miércoles, 8 de mayo de 2013

40ª COMPETICIÓN: XI DUATLÓN SANTIAGO: LOGRANDO UN SUEÑO CON ESPÍRITU DEPORTIVO

Domingo, 5/5/13, 15:00 h.
XI Duatlón Cidade de Santiago
Distancia: 4 km (4 v) + 16 km (4 v) + 2 km (2 v)
Inscripción: 10 euros (prueba popular)
Dificultad: media - baja (circuito de bici durillo)
Tiempo: 58' 15"
Tiempo del 1º: 57' 05" (- 1' 10")
Puesto: 2º de 82 (podium y medalla)
Avituallamiento: fruta, aquarius
Trayecto desde Betanzos: 50 minutos - 63 km
Puntuación: 8/10
Repetiría: SI

22 meses y 39 competiciones después de aquel 31 de julio de 2011 en el que decidí apuntarme al cross de Cabanas para pasar el día e inconscientemente me convertí en triatleta popular (mi "km 0"), he cumplido uno de mis sueños. Aquí va la historia...

7 días antes... "Patri, ¿te acuerdas de que el sábado es el tri de Oleiros?" - "Sí" - "Pues el domingo es la última prueba de duatlón del año en la plaza del Obradoiro, tiene que ser muy chula..." - "¿A qué hora es?" - "A las 3" - "Olvídate, es el día de la madre". Tema zanjado.
4 días antes... "Patri, ¿sabes qué ha pasado? Han abierto el plazo de inscripción para la prueba popular en Santiago, no debe haber mucha gente, pero va a hacer buen tiempo y tiene que ser muy chula..." - "Vale, puedes ir pero después me llamas". Se produce el milagro. Así que sin pensármelo 2 veces mando un correo al club para que me inscriban.
3 días antes... (último día de inscripción): sin respuesta del club. Llamo a Jaime y no contesta. Lo que faltaba, después de conseguir lo más difícil no iba a participar por no poder inscribirme. Llamo a la fegatri y me dicen que me tiene que inscribir el club. Hablo con varios compañeros del "Tri Coruña Team" y no soy capaz de solucionarlo. Empiezo a ponerme nervioso. No es una prueba importante, pero me hace ilusión participar y tengo el beneplácito de la jefa.
Por suerte, Jaime me coge el teléfono a las 5 de la tarde y el plazo acaba a las 12, así que... ¡Inscrito!.
Domingo, 9:00 h. Otra vez me despierto sin querer, buena señal. Aunque prefería dormir una o dos horitas más, mi cabeza ya está con los nervios pre-competición y no me deja descansar más. Así que 15 horas después de terminar el triatlón de Oleiros me levanto a preparar de nuevo la mochila de competición. Por suerte, al ser duatlón la lista se reduce. A las 12 está todo listo y desayuno con Patri mientras repaso mentalmente lo que me queda de día. Me visto con el tritraje lleno de salitre del día anterior, me despido de mi fisio y a las 13:15 h. salgo hacia Santiago. 1 mes antes no pensaba participar (lo de subir al Monte do Gozo varias veces es un poco masoquismo) pero con el "nuevo entorno" y el fantástico día que hace sería un sacrilegio no acudir. Además, es el último duatlón de la temporada y tengo que estar, después del fantástico 5º puesto en Noia. Mi objetivo es ir a pasarlo bien y a disfrutar del ambiente, después de la buena carrera del día anterior. La lista de inscritos tampoco es manca: Nico (top-5 élite, que participa con nosotros porque no le 
 da tiempo a correr la suya, Jenssen (habitual podium en populares), el ganador del du popular de Guitiriz... en fin, lo normal, yo a lo mío.
14:00 h. ¡Qué suerte! Llego a Santiago y uno de mis temores era no encontrar sitio. A la 1ª y a 5 minutos de la plaza. Así que me subo en la bici y llego al Obradoiro. Buff, subidón. Sol espléndido, música, plaza llena, ambiente tri... lo que imaginaba plasmado en mis retinas. Primeros saludos con los "cebras" Emilio (mi entrenador) y Oscar, que participaban después en la final del campeonato gallego. Recojo el dorsal, meto la bici en boxes y aprovecho 15 minutos que me quedan para trotar un poco. Empiezo a ver a los favoritos y aumentan los 
nervios. Da igual que vaya a por un top-100 o top-10, la adrenalina se dispara en los instantes previos a la carrera. Antes de dirigirme a la salida, veo a César que al final no compite, ya le llegó el día anterior y se reserva para los tris. Me coloco en la salida y mientras el juez nos cuenta cómo es el recorrido, aprovecho para hablar con los de Esteiro que también participan (falta Jaja, a ver si se compra ya la flaca). Visualizo mi carrera: "jose, disfruta, la gente va a salir a tope y tú no estás para eso, con calma". La línea de salida es una cinta adhesiva blanca frente a la Catedral, bastante ancha por lo que hay sitio para todos. Justo cuando el Garmin coge la señal se da la salida y otra vez a la acción.
El primer sector son 4 km en los que se dan 4 vueltas a los alrededores de la catedral, todo llano excepto una cuesta abajo a los 300 m. y una cuesta arriba a los 600 m. Nada más salir, toda la gente que hay en la plaza empieza a aplaudir y se me ponen los pelos de punta. Como se suele decir, sólo por esto ya vale la pena "pagar la entrada". Aún así, tras coger la 1ª curva a la derecha estoy de la mitad para atrás, pero mis piernas ya me avisaron en el calentamiento y no estoy para forzarlas toda la prueba, así que toca tantear el nivel, que parece alto.
Antes de la bajada, escucho los aplausos de la gente que está en la cafetería al final de la misma, ya me sacan 100 metros y acabamos de salir. Al iniciar la cuesta
 veo la hilera de corredores por delante y me enfado. A ver, vengo a disfrutar, pero no tanto. De todas formas, sigo al mismo ritmo y algunos ya empiezan a dar muestras de flaqueza: lo que les queda... Al llegar a la subida, algunos ya van con la respiración en "modo altavoz"... ¿pensarían que era una carrera popular de 1 milla? Aunque yo también la subo con dificultad (unos 100 m. durillos) mantengo la velocidad y sigo adelantando posiciones. Entramos de nuevo en la plaza y me siento importante. Sí, ya sé que es una prueba popular, pero entrar en la plaza del Obradoiro, que la gente te aplauda, el despliegue que hay montado... para mí indescriptible. Tras completar la 1ª vuelta miro 
el crono y marca 4'30"... ¿seguro que es 1 km? no voy rápido, pero tampoco para 4'30"... inicio la 2ª vuelta y totalmente desubicado oigo a César que me sitúa en carrera: "venga Jose, vas el 20". El 20, pues sí que he adelantado en la 1ª vuelta. Así que me meto en carrera conociendo mi posición. Las siguientes vueltas me dedico a contar hacia atrás cada vez que adelanto a uno: 19, 18, 17... así hasta llegar a la última cuesta en el puesto 10. No me lo creo. Con la salida tan mala que hice y voy 10º y con 2 delante. Entrando en la plaza aflojo un poco pensando en salir al 100% con la bici y coger un buen grupo. Paro el crono en 17'15" a 50" de cabeza. Increíble. Ahora a encontrar la flaca. Por suerte, la encuentro a la 1ª y a pesar de los adoquines (en los que pensé que se me iban a salir las zapas) la transición
es muy buena y salgo sin problemas a iniciar los 16 km del sector ciclista. 4 vueltas a un circuito complicado: subida continua acabando con un repecho, bajada llena de badenes, curva peligrosa, otra bajada con badenes, repecho, otro sube y baja y recta de adoquines. A ver, quizás no había más posibilidades al lado de la catedral, pero el circuito era algo peligroso con la cantidad de badenes y bandas rugosas que había. Salgo en solitario y a lo lejos veo a un par de corredores. Dudo entre pararme a esperar a alguno que me ayude a tirar o lanzarme a cogerlos. La cuesta ya pica para arriba y no estoy para exprimirme sólo. Miro para atrás y no viene nadie. Tampoco me voy a parar, asi que bajo un
 piñón, aprieto los dientes y vuelvo a mi juego de "contar posiciones". Sin demasiado esfuerzo llego hasta ellos (9, 8...) e iniciamos el repecho juntos. En la bajada, cogemos a otros 2 (7, 6...) y formamos un grupo de 5 unidades. No puedo creerme que estoy tan adelante. Intento relajarme un poco pero el continuo sube-baja y las curvas no permiten ni un segundo de relajación. Tras cada giro y curva cerrada (mi asignatura pendiente) tengo que forzar la máquina para reincorporarme al grupo. En cambio, en los repechos voy cómodo y adelantando posiciones casi sin querer. De todas formas, el ritmo no es rápido y veo como se nos va acercando poco a poco un grupo. Efectivamente,  en la 3ª vuelta nos cogen 5 corredores que venían por detrás apretando. Los
"nuevos" vienen nerviosos, dudan entre seguir tirando o mantenerse. Como no sobran las fuerzas,  el "pelotón" sigue unido, aunque no hay entendimiento. Además, en los giros algunos no respetan la posición y tengo que apartarme un par de veces si no quiero caer al suelo. Por momentos me siento un veterano y no entro al trapo, manteniéndome a cola del grupo y situándome en la carrera. Al igual que el día anterior, toca guardar fuerzas para el último sector, buscando un top-10 impensable antes de empezar. Tras el último repecho y a 500 m. de boxes, "miro el bloc de notas del du de Guitiriz" y meto plato para llegar en cabeza a la T2. Pero otros 2 del grupo piensan lo mismo y me pasan como aviones. Me engancho a rueda y llegamos los 3 a la plaza en plan kamikaze, casi nos 
comemos al juez de las banderitas. Por suerte, frenamos justo a tiempo y corremos al box. Con otra T2 increíblemente rápida salgo 1º del grupo sin nadie a quién seguir, cuál pastor del rebaño. Así que pongo "modo supervivencia" y rezo porque no me pase ninguno nada más salir que me hunde. Cuando estoy llegando al final de la plaza para coger la curva, creyendo estar en la 6ª - 7ª posición me parece oír a César gritar "venga, que vas 2º". En ese momento mi cabeza deja de bombear oxígeno y casi me quedo bloqueado. Pienso que se ha equivocado o que hablaba con otro, así que sigo con la mosca detrás de la oreja intentando liderar el grupo. Al llegar a la bajada, único punto en el que ves lo que viene
detrás me da tiempo a observar el fenómeno "rebajas masculinas", yo delante y el resto del grupo pisándome los talones en fila india corriendo a toda pastilla. Tengo claro que no voy a volver a mirar para atrás. Al llegar al inicio de la subida le pregunto a uno de los jueces en qué puesto voy y me dice "3º o 4º". Me entra el pánico. ¿He contado mal o han abandonado muchos? Sea como fuere, estoy cerca del podium, con medallas, y 9 tíos pisándome los talones. Además, las piernas empiezan a pesar y ya voy al límite. De repente, entrando en la plaza veo a Mingos de frente y me grita que voy 2º... ¡¡2º!! Ahora sí que me tiemblan las piernas. No sé cómo he llegado hasta ahí pero lo que tengo claro es que ahora hay que echar el resto. Cruzo la plaza e inicio la 2ª vuelta sin mirar atrás. Último km. "Vamos, Jose, aunque sea la última carrera de tu vida pero no se te puede escapar el podium". Inicio la última bajada y al girar veo que viene el 3º a unos 10 m. y el 4º detrás. La adrenalina se me escapa por las orejas, tengo ganas de pararme por la presión, son muchos meses y entrenos esperando este momento y aparece allí de repente sin más opciones que dejarse la piel. En mi cabeza se mezcla la posibilidad de subir al podium con
la de que me adelanten los 2 que llevo detrás y quedar 4º. Final no apto para cardíacos. Y aún encima queda la última cuesta. "Venga, Jose, al menos aguanta el 3º puesto". Subo la cuesta casi con los ojos cerrados rezando para que no me adelanten. Mis piernas no dan más pero distraigo a mi mente pensando en todos los duros entrenos realizados para llegar hasta ese momento. Enfilo la recta hacia la plaza manteniendo la posición y casi al final se me ocurre mirar hacia atrás: el 3º viene a 20 m. y no veo al 4º. "Venga, Jose, el podium ya es tuyo". El subidón me permite agotar la reserva y pego un último acelerón al entrar en la plaza. Vuelvo a mirar y veo que "la plata" no se me escapa. Entre mi alegría y la falta de fuerzas encaro la última recta sin ver el arco de meta. Sigo esprintando mientras pongo los brazos en jarras preguntando a los jueces donde está la llegada. Empiezo a oír gritos pero no hago mucho caso. Cuando llego a las 2 líneas que daban la salida levanto los brazos pensando que esa era la meta y ahora sí escucho los gritos de la gente y de mis amigos: eran para mí. Miro hacia la derecha y veo el arco de meta. El juez que tenía que haberme mandado por la recta final
no me ha avisado (igual pensó que me quedaba otra vuelta) y yo seguí por el recorrido de las vueltas anteriores, sin darme cuenta que la recta final era más a la derecha. Al lado del arco de meta, incomprensiblemente, está el chico que venía detrás de mi, a unos 10", esperando por mí. Casi sin creérmelo, corro saltando las cintas que separan los circuitos y tras estrecharle la mano y darle las gracias entro 2º en la meta. Espectacular. Doble alegría: por un lado, el puesto. Por el otro, saber que aún hay deportistas como Alberto Carlos Asensio Campazas, del Arcade Inforhouse, que tuvo este gesto en el que sobran las palabras. Se ha ganado mi respeto y admiración. A pesar de no haber podido disfrutar de la recta de meta y recordar mi entrada de esta forma, saber que aún hay gente con estos valores me alegra un montón, sinceramente. Paro el crono en 58'15" (marcando 8'33" en el último sector, mejor crono, 2º consecutivo tras el logrado en Noia) a 1' 10" del triunfo subido en una nube. Tomo contacto con  la tierra al ver a Emilio (que también se equivocaría de pasillo en su carrera), Oscar, César, Diego... riéndose de mi llegada mientras me felicitan. Ya no me importan las horas
de entreno sufridas, las lesiones, la lluvia... este sueño alcanzado inclina la balanza hacia mi nuevo hobby llamado triatlón, el esfuerzo ya ha merecido la pena. Toca saborear la medalla, con calma, 1º se disputará la final del campeonato gallego y después entregarán todas las medallas y trofeos. Con los pelos aún de punta, llamo a Patri (y a mi madre, a mi padre...) y le cuento la noticia: casi no se lo creen. Yo tampoco. Me siento "a 3 metros sobre el suelo". Voy a dejar la bici al coche y ya no voy ni a ducharme. Para una vez que subo al podium que sea con los colores del club. Prefiero relajarme un poco, disfrutar de la carrera élite y comer algo (que llevo varias horas sin probar bocado desde el desayuno). Así que me reúno con Mingos, me pillo un bocata de tortilla (que me sabe a gloria), nos hacemos unas cuántas fotos y veo como Silvia (compi de 
entrenos) se proclama campeona gallega (felicidades) aunque le dan el 2º puesto porque llega con otras 2 de su equipo juntas a meta y Emilio logra un espectacular 5º puesto peleando por la 2ª plaza hasta el último sector de carrera (es una máquina). Oscar también hace un carrerón y llega el 11º... ¡felicidades a todos!
Tras las carreras, comienza la entrega de premios... tras el recuerdo por parte del "speaker" de mi equivocación en la llegada y del gesto de Alberto (gracias de nuevo, crack), subo al podium a vivir mi pequeño momento de gloria al estilo Alonso o Lorenzo. Qué momento. Irrepetible. Indescriptible. Inesperado. In-in-in... Plaza llena, el speaker dice mi nombre, la gente aplaude, calienta el sol... "¿a dónde
miro?" "¿dónde pongo las manos, cruzo los brazos, pongo las manos detrás?" jaja, esto no es lo mío. El saludo del ganador me saca del nerviosismo y seguidamente recibo la medalla. Parece mentira que "una chapa" de 1,50 euros pueda significar tanto. Y eso que tengo unos cuantos trofeos de fútbol en casa, pero esta medalla es especial. Es la medalla a mi esfuerzo, a la constancia, al "si quieres puedes" y sirve para demostrar que cualquier "popular" puede llegar si se lo propone, al menos hasta ese 2º puesto al que subí yo. Me felicitan las personalidades e imito al resto, foto los 3 juntos en el primer puesto. "Esto me lo sé de ver la Fórmula 1". Con otro aplauso bajamos del podium y regreso a la tierra. Vuelven a felicitarme Emilio and company y tras acabar la entrega de premios me despido de Mingos y me voy con mi medalla para el coche. Mientras camino en soledad, miro por 1ª vez "mi tesoro": está gastada y no pone el puesto en el que quedé. Me da igual. Es mía. Y sé lo que me ha costado. No la cambio por nada. Vuelvo a casa soñando con que algún día se repita este momento y con muchas ganas de contarle a Patri todo lo vivido en las últimas horas gracias a "su permiso de última hora". Punto y final al mejor fin de semana triatlético de mi vida (hasta el momento). Pilas cargadas para recuperar rápido y seguir entrenando con la vista puesta en el 2º tri de la temporada, el 19 de mayo en Coruña y ya mirando de reojo al 1º gran objetivo, el Polar de Madrid el mes que viene. Y es que esto acaba de empezar y aún quedan muchas aventuras por vivir en los próximos meses, que por supuesto conoceréis de 1ª mano.. ¡nos vemos en Coruña!

CLASIFICACIÓN XI DUATLÓN DE SANTIAGO

4 comentarios:

  1. PATRI:¡QUÉ DESASTRILLO QUE SOY! Y VOY YO Y ME LO PIERDO.¡QUÉ IMPOTENCIA!¿NO SE PODRÁ DAR MARCHA ATRÁS EN EL TIEMPO?PARA UNO QUE ME PIERDO... ¡NO ME LO CREÍA!HAY QUE DESTACAR EL GRAN COMPAÑERISMO DEL CHICO QUE LLEGÓ DE TERCERO.YA SABES, A PRACTICAR A NADO QUE TIENES QUE HACER LO MISMO PERO EN TRIATLONES.

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  2. Enhorabuena campeón!! Se ve que tanto esfuerzo está dando sus resultados. Pero veo que te sigue gustando dar vueltas de más en las carreras, ya eras un experto en eso verdad?? je,je.
    Muchas felicidades!!

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    1. Andres:Felicidades Jose por este merecido y sufrido podium! eres un campeon

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