miércoles, 17 de agosto de 2016

120ª COMPETICIÓN: TRAIL SENDAS DO PICÓN: TOCANDO EL CIELO

Domingo, 12 de Junio de 2016, 10:00 h.
II TRAIL SENDA DO PICÓN
Lugar: O Pino (La Coruña)
Distancia: 18.2 km
Dificultad: baja
Desnivel: 1150 metros acumulado
Inscripción: 8 euros
Tiempo: 1h 19' 13"
Puesto: 1º de 71
Avituallamientos: agua, aquarius...
Puntuación: 8/10
Repetiría: SI
CLASIFICACIÓN
Zapatillas utilizadas: Adidas Raven Boost
Ropa utilizada: Mallas, medias y calcetines Hoko, camiseta del club, cinta en la cabeza 

Sin palabras. Hay sentimientos que no se pueden plasmar en papel. Me pongo a pensar en títulos, descripciones, momentos de la prueba, pero no se me ocurre otro titular para definir la primera victoria de mi vida deportiva en la montaña.

Domingo, 9:00 h. Aparco cerca de la salida aún con el subidón de haber participado unas horas antes en mi único triatlón del año en Negreira (con un sector de bici brutal) junto a mi compañero de entrenos Domin. Esa adrenalina ha sido la que me ha traído hasta O Pino con ganas de "doblar" este fin de semana, a ver cómo responden las piernas. Voy a por el dorsal, no somos muchos pero se ve algún "atleta" de asfalto, no es un trail técnico y viene gente a "darle zapatilla". Me preparo, caliento 10 minutos a trote y voy para la salida. Alrededor de 75 participantes, sé que, en teoría, tengo que estar delante. Saludo a mi compañero de equipo Luis y me pongo en 1ª línea. Por delante, algo más de 18 km con 1150 m. de desnivel por un terreno poco técnico y con un continuo sube y baja.
Justo antes de salir, mientras explican el recorrido, veo a Juan, un chico con el que suelo coincidir en otras carreras y 2 o 3 más que "tienen pinta" de ir rápido. Nos jugaremos el podium. 3, 2, 1... ¡acción! No sé ni por qué, salgo disparado y casi atropello a la bici que abre carrera. El primer km es por asfalto y en ligera bajada, así que me marco una serie y sólo me sigue un chico del Boimorto. Entramos en el monte, por caminos forestales y algo de pista y seguimos abriendo hueco. El corazón va a mil y analizo la situación, no esperaba estar tan adelante tan pronto y la adrenalina me sale por las orejas. Después de esquivar 2 o 3 veces al de la bici, lo seguimos por una pista y dejo de ver señales. 500 metros más adelante, le digo a mi compañero que no es por allí, nos paramos y nos cogen 2 por detrás. Se lo digo al de la bici y no sabe qué hacer. Damos un grito y otros corredores nos "devuelven la señal". Nos hemos equivocado. Me entran ganas de estrangular al de la bici, pero no me da tiempo, sigo a los otros
corredores que vuelven a toda velocidad por este kilómetro que hacemos de regalo y nos reincorporamos a la carrera en torno al puesto 30, junto a la mayoría de participantes. Vuelvo a analizar: km 3, pulsaciones a mil y toda la ventaja al traste, con mucha gente por delante. Pienso en dejarme llevar, terminar y listo; pero la inercia hace que siga la estela de Jose Luis (el chico del Boimorto) y Juan y cogemos al grupo de cabeza de carrera, de unos 10 corredores. El esfuerzo físico de los primeros kilómetros abriendo hueco y el mental por haber perdido la ventaja empiezan a hacerme recordar el sector brutal de bici del triatlón de ayer y recupero un poco a mitad de grupo mientras veo cómo se me escapan unos metros los primeros. Después de un tramo picando para arriba enlazamos con una pista del camino de Santiago, aprieto los dientes y sigo adelantando hasta quedarnos 4 delante. Y de repente, levanto la cabeza y... a lo lejos aparecen más de 10 
corredores, han tomado "un atajo" y aparecen delante... ¿pero qué está pasando? 500 metros después, en el primer avituallamiento, los cogemos y me paro a beber un poco, mientras los 3 de mi grupo continúan. Toca recuperar 100 metros y la cuesta arriba me ayuda, ya estoy otra vez en cabeza después de todo el lío. Ahora nos metemos en una pista forestal en bajada y se escapan el chico del Boimorto y Juan. Toca jugársela. En un giro me caigo pero sé que estoy cerca del podium y aguanto el envite. Se escapa José Luis sobre el km 10, paso a Juan que va justo y pongo el chip en modo "a por todas". Como si estuviera en asfalto, alargo zancada y lo cojo, corriendo a su estela cerca de 2 km. Giro a la izquierda y repecho duro de unos 300 metros. Después de ver que en las cuestas sufría, pienso "ahora o nunca" y me arden los cuadriceps. Funciona. Se queda. Corono con unos 10" de ventaja y a falta de 5 km llaneo a tumba abierta como si no hubiera un mañana... ¡voy primero! Mi cabeza no para de dar vueltas e intento centrarme mientras mis piernas van a tope. Última subida de unos 500 metros, que hago a ratos caminando, y al llegar arriba calculo unos 30". Quedan 4 km y los 2 siguientes son cuesta abajo por una pista ancha con algo de piedra suelta. Voy a jugarme la victoria en el peor terreno. Da igual. Me marco una serie de 2 km con la emoción desbordada aún sin creerme que voy liderando la prueba y rezando para no perderme. Casi sin darme cuenta, piso asfalto y llego al tramo de carretera de principio de carrera, una recta eterna ahora 
picando hacia arriba. Miro hacia atrás y no viene. El hueco ya es más grande. Acabando la recta vuelvo a mirar y la ventaja es suficiente, aunque no sé realmente cuánto queda. Pregunto y no me saben decir. Otra pequeña cuesta arriba y voy fundido. Creo que no queda mucho, pero no me fío. De repente, giro a la derecha y... ¡veo el arco de meta! ¿Estaré soñando? No, no, el speaker me anuncia y cruzo 1º la línea de meta con un tiempo de 1h 19' 13", llegando Jose Luis a 1 minuto y Juan a 2. ¡Lo he conseguido! Parece que el triatlón del día anterior me ha sentado bien y he sido capaz de ganar mi primer trail en una carrera rapidísima. Voy al coche a cambiarme, espero la llegada de Luis y del resto de corredores. Recupero mientras me froto los ojos y empiezan a pasarme por la cabeza un montón de recuerdos y decisiones que me han llevado hasta este momento. Y ha merecido la pena. Para poner la guinda, la prueba la organiza la Federación Gallega y me entrevistan para el programa de atletismo "Citius, Altius, Fortius"... ¡qué vergüenza! Después del "marrón", la niebla da paso a la llovizna y por fin me subo al primer cajón del podium con una sonrisa de oreja a oreja, cerrando un fin de semana competitivo difícil de superar. Vuelta a casa pensando ya en la próxima aventura, la "Babia Sherpa Tour", con muchas ganas de vivir otra experiencia increíble... ¡hasta la próxima!

-  Recorrido "corrible". De los que a mí me gustan, con subidas "duras" (no de alta montaña) pero que te permite correr por pistas y senderos.
- Buen marcaje. A excepción de la bici que abría carrera, el circuito estaba bien señalizado.
- Aparcamiento pegado a la salida/meta.
- Buen ambiente, a pesar de ser pocos... ¡y con speaker!
- Servicio de fisioterapia en meta (que no utilicé).
- Calidad-precio sobresaliente.
- Organización muy buena, prueba hecha para el deportista y no para hacer caja.

- No puedes poner a nadie que abra carrera y que no se conozca el circuito a la perfección... ¡y no es la primera vez!












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