra poca por la cabeza. No entiendo lo de no parar a tomar nada... ¿eso se entrena? ¿o hay que ser de secano? En fin, después del avituallamiento empieza lo bueno... y lo malo. Por un lado, nos pegamos a la costa para disfrutar de unas vistas espectaculares, pero por otro los cambios de
terreno son constantes y los tramos por arena son infernales. Además, ya noté desde el principio que las piernas no iban como siempre (igual era por los 3 días de calidad que metí a pie durante la semana o los 70 km de bici del día anterior) y no voy a gusto. Miro hacia atrás y no viene nadie y por delante llevo a unos 30" a un chico de camiseta azul pero no lo doy cogido. Pasan los kilómetros y se mantiene la distancia, hasta llegar al 2º avituallamiento en el que pierdo otros 20" por pararme y ya sólo lo veo en las rectas largas. Un poco de carretera, monte y... otra vez arena. Qué duro. No sé por dónde van los demás pero cada vez me sacan más distancia. Intento correr por los bordes para pisar firme pero me patinan los pies y se me quejan los tendones del pie, no les gustan "los peraltes" que cojo. Así que a disfrutar de la arena, con la sensación de llevar un traje de buzo. Eso sí, las calas y playitas son para fotografiar.
Sin más compañía que la del mar y la mirada al reloj de vez en cuando para controlar la distancia con el de delante llego al 3º avituallamiento (sobre el km 17), al final de un largo camino por un paseo de madera que bordea las playas. Aquí aprovecho para tomarme un gel que me ayude un poco, bebo algo y sigo con los ánimos de los voluntarios, que siempre ayuda. En el foro leí que había de todo para comer, pero ni me paré a mirar. Sigo por caminos estrechos, sendas con pequeñas calas, entre rocas y arena y en algunos momentos ya no sé dónde pisar, si la arena, las piedras... parece que no avanzo!! Y de repente, después de más de 10 km en solitario, al pisar una playa, veo a lo lejos a otro corredor. De la alegría hasta acelero. Poco después de acabar los 600 metros de playa lo cazo y se asombra que lleve mallas largas. Y es que el Sol está pegando, pero es mi uniforme de trail, me gusta ir protegido. Le sonrío y sigo, dejándolo
atrás y colocándome el 7º. Poco después acaban los tramos de playa y tierra por la costa y con un giro a izquierdas volvemos al monte. Eso sí, mejor no haber vuelto porque después de llanear un poco comenzamos a subir. Al principio no es muy pronunciado pero después de casi 20 km rompepiernas los músculos no van muy alegres. En una bajada acelero y si no es por unos ciclistas me paso el desvío y me cargo la carrera. Por suerte me avisaron a tiempo y tomo el camino correcto, el de "la pared". Ahora sí, llegamos al cortafuegos de la prueba, una subida de quitar el hipo, imposible de hacer corriendo y con dificultad andando. Nada más empezar cazo a otro corredor que va fundido. No me extraña si no se paran en los avituallamientos. Buff, qué subida más dura. No acaba nunca. Muy cansado me parece escuchar el sonido de unas gaitas. No sé si son producto del cansancio, si me estoy volviendo loco o es un "plus" del trail. Por suerte, al coronar, hay un avituallamiento y allí están los gaiteiros amenizando la ruta. Hasta me marco unos pasos. Aquí me paro unos segundos a contemplar las vistas (un pecado no hacerlo) y cuando termino de beber le doy ánimos al chico que me seguía y salgo lanzado para mantener la 6ª posición. Y después de subir... toca bajar a fuego con cuidado de no tropezar por el camino de tierra y piedras durante casi 2 kilómetros. Y cuando ya pensaba que la meta estaba cerca... otra vez a subir. Sin mucho 
desnivel pero constante. Y tal y como llevaba las piernas aquello era muy duro. Tanto que mi cabeza duda si andar un poco. Pero en ese momento diviso a lo lejos al de la camiseta azul, aquel corredor que intenté coger allá por el km 5 y que me fue dejando atrás por la arena y piedras. Así que vuelvo a levantar la cabeza, a intentar no arrastrar las piernas y aprieto los dientes. Después de 300 metros de subida lo cazo y me dice también que va roto, que en las subidas no puede. Obviamente no le digo que yo también voy al límite, así que juego con el factor psicológico y acelero un poco, lo suficiente para sacarle unos metros y caminar igual que él los últimos 100 metros de la subida, controlando la distancia. Y ahora sí, por fin, a falta de 2 km para la meta acelero por el último tramo llano de monte y miro hacia atrás para ver lo que le saco al compañero. Suficiente.
Aún así, no me apetece jugármela en la última recta y decido vaciarme en el llano y coger una buena renta para disfrutar la llegada. Pero las piernas ya no dan para muchas alegrías y tengo que contentarme con mantener el ritmo. Y con el "hombre del mazo" a punto de asestarme un pajarón para que viva en mis carnes lo que es quedarse sin fuerzas salgo a la carretera y enlazo con el último tramo de bajada que hicimos al inicio en subida. Además, empieza a haber gente por las casas que van animando y a mí por lo menos me da fuerzas. Aunque se me hace un mundo, casi tanto como subirlo, consigo llegar al final de la cuesta animado y giro a la izquierda para saborear los últimos 500 metros por el paseo hacia la meta. Imposible. Voy tan cansado que ya no saboreo nada. Además, no me fío de los que vienen por detrás y sigo a todo lo que doy y mirando de vez en cuando hacia atrás. A falta de 200 metros, viendo el arco de 
meta y que ya no me cazaba nadie aprovecho para celebrar la buena carrera, agradecer los aplausos del público y entrar en meta con el speaker diciendo mi nombre y mi puesto, el 5º con 2h 11' 31", a poco más de 6 minutos del ganador, que al final fue el chico que decía yo que quedara por delante en Vedra. Mientras hablo con él y con los demás que llegaron, intento retomar las fuerzas en el avituallamiento con powerade y agua. No me entra nada más. A pesar de haber empanada, roscón, frutos secos... mi estómago está con el cartel de "closed" y no me apetece nada... ¡ya puedo estar bien mal! Así que cambio el chip y voy a disfrutar del día y de las vistas, sentándome en una piedra cercana a la meta animando a los que van llegando. Y así se me pasan los casi 45 minutos que tarda en llegar Pablo a meta, igual de fundido que yo. Lo felicito y nos vamos a meter en el agua, aprovechando el día y el sitio. Está fresquita pero se agradece. Igual que la ducha de agua caliente que nos sabe a gloria después. Y para rematar, volvemos a la entrega de premios y Pablo aprovecha el avituallamiento para darse un pequeño homenaje. Y yo, a 2 velas, con mi cabeza diciendo que sí y mi estómago que no. Al final me voy como Carpanta. Eso sí, guardando en la retina el recorrido, las vistas, el día... y todos esos momentos mágicos que se pueden vivir en cada carrera, lo que hace que cada una sea única y memorable.
Y ahora sí, después de esta última incursión en la montaña, en donde he disfrutado como un enano y a la que prometo volver en un futuro no muy lejano, empieza la hora de la verdad. El calendario ya está marcado y la 1ª prueba es un reto en toda regla, el 101 peregrinos en versión duatlón. Quedan algo más de 2 semanas y se acabaron los test. Voy a centrarme en darlo todo en cada prueba y divertirme compitiendo. Así que nos vemos en Ponferrada!!




 - Organización de lujo: animando, gente en todos los cruces (excepto en el que casi me pierdo).
- Avituallamiento de "carrera grande": sobre todo el último.
- Recorrido espectacular, de los de hacer despacio y disfrutando.
- Aparcamiento sin problemas cerca de salida/meta.
- Duchas con agua caliente cerca de la meta (200 metros).
- Ambiente popular, sin agobios, de los de disfrutar.

- Sería un hipócrita si le diera algo negativo a esta prueba. Para ser la 1ª edición y a pesar de la poca gente ha estado de sobresaliente y no le doy el 10 porque ese lo tengo reservado para las pruebas en las que termine y se me ponga la carne de gallina. Pero ha sido una carrera para repetir y que recomiendo al 100%. Espero poder volver el año que viene!!

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