Con la temporada ya finalizada y en plena búsqueda de nuevos objetivos para la siguiente, apareció "por arte de magia" un duatlón de montaña en la bonita localidad de Ribeira. A pesar de que me entran escalofríos cada vez que recuerdo mi primer duatlón cross (en Beariz), me apunté viendo los comentarios favorables en el foro y aún más animado por haber liado a mi primo para participar. Pero poco a poco todo se fue torciendo a medida que se acercaba la fecha... mi primo se dio de baja (me dejaba sólo en la aventura), las predicciones meteorológicas indicaban lluvia (más escalofríos) y aún encima me tocaba mi primera semana de carga a lo grande en los entrenos de pretemporada. Aún encima, la noche anterior "cena-fiesta" en casa de unos amigos. Vamos, que hasta las 8:00 h. de la mañana del mismo día dudé seriamente si acudir o no. Pero las ganas de volver a competir, salir de la rutina y conocer una nueva carrera con tan buenas referencias consiguieron que a las 11:00 h. mi Rockrider 8.1 y yo estuviéramos en la línea de salida...
Domingo, 25/11/12, 11:00 h., I Duatlón Trail de Ribeira
Distancia: 15 km MTB + 5 km Trail
Inscripción: 6 euros
Dificultad: Media
Tiempo: 1h 25' 02" Tiempo del 1º: 1h 10' 15" (-14'47")
Puesto: 47º de 125
Avituallamiento: agua, fruta.
Trayecto desde Betanzos: 1h 35' - 135 km (con peajes)
Repetiría: DUDOSO (con lluvia no).
8:00 h. Suena el despertador. Al fin. Vaya nochecita. Entre acostarme tarde y los nervios de competir apenas habré dormido 3 horas. Aún así, me levanto como siempre. En mi cabeza aún siguen las dudas. Lanzo la moneda y sale el sol. Ésta vez meteogalicia se ha equivocado y por la ventana asoman los rayos. Así que cojo la mochila, meto la bici en el coche y salgo con Patri hacia Ribeira a las 9:00 h, con media hora de retraso (para variar). Lo de la ubicación de la carrera tiene su gracia. Me podéis creer si os digo que me enteré de dónde era el día anterior.
Iba a disfrutar pero no tanto. Así que aproveché el tramo inicial de asfalto para irme situando. Pero el firme duró poco y tras adelantar a 10-15 ciclistas un desvío a la derecha marcaba el inicio de la batalla. Al monte. Para empezar, un tramo de unos 500 m. en suave pendiente con piedras sueltas que avisaban que el camino no era para despistados. El 1º que se descentró ya se fue al suelo. Primer aviso. Eso sí, la hilera de ciclistas que se veía a lo lejos era impresionante. La mayor parte del circuito ciclista, como bien se indicaba en el foro, eran tramos de tierra con algunas piedras de unos 2 metros de ancho.
Eso sí, adelantar en montaña no es tan fácil como en carretera, así que para alcanzarlos tuve que adelantar a unos cuántos arriesgando un poco con las piedras. Antes de pillarlos, sobre el km 4 llegué a la "piscina", que vista en fotos daba miedo pero al encontrármela de repente sólo me dio tiempo a cerrar los ojos y a rezar porque no hubiera piedras por el medio y salir despedido. Por suerte, "sólo" me mojé hasta los tobillos. Después de un par de tramos embarrados que salvé de milagro, cazé al grupo de Oscar en el km 8, justo cuando llegamos al único "tramo a pie", una subida para cabras. Me costó hasta subir la bici con la mano. Al llegar arriba y montarme de nuevo,
la lentilla no puedo frotarlo. Aprieto para darles caza y pedirle a uno de ellos el botellín con agua para lavar el ojo (yo llevaba aquarius). Justo en el momento en que me echo me "avisa" que lleva glucosa (menos mal que le pregunté...). Aún así, recupero mi visión casi al completo. Tras un par de cuestas más, me quedo en solitario en una zona bastante llana y meto el plato. Mi cuentakm marca 12 y se me erizan los pelos. Se acercan las lobeiras. A lo lejos veo un grupo de gente y cuando llego a su altura, me indican a la derecha. En ese giro casi me caigo, mala señal.
Podría describiros cómo fue "mi bajada", pero nunca llegaríais a imaginar lo que significaron esos 2 km de piedras y zanjas con la rueda de delante en el sótano y la de atrás en el 1º. Aún encima, me pasa uno como un avión y yo rezando por no matarme. Por suerte, sólo me equivoco una vez y consigo echar el pie a tierra justo antes de caerme. Cuando ya mis brazos no aguantaban de la tensión y mi rockrider estaba a punto de saltar en mil pedazos acaban las piedras... y sigue una cuesta de cerca de 1 km (también con algunas piedras) a más de 40 km/h.
Estoy seguro que "los que tiran pal monte" disfrutaron como enanos. Yo no. No voy a mentir, para un "mortal" que usa la mountain bike para ir con los amigos era una bajada peligrosa. Es decir, si te caes te haces daño. Mucho daño. Pero tras un par de sustos consigo llegar al final de la bajada de una pieza y encarar el tramo final de carretera animado porque "lo peor" había pasado (o eso creía yo...). Cuando estoy llegando al camping nos desvían por un lateral y "nos regalan" otros 500 m. que se hacen eternos... Llego a la transición confiado en una buena carrera, me encontraba bien. Dejo a mi compi dándole las gracias por aguantar de una pieza, me calzo rápido mis Asics Trabucco y cuando paso al lado de Patri me canta que voy el 61 mientras cojo una botella de agua. Mientras intento que el líquido entre en mi boca (harto difícil) me animo pensando que en la bici adelanté más de 60 puestos y que "ahora es lo mío" (quiero decir que peor que con la Rockrider no lo puedo hacer). Empiezo a buscar mini-objetivos aún en el tramo de asfalto. Paso a 3 corredores y un fotógrafo me indica que "empieza lo bueno".
Para animaros un poco a los que no pudisteis hacerla (pero que seguro que ya le tenéis fija en el calendario del año que viene), os dejo unas cuántas fotos del recorrido para iros haciendo la boca agua...


A la izq., increíbles vistas de la ubicación del camping. A la derecha, tramo embarrado. Más abajo, la famosa "piscina" y otro tramo embarrado, para terminar con las famosas (y temidas) "Lobeiras", el descenso.



