martes, 1 de diciembre de 2015

UN TOQUE DE HUMOR: ANÉCDOTAS COMPETITIVAS

Aunque para algunos las carreras no son divertidas, siempre van con mucha tensión y se lo toman demasiado en serio (hablo, claro está, a nivel popular, lo de ganarse la vida compitiendo ya es otro tema), bajo mi punto de vista hay que tomarse el "deporte popular" como lo que es, una forma de evadirte de los problemas, disfrutar y todos esos aspectos positivos que conlleva su práctica. 
Y claro está, todos tenemos un montón de anécdotas y momentos graciosos que contar. Aquí os traigo algunos que seguramente habéis vivido en 1ª, 2ª o 3ª persona.
El 1º no es novedoso, el típico "sobrao" que antes de salir dice que va a disfrutar, que está tocao, que no ha entrenado, va a probar... y llegas a meta y lo ves subido al podium... A decir verdad, esto lo he hecho yo alguna vez. En parte. Lo de ir a disfrutar de la prueba, calentarte a mitad de carrera y terminar en un top-20 (de podium no hablamos, obviamente).
Pero esto se refiere más a los "pro-populares" que nunca van a competir y ya te meten el codo en la 1ª curva. Aunque a esos los conocemos todos.
La 2ª la he visto en algunos compañeros, lo de apuntarse a pruebas con poca participación para quedar de los primeros. No voy a mentir. Esto lo he pensado alguna vez, pero nunca lo he hecho. Es más, ahora lo veo un poco triste. Me explico. Si dudas entre 2 pruebas y te apuntas a la que sabes que vas a quedar mejor lo entiendo. Pero apetecerte una y apuntarte a otra por quedar más arriba (sin jugarte dinero, claro está) me parece echar por tierra uno de los valores que fomenta el deporte: la competitividad sana. Porque siempre es mejor ganar cuando están los mejores, y no como dice el chiste, quedar 8º con 10 participantes. Pero como en el 1º, todos los que estamos metidos en esto sabemos el valor que tiene una u otra prueba, si tiene más valor acabar un ironman en 16 horas o bajar de 33 minutos
en un 10.000. Ahí lo dejo.
Este 3º también lo he vivido. Te metes a una prueba y ni te lees el reglamento, te tiras al monte (literalmente) sin saber perfil, color de las señales, ropa de abrigo, móvil... Y, por suerte, la mayoría de las veces no ocurre nada, pero en algunas ocasiones pueden pasar situaciones complicadas que te enseñan dónde te has metido. Por ejemplo, dejar de prestar atención a las señales y a los 15' darte cuenta que vas por mal camino. Tarde. Fue lo que me pasó hace unos meses en Ponteceso, llegando a meta 10 km antes de tiempo y teniendo que abandonar. Por listo. De lo de meter la zapa en el barro y perderla ya ni hablamos. O no llevar el móvil entrenando sólo por monte y torcer un tobillo. Etc. Y es que, como dice la viñeta, todo es felicidad hasta que ocurre algo y decimos "¿en qué lío me he metido?". En estos casos, la experiencia es un grado.
Por último, algo que no he vivido pero que estoy seguro que, por desgracia, me tocará este año si puedo participar en los retos que tengo en mente. En carreras largas, cuando vas al límite y ya has pasado de mirar el reloj 200 veces a ver si pasan los kilómetros, empiezas a ver cosas que no son normales y "se te va la pinza". Son momentos en los que lo pasas muy mal, pero que después de un buen reconstituyente y un merecido descanso aprendes a tomártelos con humor. Para no sufrirlos demasiado, lo mejor es entrenar duro y estar preparado para afrontar cualquier situación, por dura que sea. Eso sí, estas "pájaras" le dan a todo el mundo, incluso a los campeones. Confío en no ver a mi madre con una pota de callos en el pico de una montaña. Será buena señal... ¡hasta mañana!

No hay comentarios:

Publicar un comentario