miércoles, 12 de agosto de 2015

96ª COMPETICIÓN: II HÉRCULES XTRM: SENTIMIENTO AGRIDULCE

Domingo, 26/7/15, 8:00 h.
Prueba: II Hércules Xtrm (La Coruña)
Distancia: 1.9 km (2 v.) + 90 km (7 v.) + 21 km (3 v.)
Dificultad: media (lluvia, viento, circuito a pie mixto)
Inscripción: 80 euros
Tiempo: 5 h 00' 13"
Tiempo del 1º: 4h 16' 05" (- 44' 08")
Puesto: 27º de 350
Avituallamientos: agua, fruta. En meta: pizza, empanada...
Trayecto desde Betanzos: 25' - 25 km
Puntuación: 6/10
Repetiría: Dudoso (en estas condiciones no)
CLASIFICACIÓN

Al igual que el año pasado, los prolégomenos de la prueba no eran halagüeños. Pero a diferencia de la 1ª edición, en esta ocasión se cumplieron y lo que se preveía una gran mañana de triatlón se convirtió en una carrera de supervivencia en la que hubo muchos abandonos y en la que pocos disfrutaron de su deporte favorito. Aún así, llegar a meta con una sonrisa siempre compensa el esfuerzo realizado. Vamos allá.
Sábado por la tarde. Obligatorio dejar la bici para el día siguiente. Esto realmente no me gusta mucho porque pierdes el día para ir a dejar algo que puedes hacer al día siguiente. Aún encima tienes que madrugar igual. En fin, al menos sirvió para charlar con los compañeros e ir soltando nervios unas horas antes. Después de 15 minutos de cola me dieron una bolsa con 300 folletos y descuentos, dejé la bici en los boxes y nos juntamos los del CTC (cerca de 20) para hablar un rato y escuchar la reunión técnica. El ambiente estaba caldeado después de las críticas por el circuito de bici, pero la cosa no pasó a mayores.
Así que con todo más o menos claro nos despedimos y fuimos a velar armas para el día siguiente.
6:00 h. ¡Qué horror! ¡Qué vuelvan las pruebas de tarde! Repaso de bolsa, desayuno y después de 30 minutos de viaje llego al aparcamiento de la Torre. El cielo amenaza, confiemos en que aguante. Me encuentro a Pablo e Iñaki y nos vamos juntos al box. Coloco todo, me pongo el neopreno y nos vamos en manada para la playa. Nervios y ganas a partes iguales. Estoy tan nervioso que casi no hablo con nadie. Me doy un pequeño chapuzón pero ya mandan salir. No está tan fría para ser San Amaro, me he criado aquí y está a buena temperatura. Me coloco en mi habitual "al fondo a la derecha" y mientras visualizo un poco la prueba... ¡acción!
Más de 300 valientes al agua. Por delante, un circuito de 950 metros al que hay que dar 2 vueltas con salida del agua para completar los 1900 metros del sector de natación. Increíble. La salida no es muy ancha, puesto que hay que llegar a una boya de la derecha. Pensé que iba a recibir por todos lados pero hago la salida más limpia que yo recuerde. Ni siquiera me tocan los pies. Así que simplemente me concentro en dar bien la brazada y fijarme en las boyas para no hacer metros de más. El agua está perfecta y más no puedo pedir. Paso la 1ª boya "con cuidado" de no perder mi "zona de confort" y busco la siguiente. El "gran grupo" lo llevo a unos 100 metros por delante, todo en orden. Giro en la 2ª y vuelta hacia la playa. Tengo la sensación de no ir muy rápido pero no me agobio porque queda mucho y voy bastante cómodo, prefiero seguir así. Salgo del agua, no me acelero mucho, paso debajo del arco y me lanzo al agua para hacer la 2ª vuelta.
Al igual que la anterior, sigo nadando "a mi aire" sin pelearme con nadie, ni en mis mejores pensamientos. Aumento un poco la frecuencia pero no noto que vaya más rápido. Aún así, mantengo el ritmo y voy cogiendo a algún nadador que llevo por delante. Buen síntoma. Mientras giro en la 2ª boya e inicio la vuelta a la playa veo a algunos ya saliendo del agua. Qué forma de nadar. Por suerte es algo que no me preocupa y sigo a lo mío. Consigo poner pie a tierra entre el aplauso de Patri and friends (siempre se agradece) y paro el crono en 35'36"... ¿en serio? ¿Sólo 35'36"? Aún flipando, con lo poco que entreno este sector y menudo parcial... en ese momento no soy consciente de lo bien que lo he hecho (dentro de mi nivel) hasta que subo las escaleras de la playa, entro en el box y veo a unos cuantos compañeros de equipo que me sacan las pegatinas en los
entrenos en el agua. Con una sonrisa me quito el neopreno lo más rápido que puedo, pongo los calcetines, casco y demás y salgo disparado a dar caza a todos los que pueda, toca remontar y estoy listo para la batalla. Por ahora, todo en orden. Por ahora. Porque nada más subirme a la bici para exprimir las ruedas de perfil empiezan a caer gotas de agua. Una tras otra. El circuito ciclista, largamente comentado y cuestionado, consiste en 7 vueltas de unos 13 km por el paseo marítimo coruñés, con unas vistas increíbles pero con un tramo de más de 1 kilómetro de adoquinado (no del estilo de la Paris-Roubaix pero sí de los que te va vibrando la bici), muchos pasos de cebra, raíles, alcantarillas y rotondas varias. Es decir, un circuito en el que hacen falta los 5 sentidos pero que con lluvia también tienes que llevar la estampita del niño Jesús y cruzar los dedos. Porque sí, tuvieron mala suerte con el tiempo, pero aquello se convirtió en un campo de batalla. Menos mal que no traje la cabra. Aún así, salgo fuerte subiendo ese tramo de adoquin y comprobando que esto va para largo. Enlazo con el tramo del paseo y ya veo a uno que se cae al tocar la línea del paso de cebra. Mal rollo. Trato de borrarlo de la cabeza y sólo pienso en adelantar puestos. Así que mientras pedaleo desde la Torre de Hércules hacia el Millenium bajo un manto de agua voy pasando a algunos compañeros de equipo que nadan más rápido pero
pedalean más lento. Paso a Héctor, Juan, Diego... Después de 3 km de llaneo toca subir el único repecho duro, la cuesta del Millenium, unos 150 metros con más de un 10% y que luego sigue picando otros 100 metros. Como un poco más adelante se gira ya establezco referencias con mis compañeros de equipo, ese pique que da la salsa a la prueba y que la hace única. Por delante, Fady e Iñaki pelean por el top-10 y "dentro de mi área de influencia", la pelea por el top-3 del equipo, Diego y Sito empiezan a sacarme diferencias en la bici. Más cerca, en torno al minuto, llevo a varios que nadan bastante mejor que yo. Esto me da ánimos justo hasta que veo a otro caerse antes del giro en la rotonda antes de la bajada del Millenium, gran cagada porque es un giro sin sentido y peligroso, aún más con la lluvia. Vuelta por el paseo y el circuito es como un campo de minas. Raya que toques te vas al suelo. Así que no me canso de ver pinchazos, caídas... Llego de
nuevo al tramo de adoquin, ahora en bajada y decido jugármela, pedaleo a tope pasando a gente mientras rezo para que no se me desmonten ni la bici ni las muñecas. Completo la 1ª vuelta cazando a Iñaki y Julio con Álvaro y Carlos aún por delante, a menos de 1 minuto. Sigue lloviendo. No veo nada con las gafas y se las lanzo a Patri. Vaya día. Al menos no hace frío. Con las distancias más o menos controladas decido no arriesgar demasiado y paso las rotondas y pasos de cebra con mucho cuidado. Aún así, llevo unos cuántos sustos, alguno que casi me hace irme al suelo y darme un buen porrazo. Por suerte, consigo salvarlo y mantengo la distancia con el resto. Sé que en carrera soy más rápido, así que tomo una actitud conformista mientras veo a Sito y Diego sacarme cada vez más distancia, van volando. Paso de nuevo los adoquines de Adormideras y allí hay mucha gente animando, dan fuerzas para apretar en la subida
e intentar sacar distancia. Ahora ya es más difícil adelantar, hay que respetar el "no drafting" y vamos todos al mismo ritmo, variando dependiendo del momento y el desnivel de la carretera. Para adelantar hay que arriesgarse a una caída o machacar las piernas para que te vuelvan a pasar 200 metros después. Así que mantengo el ritmo y en el giro de la 3ª vuelta empiezo a distanciarme de Julio e Iñaki. Pero al pasar una rotonda me patina la rueda de atrás y se me cruza la bici. Solamente un milagro me salva del abandono. No sé cómo me mantengo en equilibrio pero del susto bajo el ritmo y vuelvo a hacer el trenecito con mis compañeros de equipo. No arriesgo más. De aquí al final del sector ciclista me conformo con no caerme, saludar a los colegas cuando me cruzo con ellos y pensar en la carrera. Bebo y como un poco, aunque es difícil coger agua en el único avituallamiento que hay en la bici, situado en
la subida de los adoquines. Con lo que me cuesta soltar las manos y aún encima temblando... De todas formas no me quejo, veo un par de ambulancias con caídas graves, hasta nos hacen casi parar en una en ambos sentidos del golpe que se llevó. Justo en la última vuelta veo a Carlos en el arcén (reventón de cubierta), qué mala suerte, estaba haciendo un carrerón, uno menos para la quiniela. Tampoco veo a Iñaki detrás, después me entero que lo han sancionado, increíble porque es super-legal, pero con este día y tanta gente es una lotería la sanción. Entro en boxes dando gracias por llegar de una pieza y analizo el momento. Voy 6º del club, con los 2 primeros "en otra liga", los 2 siguientes a un mundo (casi 10') y el 5º cerquita, con alguno pisándome los talones. Paro el crono en 2h 48' 36", un tiempo aceptable teniendo en cuenta el circuito y la lluvia, aunque tampoco sé si mis piernas habrían dado para mucho más. Dejo la bici y apelo a la épica para asaltar el top-3 del club. El año pasado fui 1º y el orgullo me dice que a por todas. Por delante, 21 km en un circuito a 3 vueltas, la primera un ida y vuelta hacia el Dique de Abrigo (zona del castillo de San Antón), sobre 5 kilómetros y medio, paso por meta y luego 2 vueltas bordeando la zona de la Torre de Hércules (alrededor de 7.5 km por vuelta) para cruzar la línea de meta en Adormideras. Nada más salir, premio. Cuestón de unos 200 metros para calmar
los ánimos. Duro. Aprieto los dientes. Giro a la izquierda y terreno favorable por el paseo hasta el dique. A quemar zapatilla. Pero las piernas no van. Literalmente. Llevo a Fran y a Álvaro delante pero no voy. Supongo que estaré pagando la dureza y la tensión de la bici pero no estoy acostumbrado a esto. Aún así, tiro de orgullo y los paso 500 metros después, con el subidón de beber un poco de agua en el avituallamiento. Me cruzo con Sito (a un mundo) y poco después con Diego; me sacan más de 2 km y se les ve bien, inalcanzables. Tocará mantener el 5º puesto. Giro en el dique e inicio la vuelta con mejores sensaciones, aunque me va costando adelantar. De nuevo en el avituallamiento decido tomarme un gel con cafeína y parece que me activa un poco, paso por meta y con los ánimos de la gente las piernas empiezan a responder. Aún así, la subida hacia la Torre se hace eterna y la posterior subida a la 
Torre durísima, a pesar de los ánimos de la gente. Pero me anima ver que voy mejor que el resto, algunos parados y otros andando. Busco mis pequeños objetivos y veo a Richi, del Nosportlimit, que va peleando por el podium, un poco más adelante. No guardo nada y decido ir a cogerle. Me saca más de 300 metros pero es un buen entretenimiento. Enlazo con el paseo hacia la Casa de los Peces y ahora sí recupero mi ritmo de carrera, aunque acumulo cansancio hasta en las orejas. Pero la idea de coger a Richi me obliga a no dormirme e inicio el tramo de trail por detrás de la Torre con muchas ganas. Tantas que aquí sí que paso a bastante gente que va tocada, con los ánimos de la gente que me avisan que llevo "buen ritmo". Menos mal, creí que me iba a dar una pájara en los primeros kilómetros. Cada vez veo a Richi más cerca y veo que mira hacia atrás. Seguimos fuerte y termino la vuelta quedándome a unos 50 metros de cogerle pero con velocidad de crucero teniendo en cuenta mi ritmo en los primeros kilómetros. Me quedan algo más de 7 y me noto con fuerzas. Me tomo el 2º gel con cafeína y rezo por no desfallecer antes de llegar al avituallamiento de la Torre, el ritmo me ha dejado seco y no hay ningún sitio más donde beber. Sufriendo llego hasta "la salvación" y bebo un par de vasos; ahora sí, a echar el resto. Subo la Torre a todo lo que dan mis piernas, enlazo con el paseo y en un pequeño tramo de ida y vuelta no me creo lo que ven mis ojos: un par de colegas que andan mucho más que yo sufriendo y a Sito del club en la misma situación. Me sacarán unos
500 metros pero huelo la sangre y me lanzo a tumba abierta. Antes de la zona de trail ya los cazo y pongo pies en polvorosa. Tanto que cazo a otro colega, Oscar, que está corriendo por relevos y sólo hace la carrera (en 1h 24'). Me ve tan fuerte que me dice que tire. Pero como no veo más objetivos por delante ni por detrás, animo a Fer y a Héctor (compañeros de entrenos) cuando los paso y decido seguir con Oscar hasta el final, en compañía siempre se lleva mejor. Nos vamos animando mientras, ahora sí, disfruto de las vistas espectaculares de la zona de los Menhires y me animo con el "ya no queda nada". Últimos 200 metros, decidimos adelantar a otro que llevamos delante y entramos en meta juntos, parando el crono en 5h 00' 13" en el puesto 27º. Una pena, si lo sé hubiera apretado un poco más para bajar esas 5 horas, pero no es más que una anécdota. Al final, 4º posición del club y creo que primeros por equipos, aunque no había clasificación oficial por clubes. El parcial de carrera fue de 1h 31' 37", nada mal teniendo en cuenta el inicio del sector. Eso sí, llegué roto, sin fuerzas, quizás el triatlón más duro que he hecho hasta ahora. Estaba tan cansado que en vez de quedarme con Patri, mi hermana y demás amigos fui directamente a la zona de fisios para que me revivieran un poco. Y vaya error. Había 6 camillas, un chico esperando y yo. Pues estuvieron más de 15 minutos (sí, sí, más de 15) masajeando y estirando a los que estaban. Y yo allí de pie empapado y sin fuerzas. No me fui porque necesitaba un poco de hielo, pero no me pareció normal. 
Después recuperé el aliento con bebida, pizza, barritas... había de todo. Mientras, comentaba con los colegas las dificultades del circuito y como el día seguía cruzado (no paró de llover) no quedó otra que recoger la bici y marchar para casa. A pesar de haber conseguido un resultado similar al del año pasado las sensaciones fueron muy distintas. Hace 12 meses disfruté como un enano pero en esta ocasión tocó sufrir muchísimo con un día muy malo para la bici. Eso sí, los entrenos sirvieron para llegar a meta con la satisfacción de haberlo dado todo y de conseguir un buen puesto en una carrera, que de una u otra manera, siempre será especial. Seguramente fui de los que mejor llegué, muy dura. Ojalá que se celebre en otras condiciones en próximos años, porque La Coruña se merece un triatlón como este y que, bien organizado y con unos circuitos similares a los del año pasado, puede llegar a ser un referente nacional. ¡A recuperar fuerzas y a por la siguiente!
- Compañerismo. Correr con los amigos siempre lo hace especial.
- Avituallamiento final muy bueno (al menos el tiempo que yo estuve).
- Duchas y aparcamiento cerca de boxes (a unos 500 metros).
- Voluntarios muy participativos que ayudaron a que nos lleváramos un mejor recuerdo, sin ellos hubiera sido imposible.


- Colas para recoger el dorsal.
- Circuito de bici peligroso y, bajo mi punto de vista, mal diseñado (con lluvia no digamos).
- Pocos avituallamientos, en especial en la carrera a pie, diría que peligroso a nivel físico.
- Mucho tiempo de espera en el fisio, parecía una sesión de pago (eso sí, a mí me dio 3 minutos y listo).
- Mala comunicación entre la organización y los corredores, con descalificativos antes y después de la prueba. Así es complicado que salga todo bien.
- Dejar la bici el día anterior. No entiendo lo de perder la tarde (o el día) para hacer algo que lleva 5 minutos. Prefiero madrugar más.

En resumen, la prueba del año pasado dejó el listón demasiado alto que hizo que el cambio de circuitos y el tiempo (amén de otras cosas) nos trasladaran a una prueba totalmente distinta. Aún así, confío en que el año que viene se hará todo mejor, habrá más apoyo por parte del Ayuntamiento y disfrutaremos de nuevo de una carrera única para los triatletas gallegos...

PD: no podían faltar las fotos más importantes, esas que hacen que una carrera se convierta en especial a pesar de las adversidades: la familia y los amigos!!


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