Después de una, para mí, merecida "semana de descanso" (o mejor dicho, menor intensidad y volumen en los entrenos), esta semana tocaba coger otra vez el toro por los cuernos y apurar los entrenos en la recta final de la pretemporada. Pero por varios motivos, la semana se torció y se paró la progresión. Muy a mi pesar, otra semanita de reposo. Las causas: mis pies y el catarro. Para que no os lo tengáis que imaginar, mis únicos entrenos se resumen en:
Lunes, 28/1/13: Natación: 55' - 2.1 km (técnica) + Carrera: 55' - 10 km + Gym: 1h circuito.
Martes, 29/1/13: Carrera: 50' - 9 km.
Miércoles, 30/1/13: Natación: 1h 05' - 2.2 km (técnica + series de 25 m.).
Sábado, 2/2/13: Ciclismo: 1h 48' - 47 km.
Natación: 2 sesiones - 2 h - 4.3 km
Ciclismo: 1 sesión: 1h 48' - 47 km
Carrera: 2 sesiones - 1h 45' - 19 km
Gym: 1 sesión - 1 h
TOTAL: 6 sesiones - 6h 30'
Vamos, que me comí un entreno de cada (de natación, ciclismo, carrera y gym).
La semana empezaba bien. Con el subidón de haber tenido varios días de descanso, me crecí e hice, por primera vez, el entreno que me tocaba para el lunes. Antes siempre dejaba el gimnasio para otro día. Pero esta vez dije: "venga, malo será". Quizás fue una de las causas del catarro, me quedé en reserva. Además, tanto el lunes como el martes, quizás por la lluvia, se me empezaron a formar ampollas en las plantas de los pies que me hicieron parar antes de tiempo por el dolor. Por suerte, parece que todo quedó ahí, toco madera. El miércoles organizamos una carrera con los alumn@s y pasamos la mañana fuera, no hacía muy buen tiempo y... el jueves me empecé a quedar sin voz, dolor de cabeza... y caí. Elegí la opción de descansar para no empeorar la situación. El sábado, más animado y después de 2 días en blanco, decidí salir con la bici. Me encontré bien, pero la mojadura no ayudó. Llegué con los pies empapados. Resultado: 2 días en cama con fiebre y demás y sin poder participar en la carrera a la que más ganas tenía y a la cual estaba inscrito: en Coruña y acabando con un sprint subiendo a la Torre de Hércules (me crié allí y aún tengo morriña...). Podéis imaginaros lo que me fastidió. Pero bueno, creo que acerté, no era tan importante como para arriesgar otra semana de entreno tan cerca de empezar la temporada.
Ahora, ya en pleno mes de febrero, a pensar en empezar la temporada de la mejor forma posible. Espero poder entrenar a tope esta semana y llegar en buena forma a la primera competición importante, el Duatlón de Lugo del 24 de febrero... ¡buena semana!
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